Liberaron a los cuatro detenidos de una persecución porque sólo se les imputó un delito excarcelable

La fiscala Adriana Reynoso Cuello decidió liberar a los cuatro hombres que habían sido aprehendidos luego de una cinematográfica persecución que comenzó en esta capital y terminó en Yerba Buena. Según fuentes tribunalicias, tomó esta decisión porque sólo contaba con pruebas para imputarlos por resistencia a la autoridad, delito que es excarcelable.

Todo comenzó ayer a última hora. Personal de la Seccional 10ª había acudido en un vehículo a atender una denuncia de violencia de género. Al llegar a la esquina de Diagonal Chaco y Panamá, observaron una Ford Ranger gris, detenida y ocupada por cuatro personas. Al acercarse, detectaron que uno de ellos portaba un arma de fuego, por lo que decidieron detenerse para identificarlos.

El cabo Carlos Flores se bajó del patrullero y antes de cumplir con su misión, desde el interior de la camioneta le efectuaron disparos, por lo que debió arrojarse al suelo. Su compañero el agente Augusto Díaz respondió con su arma, que estaba cargada con postas de gomas que terminaron destrozando la luneta del vehículo.

Los sospechosos huyeron del lugar y así comenzó una persecución digna de película: se dirigieron por avenida Francisco de Aguirre hacia el oeste y tomaron la ruta nacional 9 hasta Tafí Viejo. Luego, los sospechosos se desplazaron hacia la zona de la comuna de Cevil Redondo (Villa Carmela), ingresaron por un camino de una finca de limones. En esa maniobra perdieron la rueda trasera izquierda, que no les impidió retornar hacia el Camino del Perú y de allí se dirigieron hacia la avenida Presidente Perón, en Yerba Buena, hasta la plazoleta del Barrio Telefónico, donde la policía logró detenerlos.

El desenlace

Rodeados por los uniformados los ocupantes de la camioneta (un hombre de 33 años, dos jóvenes de 20 y uno de 19, estos tres últimos domiciliados en Yerba Buena) se entregaron sin ofrecer resistencia.

Los policías, al requisar la camioneta, encontraron un revólver calibre 22 corto -inutilizable porque le faltaban algunas piezas-, un cartucho de escopeta y dos cartuchos de nueve milímetro. El arma con el que dispararon al uniformado no se la encontró, por lo que es muy probable que la hayan arrojado en medio de la persecución.

Al enterarse de la situación, Reynoso Cuello ordenó que los ocupantes de la camioneta no sean detenidos, aunque dispuso que a los sospechosos se les realice examen médico y toxicológico, dermotest, dosaje alcohólico y que se secuestre el vehículo. También confirmó que ninguno tenía antecedentes.

La decisión de la fiscala generó controversia. Paul Hofer, secretario de Seguridad Ciudadana, utilizó su mejor rostro a la hora de opinar del caso. “Hay que respetar la medida que tomó la Justicia. Debe contar con el respaldo de algunas pruebas”, indicó el funcionario. “La Policía está preparada y capacitada para enfrentar este tipo de situaciones. Pero después de poner en riesgo la vida propia, la de terceros, el patrimonio de todos los tucumanos, es un poco frustrante”, agregó.

“Hay que respetar lo que decide la Justicia. La Policía va a seguir haciendo lo que corresponde, que es combatir el delito, perseguirlo hasta las últimas consecuencias. La Policía pone los delincuentes a disposición de la Justicia, que después ve qué hace”, señaló el funcionario en una charla con LA GACETA.

Fuentes judiciales confirmaron que Reynoso Cuello decidió liberar a los acusados por no tener pruebas en su contra. Los uniformados aseguraron que hubo un tiroteo, pero la única arma que lograron secuestrar no pudo haberse utilizado porque le faltaban piezas.

La fiscala analizará si se le puede imputar el delito de resistencia a la autoridad, tipificación que es excarcelable. De todas maneras, los acusados seguirán siendo investigados por el caso.