La hija del hombre que murió de un infarto tras un robo pide que atrapen al ladrón

Yanina Portillo todavía habla en presente cuando recuerda a su padre. “Trabaja como vendedor ambulante. Se levanta temprano y se va para Cruz Alta o Ranchillos. Toda su vida trabajó”, contó. José Francisco Portillo murió el domingo a la mañana de un paro cardíaco, luego de que un joven le robara el bolso en el que llevaba la mercadería que iba a ofrecer ese día.

Ayer, la víctima fue sepultada. Su familia envolvió el cuerpo de Portillo con una bandera de San Martín, el club de fútbol del que era hincha. “Ahora nos quedamos solas las tres en casa: mi mamá, mi hermana y yo”, dijo Yanina. Los dos hijos varones de Portillo viven en sus respectivas casas.

La familia Portillo reside en el segundo pasaje sin nombre de La Costanera, a la altura de calle Yamandú Rodríguez al 700. Yanina comentó que el domingo su padre les dijo que iba a regresar al mediodía para que comieran un asado, y que con el dinero que esperaba conseguir iba a comprar las gaseosas.

“Estaba esperando el colectivo cuando le quitaron el bolso. Forcejeó, porque no le iba a entregar así nomás las cosas. Aparte lo conoce a ese chico, y le decía ‘eh, ¿que no sabés quién soy?”, manifestó Yanina.

El robo ocurrió en la avenida Gobernador del Campo, cerca de la rotonda que se encuentra en el acceso a San Miguel de Tucumán. Luego de que le robaran, el vendedor ambulante corrió detrás del ladrón, y al darse cuenta de que no lo iba a alcanzar, se dirigió a la vivienda de su hijo, que vive a dos cuadras, para pedirle ayuda ya que también lo conocía al asaltante.

“Cayó en la puerta de la casa de mi hermano, que lo levantó en sus brazos para tratar de llevarlo a algún lugar. Al final lo trasladaron en un patrullero, pero ya llegó sin vida al hospital Padilla”, rememoró la joven.

Más tarde, la madre del supuesto ladrón devolvió el bolso. “Nos contaron que su hijo la andaba persiguiendo con un cuchillo, enojado porque no lo dejó que se quedara con las cosas”, agregó Mercedes, sobrina de la víctima.

“Él hace mucho daño. Aquí todos lo conocen. Lo que nosotros pedimos es que esto no quede así, porque tenemos miedo de que alguien quiera tomar justicia por mano propia. Ahora este muchacho se fue del barrio, pero mañana o pasado va a volver y todo quedará en la nada”, afirmó Yanina.

María José, otra de las sobrinas de Portillo, también pidió ayuda por la situación de muchos niños y jóvenes que sufren de adicción al “paco”. “Aquí venían políticos todos los días hasta las elecciones, después no aparecieron más”, lamentaron.