La escuela Costanera Norte pide un policía para el turno tarde

La escuela Costanera Norte pide un policía para el turno tarde

Directivos, maestros y padres enviaron una nota al Ministerio de Seguridad Ciudadana debido a altercados con “banditas”.

LA ESCUELA. Patio de la institución ubicada en la calle Estados Unidos 1.500. LA GACETA / Foto de Florencia Zurita LA ESCUELA. Patio de la institución ubicada en la calle Estados Unidos 1.500. LA GACETA / Foto de Florencia Zurita
05 Agosto 2015
Durante la mañana no hay, en principio, problemas de seguridad en la escuela Costanera Norte (calle Estados Unidos al 1.500). Las amenazas se disparan a la siesta, cuando los adolescentes y jóvenes del barrio salen a la calle. Diversas fuentes relatan que a esa hora del día comienzan a formarse los grupos o “banditas” que suelen instalarse en las esquinas de la Costanera para pasar el tiempo y, eventualmente, consumir alcohol y “paco”. Estas reuniones callejeras tienden a prolongarse hasta la madrugada: el momento crítico -en todos los sentidos- coincide con el anochecer, cuando los estupefacientes ingeridos surten efecto.

Este ciclo diario está metido en el reloj biológico del caserío emplazado a no más de 35 cuadras de la plaza Independencia. Fue durante una de esas tardes recientes que una “bandita” ingresó a la escuela primaria y atemorizó a la comunidad educativa. Al parecer, los adolescentes entraron al establecimiento con la intención de jugar a la pelota y se resistieron cuando los adultos a cargo les pidieron que se retiraran. Del relato de testigos se desprende que reaccionaron en forma violenta, pero nadie puede asegurar si los chicos estaban alcoholizados o drogados.

El suceso puso en guardia al cuerpo directivo. Según pudo averiguar este diario, no era la primera vez que una “bandita” causaba altercados en la escuela durante el turno tarde. Con suma reserva -porque hablar con nombre y apellido puede acarrear consecuencias inimaginables-, una docente comentó que desde hace tiempo piden a la comisaría que refuerce la vigilancia a partir de las 14: ocurre que un policía concurre en los horarios de entrada y de salida de los alumnos sólo durante la mañana (la Seccional N°11 es la dependencia competente en la Costanera). De acuerdo con esta versión, se hicieron varias gestiones -incluso por escrito- sin conseguir resultados.

“Entonces, decidimos dar un paso más y acudir directamente ante el Ministerio de Seguridad Ciudadana”, explicó uno de los adultos preocupados por la seguridad de la escuela. La semana pasada escribieron una nota, y se organizaron para recolectar firmas entre el plantel docente y los padres. El texto dirigido a la cartera que encabeza el ministro Jorge Gassenbauer solicita una guardia policial permanente entre las 14 y las 18. Fuentes ligadas a la escuela informaron que la nota había ingresado al Ministerio el jueves pasado y que aún no habían obtenido una respuesta. “Entendemos que los grupitos quieren jugar y que no tienen otro lugar adonde ir. No nos oponemos a que este espacio sea usado por el barrio, pero debemos velar por la seguridad de todos. Y cubrirnos: si sucede algo, nosotros ya avisamos”, manifestaron.

En el Ministerio de Seguridad Ciudadana dicen estar al tanto de los reclamos y miedos de las escuelas de la Costanera. Una vocera manifestó este martes que Abel Montero, comisario y jefe de la zona 3, y Ramón Herrera, jefe de la Comisaría N°11, habían recibido instrucciones de entrevistarse con las autoridades escolares. En la escuela Costanera Norte afirman que el Ministerio de Seguridad Ciudadana aún no apareció por ahí.

El barrio es el epicentro de un desastre humanitario, según Melitón Chávez, párroco de El Salvador y vicario de la Solidaridad. Tanto ese sacerdote como Dora Ibáñez, confundadora de la agrupación Madres del Pañuelo Negro, expresaron en entrevistas recientes que en el presente hay más droga que nunca y que las muertes de adictos son frecuentes -Chávez advirtió que el “paco” ha avanzado en general en todas las zonas pobres del Gran San Miguel de Tucumán-. El vecino Fabio Paz confirmó esa impresión: “es evidente que la droga circula en la Costanera, sobre todo por la parte que está más al fondo, la que da para el río (Salí). El otro punto caliente es el área llamada ‘El Trébol’”. Todo esto ocurre pese a que el Estado está presente, de diferentes maneras, en el lugar. Al respecto, Chávez planteó la siguiente teoría: “hay una situación de abandono aunque haya muchos agentes públicos trabajando aquí. Vemos gente cumpliendo horarios, pero no metida con el corazón en una realidad que exige un compromiso personal inmenso”.

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