El tiroteo entre barrabravas en La Ciudadela

El tiroteo entre barrabravas en La Ciudadela

La violencia tiene múltiples rostros y también causas y responsables. Hace tiempo se ha instalado en la sociedad. Recorre las calles, los barrios, los establecimientos educativos, las comisarías, la cárcel, los estadios de fútbol. El domingo al mediodía, los vecinos de La Ciudadela se aterrorizaron con una pelea a balazos entre barrabravas del club San Martín.

Los integrantes de una facción conocida como La Matienzo, se hallaban en la esquina de General Paz y Matienzo esperando el partido de su equipo con Juventud Antoniana. Imprevistamente se detuvo una combi, de la cual descendieron personas señaladas como miembros de La Banda del Camión. Se inició una discusión que desembocó en una pelea a puñetazos y finalmente, en una balacera. Se dijo en un comienzo que había heridos, pero la versión no pudo ser confirmada.

“El hecho ocurrió. Estamos investigando y esperamos que en los próximos días tengamos identificados a los autores de esta pelea. Se habló con los vecinos que confirmaron el tiroteo y que varios autos terminaron dañados. Del hecho nos avisaron allegados al club”, señaló una alta fuente de Seguridad Ciudadana. Un funcionario del Ministerio de Seguridad Ciudadana confirmó el hecho.

El vicepresidente de San Martín dijo que en la Policía le contaron que se había registrado un problema, pero no le dieron mayores detalles. “Sólo puedo decir que fue ajeno al partido”, indicó. El comisario de la seccional 3° dijo no tener conocimiento del asunto, al igual que un fiscal (“no tengo conocimiento. Hasta el momento no me dijeron nada”, señaló horas después del incidente).

Más allá de los posibles motivos de la gresca (todo indica que la pelea fue por un viaje a Chile por la Copa América, en el que integrantes de La Matienzo compartieron con miembros de La Inimitable, barrabrava de Atlético), lo grave es no sólo la rencilla pública, sino que estos hinchas andan armados.

No se trata, por cierto, de un episodio aislado. Justamente, se cumple hoy un mes del asesinato de Ignacio Jerez, el hincha de Atlético Concepción, de 55 años, que recibió un balazo en el pecho al quedar atrapado en medio de un tiroteo de barrabravas en Banda del Río Salí.

Del episodio que protagonizaron el domingo hinchas de San Martín, surgen algunos interrogantes. ¿Desconocen acaso el Ministerio de Seguridad, la Policía, los dirigentes y la Justicia que estas bandas están armadas? ¿Desconocen la identidad de los integrantes de los barrabravas? ¿Tampoco se sabe quiénes protegen a estos violentos? ¿Por qué no se investiga en profundidad y se actúa en consecuencia con rigor contra los responsables?

Hace un mes, unos delincuentes (no se los puede llamar hinchas) mataron a un hombre que había ido con sus dos hijos a ver un partido que jugó el club de sus amores. Atlético Concepción. Se hizo una marcha pidiendo el esclarecimiento del crimen; luego de cuatro semanas, detuvieron a dos personas.

Más allá de si los partidos se volverán a jugar con o sin público para evitar la violencia, nos hallamos frente a situaciones delictivas que no se resolverán mientras un manto de impunidad las siga cobijando.

Parece que amparar a los barrabravas es más importante que proteger la vida de los tucumanos.

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