Atlético: los últimos serán... los más complicados

Atlético: los últimos serán... los más complicados

Sportivo Belgrano, pese a ser el peor equipo del torneo, preocupa al "Decano".

FÚTBOL. Quiroga y los titulares se movieron con la pelota en el ensayo de ayer. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA FÚTBOL. Quiroga y los titulares se movieron con la pelota en el ensayo de ayer. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
03 Junio 2015
Atlético nunca verá de tan cerca a Sportivo Belgrano como este fin de semana en su estadio de San Francisco, Córdoba. Tercero y hasta hace unos días, puntero de la B Nacional, el “decano” se medirá ante el peor equipo de la temporada junto a All Boys con el que lo separan 19 puestos.

¿Acaso este dato relaja al plantel de Atlético de cara al partido del domingo, a las 18 (dirigirá Luis Álvarez)? No, todo lo contrario. Quizás un poco por la obligación que representa declarar público respeto ante el rival de turno y otro poco por el temor genuino a un equipo, los jugadores y el cuerpo técnico rechazaron de plano que vaya a ser un trámite.

“Va a ser un partido duro como la mayoría de visitante, por eso tenemos que tratar de repetir lo que hicimos contra Estudiantes”, señaló Franco Quiroga.

Está claro que enfrentar a Sportivo Belgrano no será lo mismo que medirse con Patronato o Santamarina, líder y escolta del torneo, pero el último equipo de la tabla de posiciones tiene un par de asteriscos dignos de desarrollar.

El primero (y el único que sale en la tabla de los que nombraremos) es que tiene un partido menos y que le serviría para salir de esa posición, más allá del partido con Atlético. El duelo ante Ferro (también en su estadio) de la fecha pasada fue suspendido por la muerte del jugador de Atlético Paraná, Cristian Gómez.

El segundo asterisco es el cambio de entrenador que sufrió en la fecha 10. Carlos Trullet tomó el lugar de Cristian Insaurralde y más allá de que no consiguió alta efectividad, logró dos de sus tres victorias en el torneo.

“Como siempre, cuando hay cambio de entrenador se genera un cambio de clima interno y eso es positivo para ellos”, agregó Quiroga.

“Vienen de ganar 3-0 de visitante y ahora van a jugar de local”, sentenció Juan Manuel Azconzábal. Ese último antecedente del sábado pasado sí que invita a dudar: el equipo de Trullet se floreó ante una de las revelaciones del torneo: Villa Dálmine.

Según Miguel Julio, la explicación para no relajarse es aún más simple. “Todos los equipos somos iguales en la cancha. Somos 11 contra 11. Además, estos rivales cuando están así, intentan demostrar en cada partido que no son los peores, sino los mejores. Por eso vamos a ir con la misma mentalidad que el partido contra Estudiantes”, aseguró el volante colombiano.

La presión por saber que se está jugando ante un rival inferior y perder debería quedar fuera de la ecuación es otro argumento a favor de lo que plantean jugadores y entrenador. Ganar parece una obligación y perder, un pecado mortal. ¿Podrá con esa dicotomía?

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