Tucumán recibirá al mejor teatro del país

Tucumán recibirá al mejor teatro del país

El flamante secretario general del Instituto Nacional de Teatro, el tucumano José Ramayo, calculó que el festival costará unos $ 3 millones.

NUEVA ETAPA. El flamante secretario general del INT, José Ramayo, apuesta al diálogo entre los teatristas. LA GACETA / FOTO DE JOSE NUNO. NUEVA ETAPA. El flamante secretario general del INT, José Ramayo, apuesta al diálogo entre los teatristas. LA GACETA / FOTO DE JOSE NUNO.
09 Marzo 2016

“El teatro tucumano es de mucha prepotencia artística y en el hacer. Cada uno lleva lo suyo a escena y todos quieren ser elegidos en la Fiesta Provincial. Al jurado que los evalúa le pedí que elija lo mejor de lo que vean para poder mostrarlo al país, sin reglas ni parámetros prefijados, sino a su libre criterio”.


La definición le pertenece al representante provincial del Instituto Nacional de Teatro (INT), José Ramayo, sobre quien pesa la organización del festival teatral, que encara su último tramo hasta el viernes con éxito de público (ver “En competencia”). El certamen costará en total unos $ 250.000, y parte de los gastos son cubiertos por el Ente Cultural de la Provincia.

Pero el funcionario tiene la atención dispersa, ya que la semana pasada fue electo secretario general del INT para todo el país (segundo en la grilla de responsabilidades de ese organismo), y está abocado a la reorganización integral del ente, para superar la crisis que dejó la gestión de Guillermo Parodi como director ejecutivo y que impidió, por ejemplo, realizar la fiesta tucumana en noviembre pasado.

“Venimos de un grave enfrentamiento interno. Hay que dialogar mucho y reestablecer los canales internos de construcción. Costó mucho esfuerzo tratar de mantener la vigencia de la ley del INT y ahora estamos en un momento muy especial de cambio de autoridades nacionales y de una nueva óptica de hacer y de gestionar. Tenemos que dejar atrás la beligerancia y escribir una nueva etapa junto al nuevo director ejecutivo, Marcelo Allasino”, sostiene.

Sin embargo, hay hechos que no se superarán: Ramayo confirmó que el año pasado quedaron sin ejecutar millones de pesos en el INT, pese a que estaba el dinero, y que los fondos volvieron al Tesoro de la Nación. “Se pudieron rescatar algunos expedientes pero no todos, y se perdió mucha plata”, admite. Entre los salvados figuran los subsidios para el equipamiento técnico de una decena de salas tucumanas, por un total de $ 2 millones.

Luego de 22 años

En medio de la actividad del festival provincial y de las discusiones políticas, Ramayo confirmó que entre el 27 de mayo y el 5 de junio se realizará en Tucumán la Fiesta Nacional de Teatro, con una treintena de elencos en representación de todas las provincias. La única vez que se realizó en Tucumán fue en 1994, hace ya 22 años.

Un evento muy especial, dentro de los 10 días de encuentro teatral, tendrá lugar en la ciudad sagrada de Quilmes, con la representación de un megaespectáculo escrito y dirigido por Rafael Nofal del que participarán actores y músicos profesionales y miembros de las comunidades originarias. Todavía no está definida la grilla, ya que en varios distritos, como el local, se están realizando las competencias selectivas. Se calcula que a mediados de abril estarán definidos los participantes; sólo se sabe que se abrirá con elencos del NEA, porque esa región ya tiene a sus ganadores.

“Estamos totalmente contra reloj, pero llegaremos. La Fiesta va a ser una cogestión con el Ente del Bicentenario, que ayudará con fondos. Desde el INT se aprobó un presupuesto de hasta $ 3 millones, pero es estimativo. Sí están contemplados los honorarios de los elencos, porque buscamos la profesionalización de los teatristas, y los traslados desde cada provincia hasta Tucumán”, señala.

La movida afectará a más de 300 personas para atender a los 350 actores, directores y técnicos visitantes. Lo habitual es que las funciones sean a sala llena, en especial en una comunidad teatrera como la tucumana, lo que obliga a redoblar la organización, que abarca el alojamiento, la comida, la movilidad, los traslados, a disponibilidad de los espacios y la recepción de todos los involucrados.

El secretario general del INT adelanta que se va a trabajar en los espacios más grandes disponibles, como los teatros San Martín, Alberdi, Centro Cultural Virla, la sala Miguel Ángel Estrella del Partido Justicialista y la carpa del Teatro en la Luna. “Pero también va a haber actividades en varias salas independientes, que me pidieron participar en la fiesta, y funciones en 10 municipios del interior. Como siempre ocurre, tendremos talleres, conferencias, invitados especiales y la presentación de libros”, agrega.

Las estatuillas que habitualmente se entregan en reconocimiento a las trayectorias de distintos teatristas del país están siendo diseñadas por el escultor tucumano Guillermo Rodríguez, por lo que llevarán su firma.

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ANÁLISIS 

Dialogar con la mirada puesta en la caja

FABIO ARIEL LADETTO / LA GACETA

 La consagración de José Ramayo como secretario general del Instituto Nacional de Teatro (INT) es consecuencia de un delicado tejido de alianzas y apoyos que el delegado tucumano fue hilvanando desde el año pasado. Su armado comenzó en la región, fue extendiéndose al resto del país y se consolidó a partir del enfrentamiento abierto evidenciado hace un año con Guillermo Parodi, en su gestión como director ejecutivo. En los hechos, el tucumano se constituyó en uno de los estrategas clave en la confrontación, y en mucho pesó su experiencia política formada en el peronismo previo al kirchnerismo.

El territorio del teatro no es campo fácil para la siembra. Aparte de los egos que están siempre latentes, existen las demandas constantes de fondos, ya que la actividad independiente es, casi siempre, deficitaria a los bolsillos de los actores, directores y técnicos. De allí que surgió una política oficial de subsidios y apoyos del INT (en tiempos del liberalismo menemista) y, luego, la provincial, ambas dispuestas por ley y, por ende, con cierto grado de estabilidad formal.

En tiempos de ajuste, la caja nacional es mirada mucho más que antes. Este inicio de 2016 ha sido con baja producción artística comparado con otros años (por lo menos en Tucumán), producto de la incertidumbre y de los reacomodamientos sociales y políticos. En este contexto de escasez, Ramayo tendrá la responsabilidad de cuidar y distribuir adecuadamente los dineros de todos. Es que la asignación de los recursos del INT depende de la decisión del Consejo de Dirección, no del director ejecutivo, cargo que ahora ocupa Marcelo Allasino, ex responsable cultural del municipio de Rafaela en gestión justicialista.

La mirada puesta en esa caja no es casual. Cómo se gastaba (y qué control había) fue el eje de la fractura del INT en 2015. Es que el volumen disponible es atractivo, porque se conforma especialmente con un goteo diario de parte de las recaudaciones por las entradas a distintos espectáculos y del 8% de los ingresos del ex Comfer (devenido en Afsca, y actualmente en el Ente Nacional de Comunicaciones) lo que le da autarquía, independencia y posibilidad de gestión, tres objetivos muy buscados en la administración pública.

Un hecho muy especial es que el poder operativo esté centrado en el NOA como zona cultural: hasta hace días, la secretaria general era la salteña Cristina Idiarte, desgastada por la pelea con Parodi. Además, es el tercer año consecutivo que la Fiesta Nacional se hace en una provincia de la región. Habrá que despedirla por un lustro como mínimo.

Ramayo espera un inicio pacífico, tanto por el diálogo abierto con Allasino como por la realización de la Fiesta Nacional de Teatro en Tucumán con motivo del Bicentenario de la Declaración de la Independencia, algo ya anunciado el año pasado pero que había quedado en terapia intensiva hasta ahora. Pero hay heridas que quedaron abiertas dentro del INT, y los funcionarios deberán curarlas antes de tratar de avanzar en sus proyectos. Apuesta al diálogo, pero varios piden la billetera. Uno sin la otra inclina la balanza al fracaso.

Y en ese sentido también se mira de reojo a la Dirección de Teatro del Ente Cultural de Tucumán, donde el efectivo escasea y augura un Bicentenario más austero que cuando se viajaba en carreta.

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- Un conflicto por superar

“Guillermo Parodi le hizo mucho daño al INT”

José Ramayo es tajante al calificar al ex director ejecutivo del Instituto Nacional de Teatro: “Guillermo Parodi hizo mucho daño, y el INT estuvo parado todo un año; por suerte se fue, porque nunca entendió ni quiso entender a este organismo, sino que se sintió omnipotente y amparado por su madre (la ex ministra de Cultura, Teresa Parodi) y quería decidir a quién le mandaba fondos”. El nuevo secretario general fue electo por los representantes de cada región, y de inmediato se reunió con el ministro de Cultura, Pablo Avelluto. “Fue un reconocimiento al INT, que cumplió 18 años y está instalado en la comunidad teatral y en los espectadores, que son los destinatarios de nuestros esfuerzos”, apuntó Ramayo.

- Homenaje a los pueblos originarios

Participación popular en La Cantata de Quilmes

En el marco de la Fiesta Nacional de Teatro, pero sin fecha confirmada aún, se realizará el megaespectáculo de la Cantata de Quilmes. “Reunirá el Bicentenario de la Independencia y los 300 años de la entrega por parte de la Corona española a la comunidad de Quilmes de los títulos de posesión de la tierra. Van a participar 100 personas del lugar, junto a cinco actores profesionales y músicos y todo se hará en la ciudad sagrada luego de que los caciques pidan permiso a la Pachamama. Tendrá televisación directa al país”, anuncia José Ramayo. La obra será escrita y dirigida por Rafael Nofal, y habrá una veintena de micros para trasladar a teatristas y público al lugar, según anticipó el representante tucumano del INT.


- En competencia

“Mirá quién habla” y “Y un día su olor cambió”

Ellos intentan, pero la voz no les pertenece. “Mirá quién habla” se presenta esta noche en la competencia de la Fiesta Provincial de Teatro desde las 20.30, en El Árbol de Galeano (Virgen de La Merced 435). Actúan Jorge Pérez Lucena, Gabriel Carreras, Kikín Díaz y Manuel Villarrubia Norri, con dirección de Pablo Parolo. A las 22, en La Gloriosa (San Luis 836), se verá “Y un día su olor cambió”, el texto de Rafael Nofal inspirado en los saqueos de 2013, que dirige Manuel Maccarini e interpretan Manina Aguirre, Indio Armanini y Tuly López. A la misma hora, pero en adhesión, estará en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251) “Luzazul (mujeres degolladas)”, con Juliana Pérez Navarro, Constanza Figueroa Dajir y Soledad Llampa, dirigidas por Tiziano Cruz. De las 15 obras en competencia, dos serán seleccionadas para la Fiesta Nacional de mayo.


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