El Gobierno seduce al campo para que aporte más dólares

Las primeras medidas del nuevo Gobierno apuntaron a mejorar el aparato productivo, sobre la base de dos consignas: por un lado, estimular el ingreso de dólares para el corto plazo; por el otro, comenzar a sentar los pilares para atenuar el estancamiento económico apuntalando al campo, a las economías regionales y a la industria, cuya producción depende de insumos, bienes intermedios y bienes de capital importados. A partir de esa premisa, se intenta recomponer la competitividad perdida para estimular la actividad, la inversión productiva y el empleo en el mediano plazo.

Según un reporte de Economía & Regiones (E&R), el tipo de cambio cuasi fijo (al generar expectativas de devaluación) inducía a los grandes productores agrarios a liberar la cosecha en cuentagotas. En los últimos meses sus ventas prácticamente se paralizaron, llevando las liquidaciones por exportaciones de granos a los valores más bajos desde 2007. Por el otro, la descoordinación de política macroeconómica que combinaba el uso del tipo de cambio cuasi-fijo con una elevada presión tributaria, en un contexto de caída de precios internacionales, perjudicaba el nivel de actividad de en las economías regionales y sus procesos de inversión y sus respectivos mercados de trabajo. Funcionarios de la Casa Rosada consideran que el cambio de políticas puede llegar a que el sector agropecuario -especialmente el complejo sojero- aporte entre U$S 5.000 millones y U$S 8.000 millones para apuntalar las reservas internacionales del Banco Central, que el viernes último cerraron en torno de los U$S 24.383 millones.

E&R sostiene, además, que la eliminación de las retenciones es fundamental para las economías regionales, cuyos entramados productivos y cadenas de valor son fundamentales para la actividad y el mercado laboral en las provinciales.

La competitividad precio efectiva (CPE) de economías regionales -exportadoras- como el algodón, azúcar, naranja, tabaco, vino, té, arroz, manzana, maní, y peras depende de los precios de los commodities, el tipo de cambio (nominal oficial), las retenciones a las exportaciones y los costos de producción.

Según la consultora privada, la administración de la presidenta Cristina Fernández dejó la competitividad de las economías regionales por debajo (-5%) de los niveles de diciembre 2001 (en promedio). “Luego, la quita de retenciones mejora la competitividad de las economías regionales en promedio 12 puntos porcentuales, ubicándola (nuevamente) un 7% por encima de la salida de la convertibilidad”, puntualiza el informe al que accedió LA GACETA. Los productos más beneficiados son los que percibían alícuotas de retención más alta como el algodón, la pera y el tabaco, cuyas mejoras alcanzan 15,6% y 11,1% respectivamente. En el caso del azúcar, la mejora alcanzó al 5,3%.

El sinceramiento cambiario también impacta positivamente sobre la competitividad de las economías regionales. Una corrección cambiaria que lleve al dólar a $ 14 (dejando el resto de las variables fijas) elevaría la CPE entre un 51% (sería el caso del azúcar) y un 66%. Luego, el sinceramiento cambiario con quita de retenciones dejaría a las economías seleccionadas con un amplio margen de competitividad precio efectivo, subraya.