Luis Elizalde no teme ser ejemplo

Luis Elizalde no teme ser ejemplo

Al triatlonista, que es insulinodependiente, nada le impide llegar a la meta. “Los que tienen diabetes tienen que saber que sí se puede".

 la gaceta / fotos de florencia zurita la gaceta / fotos de florencia zurita
14 Febrero 2016

“Creo que me ven como un ejemplo”, reflexionó Luis Elizalde. Ese es el concepto que para él todo el ambiente del triatlón tucumano tiene sobre su persona. ¿Lo considera un peso sobre sus espaldas? “Ese es el mensaje que les doy, el que les quiero dar”, despeja todas las dudas Elizalde. El ejemplo que el triatlonista da es que corre, anda en bicicleta y nada; a todas actividades las realiza en alto rendimiento, con una condición particular: es diabético.

“Los que tienen diabetes tienen que saber que sí se puede. Algunos dicen: ‘yo quiero y no puedo’. Trato de darles esperanzas: no hubo nada que me impidió hacerlo, yo tomo los cuidados necesarios y nada más”, sintetizó el ganador del “Triatlón Bicentenario” que se concretó en El Cadillal con un rotundo éxito.

Aunque suena simple lo que apuntó, no siempre fue fácil. Pero, a base de dedicación y programación, hoy Elizalde más que un trastorno metabólico, tiene una condición por la cual debe tener algunos cuidados más específicos que un deportista que no es insulinodependiente. “Siempre, antes del entrenamiento, me mido los niveles de azúcar y durante el día lo vuelvo a hacer tres o cuatro veces. Con eso tengo el control. Ya tengo como una ‘matemática’ en mi cabeza”, explicó sonriente.



Compararlo con un científico de laboratorio que siempre está pensando en proporciones y equivalencias es válido, porque su estado así lo requiere. Puede sonar agotador, pero con el tiempo y con buena actitud, se transformó en una costumbre para Luis. “Hace tres años lo conocí a Leonardo Serra, un endocrinólogo que está en el hospital Padilla. Con él empecé a trabajar el conteo de hidratos de carbono: cada 15 de ellos, una unidad de insulina corriente”, empezó la descripción de esa “matemática” que es propia para su cuerpo.

“Tengo una tablita que me dice cuántos hidratos de carbono tiene cada alimento y a base de eso tengo otra tablita que me dice si hago 60 minutos de actividad física al ciento por ciento, tengo que comer tanta cantidad de hidratos. Todo teniendo en cuenta la cantidad de glucosa que tenga previa a la actividad”, describió.

De niño a adulto

A los 13 le diagnosticaron el trastorno. “Por ahí es medio complicado cuando sos tan chico porque no sabés los cuidados que deberías tener y las complicaciones a futuro”, reconoció el atleta que calificó a sus padres como pilares durante esa época. Pero la niñez se fue y Luis empezó a descubrir más sobre el mundo deportivo, ese que su papá le había presentado con forma ovalada. “Como a los 18 años entro en conciencia de que debía cuidarme mucho. Comienzo a practicar ciclismo y ya corría porque jugaba al rugby. Había visto por la tele el tema del ‘tria’, pero no sabía que se practicaba en Tucumán”, recordó Luis. En 2013, con el dato que le acercó un amigo sobre un triatlón que se realizaría en Monteros empezó a entrenar para esa cita. Se asesoró con Juan Francisco Aparicio, referente del triatlón en la provincia, y con dos semanas de entrenamiento compitió en el desafío monterizo. “Gané la carrera y mi pensamiento fue: ‘por algo pasó’. Y eso fue lo que me encaminó a seguir”, explicó. “Dicen que cuando el bichito del triatlón te pica, es muy difícil dejarlo”, diagnosticó Elizalde.

Múltiples frutos


Sobre cómo será de beneficiosa la combinación de deportes que practica, Luis sostiene que tiene valores iguales que cualquier otra persona sin diabetes. “Desde que trabajo con Serra tengo todos mis valores normales y yo creo que es por el deporte sobre todo”, insiste el estudiante de Derecho, que está a 11 materias de recibirse.

“El deporte es lo que me ayuda a estar bien en todo”, sentenció. Y hasta se anima a decir que gracias a la actividad física tuvo una recuperación casi inmediata de un accidente que tuvo cuando un auto lo chocó mientras circulaba en su bicicleta. “Tuve un golpe en la cabeza que me causó un hematoma. Los médicos me decían que iba a tardar tres meses en recuperarme, pero a las tres semanas, la inflamación había desaparecido”, comentó sobre la sorprendente recuperación que tuvo.

Elizalde es igual de consciente de los beneficios que logró, como así también de las pautas de entrenamiento que cualquier atleta debe seguir. “La base para andar bien en todo deporte es la alimentación, el entrenamiento y el descanso. Lo que me cuesta cumplir a mí es el descanso”, reconoció.

Suena extraño, pero su pasión lo llevó a eso. “No puedo descansar del entrenamiento. Tengo que estar haciéndolo todo el tiempo. Se volvió un hábito, es algo que no me cuesta y lo necesito día a día”, estableció Elizalde, que entre sus metas está lograr el equilibrio, el mismo que posee ahora en sus niveles, pero siendo triatlonista y un futuro abogado.

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