La carrera que logró reunir amateurs con atletas de alto rendimiento

La carrera que logró reunir amateurs con atletas de alto rendimiento

Más de 500 personas invadieron el parque 9 de Julio para participar de la Media Maratón de Lawn Tennis.

EN ACCIÓN. El despliegue técnico y de indumentaria de Fabricius (de remera verde y roja), dista mucho del de Alfredo y Liana. LA GACETA / FOTOS DE franco vera EN ACCIÓN. El despliegue técnico y de indumentaria de Fabricius (de remera verde y roja), dista mucho del de Alfredo y Liana. LA GACETA / FOTOS DE franco vera
26 Mayo 2016
Como ya es una costumbre la meta de la Media Maratón del Tucumán Lawn Tennis se cumplió: reunir a los atletas de alto rendimiento con los amateurs. Así es que Marcelo Fabricius y María Ovejero lograron la victoria como Alfredo Coviello y Liana Elizondo, pero de un modo distinto.

Primero la historia de Fabricius. Cuando su nombre apareció entre los inscriptos era casi una fija de favorito. El catamarqueño ganó en los 21 kilómetros de Rosario, triunfo que lo acreditó como el campeón nacional. “Era mi meta del año porque estaba en juego el título. Quería estar en el podio”, explicó Fabricius. En Tucumán deseaba seguir en el camino de la victoria y lo logró. “Sabía que había rivales muy buenos, pero vengo bien. Era cuestión de recuperarse de las carreras anteriores”, sintetizó Fabricius que hace tres días triunfó en Jujuy y antes de ganar en Rosario, venció en Córdoba y Buenos Aires.

Ovejero se mostró igualmente recuperada del triunfo en la versión femenina de la prueba jujeña. “Es mi tercer triunfo consecutivo en esta carrera. También estuve en Rosario donde quedé tercera mejorando mi marca. Quería cumplir con la invitación que me hicieron y representar a Banda del Río Salí”, dijo orgullosa la ganadora.

Lo de Coviello y Liana, su esposa desde hace 4 años, fue el triunfo sin podio que pone en hechos la meta de la Media Maratón. Él con 83, ella con 65 años completaron los 5 kilómetros con un objetivo. “En unos días tiene una prueba de salud un poco grossa y queríamos darnos este gusto”, avisó Liana. “Soy médico y entiendo que la mejor manera para que mi aparato cardiovascular funcione en la operación es haciendo actividad”, aportó el caballero que completó el recorrido enfundado con un sobretodo. A simple vista había muchas otras prendas debajo. “Mi señora me puso todo esto”, comentó agachando su cabeza hasta las zapatillas de lona que eran rozadas por un grueso alpino. Alfredo y Liana no habrán sido tan veloces como Fabricius y Ovejero, mucho menos livianos, pero sí igual de triunfadores.

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