08 Febrero 2016
KILIS.- El número de refugiados sirios que esperan a la intemperie ante la frontera cerrada de Turquía ascendería a 45.000, según la organización humanitaria turca musulmana IHH.
“Ayer (por el sábado) eran 35.000, hoy (por ayer) llegamos a 45.000 y el flujo continúa: no paran de llegar familias de Alepo, tanto árabes como turcomanas y kurdas”, dijo por teléfono Emrullah Öztürk, portavoz de IHH, que se encuentra la provincia de Kilis.
Ayer, el Gobierno turco manifestó que no abandonará a los refugiados sirios. “Turquía ha alcanzado el límite de su capacidad para absorber refugiados”, afirmó el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, a CNN Turk televisión. “Pero al final, estas personas no tienen otro lugar a donde ir”, agregó el funcionario.
“No estamos en condiciones de decir que no vengan. Si lo hacemos, estamos abandonándolos a la muerte”, destacó.
Los refugiados se encuentran junto a la frontera turca y en las localidades vecinas controladas por los insurgentes, tras huir de las últimas ofensiva del Gobierno sirio, que contó con el respaldo desde el aire de los bombardeos ordenados por Rusia.
Turquía permite que entre ayuda humanitaria, incluso tiendas de campaña, comida caliente y agua, lo que supone un sustento para las decenas de miles de personas. Pero no es suficiente y la gente ya se pelea incluso por el pan.
“La gente aquí sólo tiene la ropa que lleva. Muchos ni siquiera tienen equipaje. Huyeron con lo que llevaban puesto”, contó Anas al Jatib, un sirio de 20 años. (DPA)
“Ayer (por el sábado) eran 35.000, hoy (por ayer) llegamos a 45.000 y el flujo continúa: no paran de llegar familias de Alepo, tanto árabes como turcomanas y kurdas”, dijo por teléfono Emrullah Öztürk, portavoz de IHH, que se encuentra la provincia de Kilis.
Ayer, el Gobierno turco manifestó que no abandonará a los refugiados sirios. “Turquía ha alcanzado el límite de su capacidad para absorber refugiados”, afirmó el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, a CNN Turk televisión. “Pero al final, estas personas no tienen otro lugar a donde ir”, agregó el funcionario.
“No estamos en condiciones de decir que no vengan. Si lo hacemos, estamos abandonándolos a la muerte”, destacó.
Los refugiados se encuentran junto a la frontera turca y en las localidades vecinas controladas por los insurgentes, tras huir de las últimas ofensiva del Gobierno sirio, que contó con el respaldo desde el aire de los bombardeos ordenados por Rusia.
Turquía permite que entre ayuda humanitaria, incluso tiendas de campaña, comida caliente y agua, lo que supone un sustento para las decenas de miles de personas. Pero no es suficiente y la gente ya se pelea incluso por el pan.
“La gente aquí sólo tiene la ropa que lleva. Muchos ni siquiera tienen equipaje. Huyeron con lo que llevaban puesto”, contó Anas al Jatib, un sirio de 20 años. (DPA)
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