Cómo desarrollar una organización inteligente

Cómo desarrollar una organización inteligente

Por Mónica Fronti - coach organizacional e instructora en inteligencia emocional.

26 Junio 2016
En el corazón de una organización inteligente hay un cambio de perspectiva; en vez de considerarse separados del mundo, se consideran conectados con el mundo. En vez de suponer que un factor externo causa nuestros problemas, vemos que nuestros actos crean los problemas que experimentamos. Una organización inteligente es un ámbito donde la gente descubre continuamente cómo crea su realidad, y cómo modificarla. Cabe destacar también que ya no solamente se ven los síntomas para actuar superficialmente, sino las causas que lo generan.

En todo sistema lo que prima es ir al fondo de toda cuestión para descubrir la causa que la entorpece, no ver solamente la punta del iceberg (reacciones sintomáticas), sino bucear en las profundidades para solucionar aquella causa.

Estamos acostumbrados a visualizar síntomas y somos como médicos, le damos una simple aspirina para el dolor manifestado, ya que tiene que ser rápida la solución y lo único que logramos es más de lo mismo. Estamos acostumbrados a las recetas facilistas que con el tiempo se convierten en bolas de nieve y perjudican la visión del organismo, se dispersan energías y los resultados no aparecen al ciento por ciento.

También estamos descubriendo que avanzar es un ejercicio de compromiso personal y desarrollo de la comunidad. Al mismo tiempo, el experto en Management Edwards Deming, plantea que, sin la transformación personal, nada sucede. Para lograr esta transformación es necesario generar una comunidad que aprenda y que se conciba como una unidad de compromiso.

Conciencia del todo

Los compartimentos estancos tienen relación con el pensamiento fragmentado. En lugar de pensar en un mundo de partes que forman todos, comenzamos por reconocer que vivimos en un mundo de todos dentro de todos. En lugar de tratar de armar partes para componer el todo, reconocemos que el mundo ya es todo.

Entonces, ¿cuáles son los cambios que queremos alentar en esta nueva visión de las organizaciones, a través de esta formación? Una cultura sustentada en el aprendizaje transformacional, del reconocimiento del otro como un ser legítimo; un conjunto de prácticas para la conversación que genera realidad y la coordinación de acciones. También un desarrollo de capacidades para vivir en sistemas y lograr resultados, a través de líderes y equipos de trabajo. Además, se requieren herramientas para poder distinguir las mejores prácticas, orientar el aprendizaje hacia las acciones de transformación estructural de los líderes y directivos de la organización, interviniendo desde la práctica del Coaching Ontológico Profesional Constructivista y Sistémico.

No sólo es necesario aprender a “aprender”, sino a aprender a “desaprender”, para poder superar los modelos mentales que no nos dejan avanzar y no nos permiten ver más allá de la supuesta realidad que se presenta ante nuestros sentidos.

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