Por la suba de tasas, es más caro pagar con tarjeta

Por la suba de tasas, es más caro pagar con tarjeta

Según especialistas, por la inflación, es recomendable pagar en cuotas. No obstante, remarcaron la importancia de planificar gastos para no pagar el mínimo del resumen. El interés para financiar compras con el “plástico” trepó siete puntos porcentuales; en préstamos personales, el incremento fue del 10%.

ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO
24 Diciembre 2015
Luego de abrir el cepo cambiario y de devaluar el peso, el Gobierno del presidente, Mauricio Macri, convalidó un reajuste de todas las tasas de interés del sistema financiero. En los últimos días, los costos de los préstamos que dan los bancos para el consumo se incrementaron, en promedio, entre siete y 10 puntos porcentuales. En tanto, las tasas de interés para financiar compras con tarjetas de crédito también aumentaron en torno a los siete puntos. Por esta razón, expertos consultados por LA GACETA recomendaron no abrir deudas a largo plazo, hasta que las tasas no se estabilicen.

Mediante un alza del 36% en las tasas de las Letras del Banco Central (Lebac) -instrumento por el cual la autoridad monetaria le paga a los bancos para absorber pesos del sistema financiero- el Gobierno de Macri pretende contrarrestar cualquier eventual presión sobre el tipo de cambio.

Pero la estrategia encareció el valor del crédito, porque el movimiento de las tasas de las Lebac es referencial para las tasas de todos los créditos del sistema financiero, según explicó el especialista en Crédito y Cobranza, Raúl Ostengo. “Las colocaciones de Lebac en los bancos le permiten al Central retirar pesos excedentes del mercado para que no vayan al dólar. Pero las tasas de todos los créditos están atadas a las tasas de las Lebac”, subrayó el experto.

A partir de estos reajustes, los créditos personales pasaron de tener una tasa promedio del 37% anual a una del 47%; los prendarios, del 25% al 32%; y las tasas de financiamientos con tarjetas aumentaron del 41% al 48% anual, según consignó el diario económico “Ámbito Financiero”.

Ostengo remarcó que, tras la salida del cepo y la devaluación, la economía transita una etapa de absorción de pesos. En este sentido, señaló que el Gobierno quiere estimular la apertura de plazos fijos bancarios, con tasas atractivas, para que los ahorristas no destinen dinero a la compra de dólares. No obstante, advirtió que este plan puede retraer el consumo interno, ya que las tasas elevadas obstaculizan el acceso al crédito. “Es una etapa de transición. Era necesario corregir variables. No es el momento de endeudarse a largo plazo. Además, hay que esperar el resultado de las paritarias, para medir el verdadero impacto de la devaluación en el poder adquisitivo”, advirtió Ostengo.

Conducta cautelosa

En la Argentina, el consumo minorista está financiado, en gran medida, por operaciones con tarjeta de crédito. Pero en un contexto de tasas altas, lo recomendable es mantener la cautela y evitar el pago mínimo del resumen. Paloma Bokser, vicepresidenta del Centro de Educación al Consumidor, sostuvo que en un marco de inflación, la tarjeta de crédito permite, de algún modo, congelar precios.

“Al pagar en 12 cuotas, por ejemplo, el consumidor puede estirar el precio de un bien o de un producto que, en un año, saldrá más caro. Pero con la suba de tasas es necesario planificar los gastos familiares para no pagar el monto mínimo de la tarjeta”, sugirió la especialista, consultada por este diario.

“Hay bancos que cobran hasta un 50% de recargo cuando los usuarios de tarjetas pagan el mínimo del consumo. Ésto, en el escenario actual, es el peor negocio”, insistió Bokser.

Durante el Gobierno de la ex presidenta, Cristina Fernández, cobraron mucha fuerza las promociones bancarias para consumir con plástico. Del mismo modo, el Poder Ejecutivo impulsó programas como el “Ahora 12”. La vicepresidenta del Centro de Educación al Consumidor afirmó que es recomendable el uso de esta herramienta financiera, porque las expectativas de inflación, en el mediano plazo, señalan que los precios seguirán en alza.

“Luego de las elecciones, y en especial después de la devaluación, la inflación se aceleró, sobre todo en productos de harina, en bebidas y en la carne. Diciembre acumula una inflación del 3,5% y el año cerrará en torno al 26% o al 28%”, concluyó Bokser.

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