Se prendió fuego su casa, no pudo huir y murió carbonizado

Su casa ardía en llamas. Víctor Manuel Santillán estaba preso en su propio hogar y no pudo escapar del fuego. Tenía 77 años y una enfermedad que no le permitía mover las piernas. Sus vecinos, los únicos que lo visitaban a diario, no lograron salvarlo. Cuando los bomberos aplacaron el incendio, encontraron su cuerpo carbonizado entre los escombros, lejos de la cama en la que reposaba.

El martes a la noche, un vecino de la manzana 16 del barrio Soeme, en Las Talitas, había salido al patio a tender la ropa. Le llamó la atención la inmensa cantidad de humo que provenía de la vivienda del lado. Se trepó a la tapia, miró por encima y comprobó que la casa de Santillán se prendía fuego.

La vivienda era de madera y se encontraba ubicada al fondo del terreno. Los vecinos forzaron el portón de entrada y, desesperados, llenaron baldes y tachos con agua en sus casas y corrieron hasta lo de Santillán. Todo fue en vano. En pocos minutos, el fuego devoró la prefabricada.

“Eran impresionantes las llamaradas. Cuando llegaron los bomberos, una hora después, ya no quedaba nada”, lamentó el hombre que vivía al lado de la víctima, quien ocultó su identidad al contar lo sucedido.

Los bomberos encontraron a Santillán carbonizado en medio de los escombros. No estaba acostado en la cama, donde lo habían visto por última vez una hora antes, sino en un rincón. “Parece que quiso salir y no pudo”, comentó el vecino, todavía conmovido por la escena.

La enfermera

Estela María Heredia es enfermera y vive en el mismo barrio. Era ella quien le curaba las piernas a Santillán y quien lo vio por última vez, 45 minutos antes de que se desatara el incendio. “Él tenía problemas de circulación en los dos miembros inferiores, que estaban escarados”, contó la mujer. “Me había prometido que hoy íbamos a ir al médico”, agregó con tristeza.

Ese problema en las piernas le impedía moverse. Santillán vivía solo y no tenía familia, pero la solidaridad de sus vecinos evitaba que quedara desamparado. Ellos pasaban varias veces al día por su casa para ayudarlo y acompañarlo, aunque sea por unos pocos minutos.

“Hace cuatro o cinco meses empezó con esta enfermedad. Se le hacían como úlceras en las piernas y las tenía muy hinchadas”, indicó el vecino que vive a la par de la casa incendiada.

Según dijo, Santillán era un buen vecino. “Muy reservado con sus cosas, pero una excelente persona”, lo recordó. Había trabajado como fletero para una empresa que vende máquinas de coser, hasta que el deterioro de su salud, hace varios meses, lo obligó a abandonar el empleo.

La estufa

Una estufa habría causado el incendio, sostuvieron los vecinos. “Él siempre tenía una estufa prendida al lado de la cama, pegada a la pared de madera. Ya le habían dicho que la saque de ahí, pero la seguía teniendo. Aparentemente, ha sido ese artefacto el que ocasionó el fuego”, estimó uno de ellos.

Los especialistas de la Dirección General de Bomberos explicaron que hasta ayer no concluyeron las pericias, y preferían no aventurar hipótesis sobre lo que había ocurrido. Trabajan bajo las directivas de la fiscala de Instrucción de la IX° Nominación, María de las Mercedes Carrizo.