El futuro de la economía dependerá del andamiaje político

El futuro de la economía dependerá del andamiaje político

El Bicentenario invita a pensar cómo debería ser la Argentina de los próximos 100 años.

10 Julio 2016
Inevitablemente, el Bicentenario de la Patria invita, no sólo a tener una mirada introspectiva sobre los problemas que aquejan a la Argentina, sino también a liberar la imaginación, para pensar cómo debería ser la Argentina de los próximos 100 años. Y para imaginar como será la economía del futuro, es necesario que, a partir de ahora, las instituciones políticas se fortalezcan y que el país defina el rumbo que quiere transitar. Porque el funcionamiento de la economía se monta sobre las estrategias políticas del Estado. Entonces, es fundamental el fortalecimiento del sistema de partidos políticos para consensuar estos pactos a largo plazo.

Así lo expresa el economista, Osvaldo Meloni, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), quien señala que, desde hace muchos años en la Argentina, las fuerzas políticas se apoyan en la imagen de sus líderes, y se concentran en discusiones de corto plazo.

En la actualidad, según el especialista, el oficialismo se sustenta en la figura del presidente, Mauricio Macri, mientras que el peronismo, después de la salida de la ex mandataria, Cristina Fernández, en diciembre del añp pasado, aún no logra imponer la imagen de un referente partidario. “Este contexto político muestra que no hay partidos fuertes, sino líderes”, subraya Meloni, durante una entrevista con DINERO.

La importancia de las fuerzas políticas, advirtió el docente universitario, es que los países pueden consensuar políticas de Estado a largo plazo, independientemente de quien gobierne. Y puso como ejemplo la dinámica que tienen, en los Estados Unidos, las dos fuerzas más representativas: el partido republicano y el demócrata. “Ellos también tienen liderazgos, pero las discusiones de políticas, y en especial de aquellas que se desarrollarán durante muchos años, se dan entre los partidos. De esa forma, sin importar quien gobierne, las decisiones de largo plazo no se modificarán, como ocurre en la Argentina, cada vez que asume una nueva administración”, señaló Meloni.

Mirar al horizonte

Además de las instituciones políticas, la planificación de estrategias estructurales requiere también la búsqueda de consensos. A principios del siglo XX, los partidos y los líderes políticos de la Argentina tuvieron la virtud de avanzar en planificaciones de largo plazo, en torno a valores que se consideraron prioritarios, principalmente la educación pública.

“Con (Domingo) Sarmiento hubo una revolución educativa, que luego continuó en la generación siguiente. En la actualidad, y desde hace muchos años, los gobiernos nacionales no cuenta con una planificación similar, que refleje el compromiso del Estado para resolver problemas, o para mejorar situaciones, en un período largo de tiempo”, analiza Meloni, para luego poner énfasis en Tucumán: “al tener una economía productiva en un territorio pequeño, y con poca población, se podrían diseñar políticas de largo plazo que mejoren la infraestructura y la capacitación de los recursos humanos”.

Finalmente, Meloni remarca que en la Argentina tampoco hay un consenso sobre la dirección que debería tener la economía, de modo tal que el rumbo del modelo no se modifique cada cuatro años. “Da la sensación de que hay una porción amplia de la población, y de la dirigencia política, que considera como parte fundamental del modelo económico la entrega de subsidios. Y, por otro lado, están aquellos que se oponen a esto. Entonces es necesaria, en el ámbito de los partidos políticos, una discusión sobre cómo debería funcionar la economía en los próximos años, para saber si la Argentina seguirá viviendo por arriba de sus posibilidades o si apuntará una economía más madura”, observa, y agrega: “la Constitución debería ser la guía que marque el camino de las políticas y de los valores”.

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