Educación y fidelidad a las leyes para evitar accidentes

Educación y fidelidad a las leyes para evitar accidentes

Desorden. Desorganización, Anarquía. Vorágine. Todos estos términos son adecuados para caracterizar una realidad que, a fuerza de transgresiones y falta de controles, se ha convertido ya en un emblema de nuestra provincia: la proliferación de menores que conducen motos. Según un especialista en Emergentología del Siprosa, en nuestra capital, el 70% de chicos menores de 13 años fallece a causa de traumatismos. Con mayor frecuencia, se registra en el Hospital de Niños, el ingreso de pequeños que han sido víctimas de choques. Estas cifras fueron corroboradas días atrás por la Dirección de Tránsito y Transporte de la Municipalidad. Según su titular, Enrique Romero, el año pasado fallecieron en accidentes de tránsito unas 341 personas. El 34% de esas muertes se produjeron a causa de accidentes en moto y, de esa cifra, el 12% se encuentra en la franja etaria de 13 a 19 años. La realidad es tan candente que las autoridades decidieron implementar un programa ambicioso que apunta no sólo a regularizar la situación respecto de las normas vigentes, sino que también apunta a desarrollar conciencia social y formación en las escuelas. Una medida que, creemos, puede ser de enorme ayuda para bajar los guarismos, siempre y cuando el resto de los municipios también se ponga a tono y aplique programas similares.

La situación es compleja. Hay chicos que tienen 12 años y que van a la escuela en motos de 150 cc, sin casco y por supuesto sin carnet. En muchos casos sus padres lo saben, porque son ellos mismos los que les prestan el vehículo. Por lo que podría decirse que las culpas son compartidas. “Son los docentes y los directivos de las instituciones los que tienen que tomar conciencia y cooperar para que eso deje de pasar, no los tienen que recibir a los chicos y de inmediato deben hablar con los padres”, propone Romero. Por eso el proyecto -llamado “Mi primera licencia”- busca regularizar la situación de los menores que conducen motos al facilitarles el proceso para obtener el carnet a los 16 años. Según explicó Romero, es a partir de los 16 años que los menores de edad pueden sacar carnet para conducir ciclomotores, es decir motos de hasta 50 centímetros cúbicos (cc). Este es el único vehículo que podrá manejar hasta que cumpla 17, cuando ya podrá manejar un auto. En ambos casos es el padre o tutor el que corre con la responsabilidad. Además, antes de los 21 años, la única forma de obtener el carnet para manejar motocicletas de más de 150 cc es que antes haya manejado ciclomotores al menos durante dos años. Pero el objetivo de la Municipalidad, es otro: es brindar clases de educación vial a los chicos de 16 años y a sus padres, orientarlos en los trámites para obtener la licencia de conducir con todo en regla y acompañarlos en sus primeros pasos en la vía pública como conductores de vehículos.

En este sentido, nos parece importante que en todos los municipios -y no sólo en la capital- se implemente este tipo de iniciativa. En los pueblos del interior, el uso de la moto se ha extendido no sólo por su bajo costo y rapidez, sino porque en muchos casos no existe transporte público que llegue a determinados parajes. Conducir un vehículo implica una gran responsabilidad porque se debe cuidar la vida propia y la del prójimo; en manos irresponsables, puede convertirse en un arma mortal. Sin educación ni aplicación de la ley será difícil disminuir la cantidad de muertes por accidentes viales.

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