Sobre la lectura
21 Agosto 2016

Por Coriolano Fernández - Para LA GACETA - Buenos Aires

Al oír hablar o ver televisión en mi país me pregunto si la lectura entre nosotros será cual los “no lugares” estudiados por Marc Augé… Pero no. Lectura hay. ¿Y cómo es? Como casi todo entre nosotros: más o menos. ¿Y acudir a los niños y adolescentes para intentar superar el “masomenismo” nacional y popular?

Pudiera ser. Ortega y Gasset nos recuerda, invocando a Platón, que la filosofía surgió por unos viejos sonrientes en conversación con los jóvenes que salían del gimnasio retozando delante de sus ayos o pedagogos.

No se entienda la referencia anterior en el sentido de proponer enseñar filosofía a todos. Mi propósito es otro: resaltar el carácter diríamos lúdico de leer en todas las edades. Y algo más: creo en la eficacia de la seducción.

El citado Ortega señalaba en una grabación en el Archivo de la palabra de Madrid hacia 1932 que en la enseñanza se trata de persuadir y agregaba: para persuadir es menester primero seducir.

Y no deseo dejar en el tintero un defecto en los adultos argentinos de la clase dirigente, esto es, la clase política: descubro falta de lecturas, se entiende: lecturas de libros.

¿Cómo lo sé? Porque cuando hablan no se apoyan en autores que les hayan influido fuertemente y cuyas palabras y frases quedan como zumo en nuestro espíritu y suelen acompañarnos la vida entera. No sé si exagero si digo que esos adultos prácticamente no nombran a nadie. Repito: pienso en libros, no emisiones de televisión o periódicos.

© LA GACETA



Coriolano Fernández - Profesor de Filosofía.

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