El grupo es el que manda en Atlético

“Atlético es un equipo inteligente. A cualquiera que le toca jugar lo hace verdaderamente bien, y eso habla a las claras de por qué estamos allí arriba”. La frase pertenece a Leandro González, unos de los goleadores y “asistidores” en el 4-1 sobre Douglas Haig. El mediapunta, que ya sabe de qué se trata ser campeón en el ascenso –lo fue con Olimpo en 2007- tiene razón: el “decano” fue un monumento a la inteligencia en Pergamino. Algo así como la Teoría de las Inteligencias Múltiples del psicólogo estadounidense Howard Gardner aplicada al fútbol. Es decir, la inteligencia de Atlético no es unitaria, sino un conjunto de capacidades múltiples, distintas y semi-independientes, en beneficio del sistema.

Un repaso a estas inteligencias podría comenzar por las palabras de Bruno Bianchi. “Dimos otra muestra de carácter: ya nos ha pasado varias veces, en el partido con Patronato, con uno menos durante media hora, el equipo aguantó bastante bien. Con Douglas fue otra muestra de que podemos conseguir el objetivo”, dijo.

Hay inteligencia también en actuaciones individuales que han ido in crescendo, como son los casos del propio González y de un Cristian Menéndez ahora con la pólvora muy seca. Ambos con experiencia en Primera, la tienen clara a la hora de apuntar al objetivo del mundo “decano”, el ascenso. “Es una linda presión la que tenemos. Solos nos metimos ahí y sabíamos que para pelear los primeros lugares necesitábamos conseguir regularidad. Ahora, hace ocho partidos que no perdemos, siete victorias y un empate, y eso habla de que queremos pelear bien arriba hasta el final”, señaló “Lea”.

El “Polaco” también aporta precisión en la reflexión, además de goles: “esta goleada seguramente marcará un punto de inflexión. Porque en esta recta final lo que más influye es la confianza; a veces terminás ganando los partidos por ese ímpetu, por esa confianza que se tiene cada uno”.

Hay una inteligencia que tiene marca registrada y un apellido relativamente común, Rodríguez. Basta con escuchar a Juan Azconzábal, ayer compañero de equipo y hoy su técnico, para entender de qué se trata el aporte de “Pulguita”. “Cada vez que le toca jugar, Luis puede ser determinante. Nosotros lo que tenemos que hacer es protegerlo en cuanto a lo futbolístico. Lo más importante es que con el correr de los años tomó un rango mayor dentro del vestuario, algo que Atlético necesita”.

En el banco también hay inteligencia. Con algunos cambios oportunos y con un mensaje que no deja dudas y mantiene a todos encarrilados en pos de la meta: es el “paso a paso” versión “vasca”.

“Dentro de 48 horas ninguno se va a acordar de esta victoria en Pergamino, y fundamentalmente dentro del vestuario, esa es nuestra obligación. Porque siempre lo digo, cada partido es una final y no podemos vislumbrar más allá del próximo. Hoy nos toca estar en una situación de privilegio, pero el fútbol es muy cambiante. Y si no mantenemos la humildad, no habrá garantía de triunfos”.

¿Claves para que no vuelva a pasar lo de otras veces y Atlético pueda sostener el envión hasta el final? “Ante Douglas fuimos contundentes y sólidos, y lo tenemos que seguir manteniendo, nada más. Porque todo se va en palabras y el próximo partido tenemos que volver a ganar”, agregó Azconzábal. O sea, ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Y luego quedarán apenas otros cinco cotejos por delante para que las inteligencias múltiples de Atlético -que también incluyen la experiencia de Lucchetti, el juego asociado de Acosta y el equilibrio de Julio, entre otros valiosos aportes- terminen pagando sus dividendos en moneda de Primera. Y para que se cumpla el deseo de tantos.

¿Dónde te ves a mediados de noviembre? “Esperemos que de vacaciones”, respondió Menéndez con una sonrisa en Pergamino. Y “Pulguita”, ante la misma pregunta, también confió: “espero que festejando, junto a los compañeros, nuestras familias y la gente de Atlético”. Que así sea.