1959. Arturo Frondizi, el último presidenteque vistió frac en la ceremonia de asunción

1959. Arturo Frondizi, el último presidenteque vistió frac en la ceremonia de asunción

JURA ARTURO FRONDIZI. El 1 de mayo de 1958, vestido de frac, habla en la Casa Rosada luego de recibir la banda y el bastón. LA GACETA / ARCHIVO JURA ARTURO FRONDIZI. El 1 de mayo de 1958, vestido de frac, habla en la Casa Rosada luego de recibir la banda y el bastón. LA GACETA / ARCHIVO
En el cada vez más acotado mundo de la vestimenta masculina formal, el frac representa el punto más alto: es la ropa de gran gala. Consiste en una chaqueta negra que queda abierta y no se abotona, con solapas puntiagudas de seda; se interrumpe en la cintura, con las puntas hacia abajo, y se reinicia detrás con dos faldones anchos. El pantalón, negro también, sin bocamanga, lleva un vivo de seda a todo lo largo de las costuras laterales.

Se usa con camisa de pechera dura, puños de gemelos, cuello palomita y corbata blanca. El chaleco debe ser blanco por la noche, y negro para las ceremonias de la mañana. Zapatos y medias son negros. El sombrero de copa y los guantes blancos de cabritilla, eran su complemento final.

Las obras de referencia dedican páginas a la historia remota del frac, que habría empezado a diseñarse allá por los tiempos de Federico El Grande. Durante muchos años, se lo confeccionó de diversas tonalidades, y se completaba con calzones cortos. Su forma y color definitivos, que describimos arriba, parecen datar de las primeras décadas del siglo XIX. En la novela de Lord Lytton “Pelham, or the adventures of a gentleman”, de 1828, lady Pelham advierte a su hijo que evite el frac azul y use exclusivamente el negro, reservado, dice, “a las gentes de apariencia muy distinguida”.

Como atavío de la máxima etiqueta, el frac fue el atuendo tradicional que los presidentes de la República Argentina lucían en las grandes ceremonias: la asunción del mando, la apertura de sesiones del Congreso, el Te Deum de las fechas patrias. Cuentan las crónicas que algunos jefes de Estado lo sabían llevar con especial elegancia. Por ejemplo, el doctor Manuel Quintana, quien mandó de 1904 a 1906. El doctor Roque Sáenz Peña, presidente desde 1910 a 1914, si el día era frío llevaba sobre el frac una amplia capa, en lugar del sobretodo. Era también el atuendo que correspondía en los banquetes importantes o en las funciones teatrales de gala.

Agustín P. Justo, a pesar de su grado de general, juró con frac en 1932. En cuanto al general Juan Domingo Perón, asumió en 1946 y 1952 con el uniforme militar azul, de gran gala. Los años fueron pasando, y las ocasiones del frac se irían reduciendo cada vez más. El último presidente de la Nación que asumió con frac, fue el doctor Arturo Frondizi, el 1 de mayo de 1958. Y, como mandaba el protocolo, se lo puso de nuevo esa noche, para asistir a la velada del Teatro Colón. Su sucesor, el doctor José María Guido, no tuvo tiempo para encasquetarse esa vestimenta, en 1962: sabemos que corrió apurado a jurar, para anticiparse al jefe militar que había depuesto a Frondizi y que quería ocupar el sillón de Rivadavia.

El siguiente mandatario constitucional, doctor Arturo U. Illia, fue el primero que prestó juramento con traje de calle, en 1963 (aunque se puso frac a la noche, para la función del Colón).

La seguidilla de presidentes militares de la “Revolución Argentina” usó, lógicamente, el uniforme en sus asunciones. El doctor Héctor Cámpora juró con traje de calle en 1973 y el general Perón con uniforme de gala, ese mismo año. Los siguientes presidentes del “Proceso de Reorganización Nacional”, asumieron con uniformes. Y al reinstalarse la democracia, en 1983, el doctor Raúl Alfonsín continuó con el traje común, que rige hasta hoy.

El frac también era de rigor en la asunción de los gobernadores de provincia, hasta promediar la década de 1940, en que desapareció. El último mandatario tucumano que juró con frac, fue el doctor Miguel Critto, en 1939.

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