El periodista llamado Hitler

- ¿Por qué sus padres eligieron su nombre?

- Mi papá tiene distintas versiones. La primera es que él quería mostrar que podía haber una persona buena con un nombre malo. El es un hombre de origen campesino, de una zona del país donde hay muchas personas con nombres raros como Telémaco o Patrocinio. También Stalin o Lenin. De hecho el padre de mi mejor amigo, que era miembro del Partido Comunista, le puso Lenia a su hija, en homenaje a este último. Lo increíble, aunque la relación no prosperó, es que fuimos novios.

- ¿No había ninguna limitación legal para la elección del nombre de un hijo?

- En esa época no, hoy sí las hay. Mi padre me cuenta que tomó la decisión de ponerme Hitler poco tiempo antes de inscribirlo. Pensaba ponerme su nombre, que es Andrés, pero luego cambió de opinión y ninguno de los funcionarios del registro le dijo nada. Con el tiempo fui encontrando nuevos elementos para comprender esa elección. “Si los alemanes hubieran ganado la guerra, en el mundo habría orden” es una frase que recuerdo haberle oído decir. No creo que eso significara que estaba de acuerdo con todo lo que el nazismo implica sino que, dentro de sus limitaciones culturales y su simplicidad para comprender la política, captaba solo algunas de sus facetas.

- ¿En qué año nació?

- En 1969. Un año antes, el presidente Arnulfo Arias Madrid fue derrocado a pocos días de asumir. A partir de allí se inicia una dictadura que durará 21 años. El año en que nací asume el mando de la Guardia Nacional el general Omar Torrijos, quien como jefe de Estado firmará con Jimmy Carter los tratados de entrega de la administración del Canal de Panamá y el cierre de las bases norteamericanas.

- ¿Cómo convivió con su nombre?

- Tuvo aspectos positivos y negativos. Entre los primeros, el hecho de que nadie te olvida. Como periodista, eso no es menor. Todo el mundo sabe de quién se trata apenas lo escucha y en quienes lo hacen por primera vez genera una atención inmediata. Por supuesto también tiene implicancias complicadas. En Panamá hay una comunidad judía importante y a la mayoría de sus miembros no le hace ninguna gracia. Mi reacción frente a la carga fue convertirme en dirigente estudiantil de un movimiento de izquierda.

- ¿Qué le pasaba en la infancia y en la adolescencia?

- Cuando era chico no era muy consciente sobre la carga que tiene mi nombre. Vivía en el interior de Panamá. En el entorno familiar me decían “Hiti” y el tema estaba naturalizado. En la escuela tampoco fue motivo de burlas ni de comentarios que me afectaran. Los problemas aparecieron cuando inicié mi carrera laboral, donde a muchos les caía mal. Cuando trabajaba en el diario El Universal recibimos una invitación a Francia para hacer una cobertura. Al proponer mi nombre, retiraron la invitación inmediatamente. En las redes sociales, por ejemplo, mi nombre no es admitido. Entonces uso mi nombre de bautismo y aparezco como José H. Cigarruista.

- ¿Cuál fue la experiencia más dura que vivió a causa de su nombre?

- El momento más duro de mi vida por llevar este nombre lo viví en el museo del Holocausto en Washington. Allí sentí, de manera cruda y plena, todo lo que significó el nazismo. Cuando volví, por primera vez le reclamé a mi padre por haberme puesto el nombre de ese genocida. “No tienes idea lo que este señor hizo, lo que significó el horror que generó”, le dije. Me contestó que no había tenido una mala intención, que no quería perjudicarme y que podía cambiarlo. Pero a esta altura de mi vida, habiendo superado los 45 años, me costaría hacerlo.

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PERFIL

Hitler Cigarruista nació en Panamá, en 1969. Inició su carrera periodística en el diario El Universal en 1998. Fue reportero en el diario El Siglo y desde 2004 trabaja en Capital, publicación de la que hoy es director.