La demora en las obras de los túneles y los puentes

La demora en las obras de los túneles y los puentes

Era un anhelo vecinal una necesidad para la ciudad. Sin embargo, su concreción se va diluyendo, literalmente, en el agua. La apertura de las calles Córdoba y Mendoza al 1.100 no termina de concretarse y los trabajos acaban de ser paralizados por orden del Gobierno, a causa de las filtraciones de las napas en las obras de los túneles. Se le ha exigido a la empresa constructora un proyecto para resolver la situación, que se encontraba no sólo con atraso sino en un punto muerto desde hace varios meses.

Cuando tuvo lugar la apertura de sobres de la licitación, en julio de 2013, el ex secretario de Obras Públicas, Oscar Mirkin, afirmó que los trabajos de conexión entre calles Suipacha y Marco Avellaneda, mediante un sistema de túneles y puentes peatonales, estaría concluido entre enero y febrero de 2014.

Una demora que va para más de dos años en la finalización de los trabajos es difícil de aceptar sin que nadie diga claramente lo que sucede. Se habla de factores como la necesidad de coordinar tareas con la empresa Belgrano Cargas y Logística, y las trabas a las importaciones. Pero el subsecretario de Obras Públicas, Fernando Baratelli, explicó que “los túneles no tienen fallas estructurales. El problema es que la empresa no logró que las paredes fueran lo suficientemente impermeables”. Obviamente, agregó que la sociedad “no nos va a aceptar un túnel con filtraciones”.

La Municipalidad fue más allá al analizar la cuestión. El intendente capitalino, Germán Alfaro, dijo que no recibirá la obra hasta que no esté en condiciones, y criticó al ex gobernador José Alperovich “por no tomar los recaudos técnicos. Por haberse apresurado a mostrarla antes de las elecciones quedamos en esta situación”.

Esto no es todo. Durante las intensas lluvias que cayeron sobre la provincia la primera semana de noviembre se formó una laguna al lado de los túneles que se construyeron -y que aún no están terminados- para que pasen los vehículos de Suipacha a Marco Avellaneda y viceversa. En esa ocasión, fuentes de la empresa constructora minimizaron el hecho y dijeron que los túneles no habían quedado inundados, que el agua se había acumulado a un costado y que cuando la obra concluyera no habrá riesgo de inundación.

Pero después de la tormenta del 4 de diciembre los túneles sí se inundaron. Como se inundó la avenida 24 de Septiembre bajo el puente del Central Córdoba, donde el auto de una familia de Santa Cruz fue atrapado por la tormenta. El conductor del vehículo falleció esa noche fatídica. Ni la Provincia ni la Municipalidad reaccionaron para advertir que los túneles están demasiado cerca y que la obra estaba excesivamente atrasada. Es una zona cuyas características de inundabilidad muy pocos ignoran en esta ciudad.

La advertencia del Gobierno a la empresa llegó después de que el Tribunal de Cuentas intimara al mismo Gobierno para que hiciera cumplir los plazos estipulados en el proyecto. Lo que nadie dice es cuánto tiempo más deberán esperar los tucumanos para ver la obra finalizada y si costará más de los 50 millones de pesos presupuestados (actualizados a 60 millones de pesos en junio del año pasado). Todo parece indicar que ambos números (plazos y precios) crecerán. Será preciso que en lo inmediato haya respuestas más claras y acciones más concretas para que este proyecto, muy esperado, llegue a un buen fin.

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