Por LA GACETA
28 Julio 2015
Pese a que su actividad comercial ha crecido, sigue conservando parte de ese espíritu de pueblo, donde muchos se conocen, aunque más no sea de vista, y todavía puede verse un domingo en la plaza principal a vecinos tomando mate, mientras vigilan con la mirada a los chicos que juegan. Tafí Viejo conserva en algunos aspectos ese aire familiar que lo ha caracterizado. En contrapartida, el crecimiento poblacional ha desnudado problemas cotidianos que generan el malhumor de sus moradores.
Según el censo de 2010, cuenta con una población de 39.601 de habitantes, a los que hay que sumarles los que viven en el Barrio Lomas de Tafí y en nuevos barrios que se han habilitado recientemente. La ciudad tiene dos bancos y sólo cuatro cajeros automáticos en total, de los que funcionan habitualmente dos. Ello ocasiona largas y desgastantes colas y provoca que los aparatos se queden sin dinero. De manera que en caso de alguna emergencia, una gran parte de los taficeños debe trasladarse a la capital, porque en Lomas de Tafí sólo hay uno para atender las necesidades de miles de vecinos. A juzgar por el tiempo que perdura esta situación, da la impresión de que las autoridades bancarias no se han percatado de la deficiencia de este servicio ni del problema que le ocasionan a la población. La Municipalidad podría insistir ante las entidades crediticias para subsanar esta desconsideración con los vecinos.
Otra preocupación es la falta de semáforos en dos accesos a la ciudad: uno en la entrada-salida de la Diagonal Leccese, donde el caudal de vehículos es significativo al igual en el ingreso a la calle Constitución, desde la ruta N° 9.
Llama también la atención la hostería de Tafí Viejo que se halla cerrada. En agosto de 2013, la Municipalidad de esa ciudad anunció su restauración. Se preveía la construcción de una galería que funcionaría como solarium, la reparación la pileta de natación, el cambio de las instalaciones eléctricas y de agua, cloaca y gas; la conexión unidades de cisternas y bombas, a fin de dotar de agua corriente continua al inmueble -uno de los serios inconvenientes de la zona-; la erección de un quincho con asadores y de una cancha polideportiva. Se calculaba que los trabajos se extenderían durante seis meses. En esa ocasión, el intendente taficeño afirmó: “Hay obras que tienen que ver con la historia y la tradición de nuestra ciudad. Esta hostería fue, durante muchos años, sinónimo de lo que no se podía hacer. Y por eso siempre estuvo postergada. Hoy vemos que las cosas sí pueden hacerse. Esta obra eleva el espíritu de los taficeños. Nos pone orgullosos”.
Transcurrieron ya casi dos años desde entonces y las obras se encuentran detenidas, por falta de fondos que deben recibir de la Nación, según la explicación municipal.
Sería importante que el proyecto de restauración se concretara -si no es durante la actual gestión, que lo sea en la próxima-, ya que Tafí Viejo no cuenta con hoteles y la hostería está enclavada en el piedemonte, un lugar de significativa belleza. Por otro lado, si la idea es promover el turismo, se podría honrar la figura de Atahualpa Yupanqui, que conoció allí al indio Anselmo, quien lo inspiró para componer años después “Camino del indio”, su primera pieza.
De ese modo, Tafí Viejo podría ofrecerle al viajero algo más que una visita al museo de los Talleres Ferroviarios.
Según el censo de 2010, cuenta con una población de 39.601 de habitantes, a los que hay que sumarles los que viven en el Barrio Lomas de Tafí y en nuevos barrios que se han habilitado recientemente. La ciudad tiene dos bancos y sólo cuatro cajeros automáticos en total, de los que funcionan habitualmente dos. Ello ocasiona largas y desgastantes colas y provoca que los aparatos se queden sin dinero. De manera que en caso de alguna emergencia, una gran parte de los taficeños debe trasladarse a la capital, porque en Lomas de Tafí sólo hay uno para atender las necesidades de miles de vecinos. A juzgar por el tiempo que perdura esta situación, da la impresión de que las autoridades bancarias no se han percatado de la deficiencia de este servicio ni del problema que le ocasionan a la población. La Municipalidad podría insistir ante las entidades crediticias para subsanar esta desconsideración con los vecinos.
Otra preocupación es la falta de semáforos en dos accesos a la ciudad: uno en la entrada-salida de la Diagonal Leccese, donde el caudal de vehículos es significativo al igual en el ingreso a la calle Constitución, desde la ruta N° 9.
Llama también la atención la hostería de Tafí Viejo que se halla cerrada. En agosto de 2013, la Municipalidad de esa ciudad anunció su restauración. Se preveía la construcción de una galería que funcionaría como solarium, la reparación la pileta de natación, el cambio de las instalaciones eléctricas y de agua, cloaca y gas; la conexión unidades de cisternas y bombas, a fin de dotar de agua corriente continua al inmueble -uno de los serios inconvenientes de la zona-; la erección de un quincho con asadores y de una cancha polideportiva. Se calculaba que los trabajos se extenderían durante seis meses. En esa ocasión, el intendente taficeño afirmó: “Hay obras que tienen que ver con la historia y la tradición de nuestra ciudad. Esta hostería fue, durante muchos años, sinónimo de lo que no se podía hacer. Y por eso siempre estuvo postergada. Hoy vemos que las cosas sí pueden hacerse. Esta obra eleva el espíritu de los taficeños. Nos pone orgullosos”.
Transcurrieron ya casi dos años desde entonces y las obras se encuentran detenidas, por falta de fondos que deben recibir de la Nación, según la explicación municipal.
Sería importante que el proyecto de restauración se concretara -si no es durante la actual gestión, que lo sea en la próxima-, ya que Tafí Viejo no cuenta con hoteles y la hostería está enclavada en el piedemonte, un lugar de significativa belleza. Por otro lado, si la idea es promover el turismo, se podría honrar la figura de Atahualpa Yupanqui, que conoció allí al indio Anselmo, quien lo inspiró para componer años después “Camino del indio”, su primera pieza.
De ese modo, Tafí Viejo podría ofrecerle al viajero algo más que una visita al museo de los Talleres Ferroviarios.
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