El descubrimiento de una banda narco generó inquietud entre los habitantes de El Cadillal

El descubrimiento de una banda narco generó inquietud entre los habitantes de El Cadillal

La Banda del Chileno es la principal sospechosa de haber instalado su base en el lugar, donde el martes fue allanada una vivienda usada para cocinar drogas. Ayer se hallaron 28 kilos de cocína en una cabaña

COMPLEJO. En una cabaña que era alquilada por una pareja y su bebé encontraron la droga. La familia logró escapar antes del allanamiento que se realizó el jueves por la noche. Tenían tres armas. la gaceta / foto de inés quinteros orio COMPLEJO. En una cabaña que era alquilada por una pareja y su bebé encontraron la droga. La familia logró escapar antes del allanamiento que se realizó el jueves por la noche. Tenían tres armas. la gaceta / foto de inés quinteros orio
14 Mayo 2016

Una banda narcotraficantes de Santiago del Estero había elegido la tranquilidad de El Cadillal para acopiar, procesar y distribuir cocaína en -al menos- su provincia y en otras de la región. Pero el allanamiento que se hizo el martes en una casa, donde se encontraron elementos para “cocinar” estupefacientes, y el secuestro de ayer de 28 kilos de cocaína en una casa turística alquilada por una pareja de santiagueños parecen ser el comienzo del fin de ese proyecto.

El martes, policías de esta provincia y de Drogas Peligrosas de Santiago allanaron una vivienda en el sector Vallecito, cerca del predio del Sindicato de Camioneros y de SEOC. Allí encontraron productos químicos para estirar la droga y elementos para compactarla. Fueron detenidos un hombre y una mujer, los cabecillas de un grupo narco que es conocido como La Banda del Chileno. Paralelamente, en Santiago, la fuerza de esa provincia incautó drogas y arrestó a por lo menos tres personas acusadas de estar al frente de un negocio de narcomenudeo.

Pero lo que no encontraron era lo más importante: la droga. En los elementos secuestrados sí habían rastros de la sustancia, lo que les hizo pensar a los investigadores que habían acabado de procesar la cocaína. El misterio se resolvió dos días después, casi de causalidad.

El jueves, cuando las sombras de la noche cubrieron la villa, un empresario turístico se presentó en la comisaría para comentar lo que le había ocurrido. El hombre, cuyo nombre se mantiene en reserva, dijo que el lunes por la tarde se presentó en la administración una mujer con un bebé en brazos y le alquiló una cabaña. Según consta en el expediente, la supuesta turista santiagueña, que estaba acompañada por un hombre, había viajado hasta allí para una reunión familiar.

La pareja no levantó ningún tipo de sospecha. El martes, día en el que se encontró la cocina en Vallecito, la turista avisó que saldría a pasear con su familia y no volvió nunca. Pasó el miércoles y el administrador comenzó a preocuparse. Por eso llamó a la santiagueña al número que había dejado cuando se registró. Nunca respondió su llamado. Por ese motivo, el jueves se presentó en la comisaría.

El dueño y los uniformados fueron hasta la cabaña ubicada a la vera de la ruta y cuando ingresaron al interior se llevaron una gran sorpresa. En bolsos encontraron seis panes de cocaína que pesaron un total de 28 kilos, tres pistolas 9 milímetros con sus respectivos cargadores, chips de celulares, papeles y ropas. Evidentemente, la pareja, al enterarse del allanamiento en el que fueron detenidos los líderes de la organización, huyó rápidamente. Dejaron en el lugar una moto -que habrían utilizado para movilizarse hasta la vivienda donde funcionaba la cocina-, la droga y hasta la ropa, juguetes y pañales del bebé.

En un principio los investigadores dudaban de que esta pareja jaya formado parte de la banda o si se trataba de miembros de otro grupo que habían llegado al Cadillal a comprar la droga. Al analizar las carpetas con papeles se dieron cuenta de que eran miembros del grupo del “Chileno” y no descartan que sean parientes.

Los vecinos de El Cadillal están sorprendidos. Vivieron una semana intensa, llena de sobresaltos. “Acá a lo sumo hay un ahogado y nada más. Descubrir un gran movimiento de policías y que secuestren droga es demasiado. Es como la novela de (Pablo) Escobar”, dijo el pescador Juan Carlos García, que pasa gran parte de la semana recorriendo la villa en busca del buen pique.

Mauro, residente de la villa, indicó que nadie conocía a las personas que fueron detenidas ni notaron nada extraño en los últimos meses. “Uno, cuando pasa este tipo de cosas, se pone a pensar muchas cosas. Lo primero que se me vino a la mente es que en los últimos meses, por lo menos una vez cada 15 días, se sentía volar una avioneta a muy baja altura. Pero eso puede ser lo único anormal en esta historia”, comentó el estudiante. Los habitantes del centro turístico aseguran que jamás se hubieran imaginado que en ese lugar se había instalado una banda narco. “La gente que viene de visita es la que se queda a dormir. Y el 90% son santiagueños... ¿Cómo vamos a sospechar algo? Es imposible, pero ahora tendremos que tener mucho más cuidado. Quedó en evidencia que puede venir cualquiera y, lo que es peor, puede poner cualquier cosa en nuestras propiedades. ¿Sabés el garrón que te podés llevar?”, explicó angustiado Carlos, el dueño de un drugstore.

Miguel Correa, encargado del camping de Suteh, coincidió con Carlos, pero aportó más datos. “El otro día detuvieron a gente que estaba robando y ahora esto. El problema es que no tenemos cómo controlarlo. Acá vienen afiliados y turistas de todos lados. Hasta un comisario santiagueño vino en enero con su familia y estuvo varios días. Aquí ya nada será igual”, concluyó.

Hace tres años que operaban en el lugar

La Banda del Chileno se instaló hace tres años en El Cadillal, según las causas que manejan los jueces federales Guillermo Molinari (de Santiago) y Daniel Bejas. Habrían llegado a esta provincia pensando que trabajarían más tranquilos que en Santiago.

La mujer detenida el martes en la cocina tenía pedido de captura desde hace varios meses. Ella, según confiaron los investigadores, había sido detenida al ser descubierta vendiendo sustancias prohibidas en la ciudad de La Banda. Sin embargo, la Justicia le otorgó el arresto domiciliario por, al parecer, los problemas de salud que sufría.

Mientras estaba fuera de prisión, siempre de acuerdo a la versión de las fuentes, siguió trabajando para el grupo en el que, como es común, la mayoría de los integrantes eran familiares. Es más, se aprovechaba que tenía una hermana melliza para engañar a la Policía.

Un día sintió demasiada presión y decidió cambiar de destino y con su pareja el “Chileno” decidieron que era hora de abandonar su tierra natal para escapar de la Justicia y agrandar el negocio.

La elección de El Cadillal no fue caprichosa. Está a media hora de la capital, tiene varios accesos y, fundamentalmente, está alejada de los grandes controles policiales y la población es escasa, más aún si se inclinan por una zona alejada de la ruta.

Su llegada no pasó desapercibida por los vecinos. En menos de seis meses construyeron una casa importante con mucho parque y una galería importante. Los pesquisas comentaron que tiene cuatro dormitorios y en la de los líderes había un baño en suite del tamaño de una pieza y llena de lujos. “Muchos empresarios eligen esta zona para tener una casa de fin de semana. Y ellos invierten dinero para tenerla”, comentó Juan, vecino de esa especie de pequeña mansión.

Pero algo pasó. Aparentemente desconfiaban de que les pisaban los talones, y por ello habrían alquilado la vivienda donde fue encontrada la cocina. Y, para recibir a las personas que iban a llevar la cocaína a Santiago, alquilaron una cabaña muy cerca de Vallecito.

“Estaban bien organizados. No dejaban nada al azar. Por eso utilizaban tres casas diferentes. Así es mucho más difícil dar con ellos, pero así están trabajando estas organizaciones”, aseguró una fuente de la policía.

Publicidad

El secuestro fue valuado en al menos $ 3 millones

“Me parece poco probable que la cocaína haya llegado por aire. Opino que es demasiada poca cantidad si se tiene en cuenta que una avioneta puede trasladar hasta 500 kilos. De todas maneras no se puede descartar nada porque la investigación continuará”, aseguró Jorge Nacusse, jefe de la Dirección de Drogas Peligrosas.

Los pesquisas estiman que la droga llegó desde el norte. Bolivia o Perú pueden haber sido el origen de la sustancia que fue trasladada por vía terrestre, recibida y luego estirada en El Cadillal.

Las mismas fuentes confirmaron que el destino de la droga sería Santiago del Estero, pero por la cantidad incautada, no se descarta que también haya sido preparada para ser distribuida en nuestra provincia y en Catamarca.

El valor de los 28 kilos que fueron secuestrados es incierto. Según Nacusse, tenían un 90 o un 95 % de pureza, por lo que podría estirarse aún más, es decir, incrementar considerablemente la cantidad. De todas maneras, desde la Secretaría de Seguridad la valuaron en al menos $ 3 millones.

Actualmente, en nuestra provincia, el gramo de cocaína se lo consigue a $ 100. Este el valor de la droga de regular calidad. Y si es de mejor calidad, su costo supera tranquilamente los $ 200, según confiaron especialistas de una fuerza nacional.

Si la sustancia secuestrada fuera sacada a la calle en el estado en la que se la encontró, alcanzaría al menos para más de 30.000 dosis.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios