“El Papa Francisco vive su ‘Vía Crucis’ para reformar la Iglesia”

“El Papa Francisco vive su ‘Vía Crucis’ para reformar la Iglesia”

Por primera vez un periodista pudo escuchar grabaciones de encuentros secretos entre las más altas autoridades del Vaticano y el Papa. Gianluigi Nuzzi, en su polémico libro Vía Crucis, expone una inquietante investigación sobre los secretos más recientes y las zonas oscuras de la Santa Sede. Cuenta, desde adentro, cómo se desarrolla la lucha que Francisco y sus seguidores están librando para reformar la Iglesia.

08 Mayo 2016
PERFIL

Gianluigi Nuzzi nació en Milán en 1969. Colaboró en el Corriere della Sera y Panorama, entre otros medios. Es el creador y conductor del programa de televisión Los intocables (que emite La7), sobre temas de actualidad. Es autor del bestseller Vaticano S.A., entre otros libros.


Por Cristiana Zanetto
PARA LA GACETA - MILÁN

- ¿La Vía Crucis del título es la del Papa Francisco?

- Sí, sin dudas. Es la historia, estación tras estación, de la Vía Crucis que vive Francisco para reformar la Iglesia: las zonas opacas, la inercia y las cosas turbias que va encontrando, las dificultades que debe enfrentar para llevar adelante los cambios hostigado por parte de la curia.

- En tu libro reconstruyes, a través de una documentación inedita y exclusiva, una verdadera guerra contra el Papa.

- La guerra no comenzó con su elección sino antes, durante el pontificado de Benedicto XVI. Había una gran tensión contra los cambios deseados por Ratzinger. Es por ello que renunció. Francisco enfrenta tres tipos de enemigos: quienes no comparten su posición pastoral reivindicando posiciones conservadoras; quienes obstaculizan las reformas pues limitan sus poderes, privilegios e intereses económicos ilegítimos y, por último, quienes conciben incompatible el rol de la Iglesia en la escena internacional, como tuvo en la época de Wojtyla en Cuba y en Europa del Este. No conocemos, sin embargo, qué nos reserva el estrato más oscuro de las finanzas del Vaticano. No sabemos de quiénes eran, por ejemplo, las 2.800 cuentas corrientes del IOR (Instituto para Obras Religiosas, que debería ocuparse de la administración de los bienes muebles e inmuebles de la Iglesia y que funciona como un banco), clausuradas porque eran incompatibles con los objetivos del Instituto. Sabemos, en cambio, que algunos clientes del banco conservan aún allí sus depósitos si bien sus perfiles no coinciden con los previstos en las normas internas. El hecho que este banco haya reciclado el dinero más sucio del siglo XX –como se estableció en diversas sentencias– deja una cierta inquietud. Es, por lo tanto, muy posible que los sistemas del poder ocultos en el Vaticano reaccionen, buscando anestesiar los cambios buscados por Francisco.

- ¿Puedes contarnos, según tu investigación, adónde terminó el dinero para los pobres recaudado en el llamado Óbolo de San Pedro?

- Después de una titánica pulseada entre los hombres de Bergoglio y la Secretaría de Estado vaticana, se develó el enigma: el Óbolo de San Pedro, recogido en todo el mundo con el objetivo prioritario de favorecer las obras de bien para los pobres y dependiente directamente del Santo Padre, finaliza mayoritariamente en cubrir las cuentas en rojo de una curia en la cual el despilfarro y el privilegio prevalecen en el negativo de los balances. Cada diez euros acreditados entre el 2012 y 2013 se descubrió que seis se dirigían a sanear la contabilidad enferma de la curia, dos hacia una cuenta del IOR con un saldo de 400 millones, y sólo dos euros de los diez se destinaban a las obras del Papa. Cuando Francisco descubre esto se propone cambiar: hoy la mitad del Óbolo de San Pedro va finalmente a los pobres. Pero estamos sólo en el comienzo.

- ¿Los procedimientos de Beatificación y Santificación valen millones de euros? ¿Quién está detrás de esto en el Vaticano?

- Dedico un capítulo a la cuestión. Se llama La fábrica de los Santos. Basta pensar que, a un cierto punto, los hombres de Francisco descubren que no hay contabilidad, que el 90% de estas causas son gestionadas por sólo dos personas, dos postuladores. Y entonces bloquean 400 cuentas corrientes del IOR para entender cómo se maneja este río de dinero.

- Me impresionó lo que narras sobre un cardenal, habitante de la ciudad vaticana que, aprovechando la enfermedad de un vecino, también religioso, se apropia de dos habitaciones del que está internado, haciendo construir una pared que le permite agrandar su departamento sin permiso del enfermo.

 .Al regresar la hermana que cuida al internado, se encuentra con una casa a la que le faltan dos habitaciones.

- Cuando afirmo que Francisco está buscando de cambiar la mentalidad del Vaticano aludo a estas pequeñas arrogancias, a los privilegios, a las indiferencias que reptan en la curia. No hay solamente “faraones” señalados por el índice de Francisco, sino también medias figuras, personas mediocres que han ido cultivando su propio jardín en la burocracia vaticana aprovechándose de la misericordia que anima a la mayoría de los empleados.

- Muchos conocen el IOR, no tantos el APSA, que es otro banco del Vaticano.

- El APSA es otro banco, existente en tiempos de Wojtyla y Ratzinger, que Francisco está tratando de reformar, quitándole cada vez más poder. No quiero anticipar demasiado sobre cuánto he descubierto y escrito en el libro. Basta saber que cuando Bergoglio comenzó su pontificado encontró, entre los dirigentes de esta oscura estructura, al hijo de quien fuera la mano derecha de Paul Marcinkus, el vicepresidente del IOR en tiempos de Calvi, Licio Gelli (el jefe de la P2) y Sindona.

- El Vaticano sostiene que no has querido escuchar su versión sobre los hechos.

- El libro se basa, en una gran parte, sobre documentos inéditos y sorprendentes provenientes del mismo Vaticano. La versión vaticana ya la poseía en sus papeles. Claro, se trata de documentos comprometedores, alejados del sobrio estilo de los comunicados de prensa. Al contrario,en cada paso que di para estabelecer un diálogo no encontré respuesta.

- Siempre dices que eres católico y que tus hijos frecuentan escuelas católicas. Luego de otros libros tuyos tales como Vaticano Spa y Su Santidad, escritos durante los papados precedentes, ¿cómo te sentiste cuando terminaste la última página de Vía Crucis? ¿Sin esperanzas, traicionado?

- Se siente sin esperanzas quien no es optimista, quien no tiene energía, quien no cree que el hombre tiene sobre la Tierra un deber: mejorarse a sí mismo para ayudar a cambiar al mundo. Yo siento con frecuencia amargura, sorpresa, estupor, etc. cuando descubro y escribo estas historias, pero no pienso que esto quite nada a la fe que poseo.

- ¿Crees que logrará el Papa Francisco ganar esta batalla?

- No creo que el Papa esté solo. Posee, como principal sostén, un pueblo que llena con alegría la Plaza San Pedro. Y con tantos sacerdotes que día a día, gracias a las decisiones del Papa, zvan conquistando posiciones de responsabilidad. Es verdad que en el interior del Vaticano tiene muchos enemigos. Pero no se trata sólo de personas. El más grande enemigo del Papa es la inercia y el desinterés de quienes no lo ayudan, en el interior del Vaticano, a cambiar. Es, sobre todo, un problema de mentalidad. Si esta no muda todo quedará como antes. Francisco está tratando de cambiar las cosas, la mentalidad, las leyes y también las personas en los puestos de comando. Es una empresa difícil que necesita tiempo y que el libro narra detalladamente. Es difícil imaginar que este proceso de cambio concluya con su pontificado: cambiar la mentalidad insumirá más tiempo. Probablemente generaciones.

© LA GACETA

Cristiana Zanetto - Periodista italiana de medios gráficos y audiovisuales.

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