El arquitecto bajo la lupa de Rodríguez Arias

El arquitecto bajo la lupa de Rodríguez Arias

El reconocido director realiza una película sobre la obra del prestigioso tucumano; además, recuerda la época de “Las patas de la mentira”.

REFERENTE DE UN GÉNERO. Miguel Rodríguez Arias es uno de los documentalistas más importantes del país. youtube.com REFERENTE DE UN GÉNERO. Miguel Rodríguez Arias es uno de los documentalistas más importantes del país. youtube.com
12 Mayo 2015
La vida de César Pelli llegará a las pantallas. El documentalista Miguel Rodríguez Arias, uno de los principales creadores de este género en el país, está en la etapa final de la realización de una película sobre el arquitecto tucumano que será estrenada en septiembre, cuando se desarrolle la Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires.

“Lo conocí cuando lo entrevisté el año pasado al recibir la Medalla del Bicentenario del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y me encontré con un tipo muy sencillo y absolutamente encantador. Mientras preparábamos las cámaras, me ofreció tomar un café y al rato de hablar le propuse hacer su biografía, porque es una persona increíble”, afirmó el director en un diálogo con LA GACETA.

Rodríguez Arias se deslumbró con su personaje: “el Pelli persona me sorprendió más todavía que el Pelli arquitecto; el trato con sus colaboradores y las respuestas a las preguntas puntuales son cosas muy enriquecedoras, no sólo para los arquitectos sino para toda la gente, y es apasionante el tipo de obras que le gusta hacer y su metodología de trabajo. Me hace crecer mucho encontrarme con este tipo de personas”, agregó.

La realización del documental se preveía compleja por la distancia física (Pelli vive en Estados Unidos y trabaja en todo el mundo), pero fue rápidamente solucionado porque se puso todo a su disposición en el estudio de arquitectura, se realizaron entrevistas a colegas y se usó material de archivo.

“Estaba con neumonía cuando hablamos con él en su casa de New Haven. En particular, reinvindica mucho la arquitectura humana, como la de Buenos Aires, en comparación con las grandes ciudades como Nueva York”, resaltó. El filme se proyectará también en Tucumán, pero aún sin fecha.

La noticia de la película llega pocos días antes de que se inaugure la gran exposición “Camino al Bicentenario: César Pelli y el mundo contemporáneo”. Será el jueves, a las 20.30, en el Museo Timoteo Navarro (9 de Julio 44), donde durante un mes se podrán apreciar gigantografías y planos de las obras más representativas de su trabajo profesional en todo el mundo. Mientras esté abierta la muestra, se realizarán actividades en paralelo vinculadas con la arquitectura y el patrimonio.

Para varios públicos

“No me gusta orientarme a un solo público”, señaló el realizador y psicólogo, quien recientemente estrenó en Tucumán “Francisco de Buenos Aires”, un trabajo sobre Jorge Bergoglio, sobre el cual también habló con LA GACETA.

- ¿Por qué una película sobre el Papa?

- Me atrajo el aspecto político de Bergoglio, que hasta el 13 de marzo de 2013 no sabía muy bien quién era. Me llamó muchísimo la decisión del colegio cardenalicio de dar un golpe de timón tan fuerte, y elegir al primer latinoamericano y jesuita en 1.300 años. Que sea argentino motiva especialmente. Tenemos 50.000 horas de archivo en mi estudio. Bajé las grabaciones de sus homilías y fue grande mi sorpresa al ver su contenido político con mayúscula, pero no partidario. Apareció un tipo preocupado por los problemas y por los heridos de la sociedad, por los más humildes, por la trata de personas, y por el trabajo esclavo y el infantil.

- ¿Hay una visión religiosa en su trabajo?

- Soy educado en establecimiento religioso, bautizado y confirmado y me alejé de la Iglesia harto de toda la religión que tuve que absorber y digerir. No soy católico ni practicante, lo que no significa que no acompañe a alguien a misa, pero mi interés es como documentalista político. Me puse a investigar sobre la crisis del Vaticano, con su alta exposición sobre cosas malas: corrupción, blanqueo de dinero, tráfico de influencias, venta de audiencias con el Papa, cardenales en autos Mercedes Benz con departamentos de 500 metros cuadrados, cosas que no tienen nada que ver con el Evangelio ni con la doctrina de la Iglesia. Todo eso provocó que un acorralado Benedicto XVI resolviera renunciar, otro hecho histórico en sí mismo.

- Usted pudo entrevistar extensamente a la hermana del Papa...

- Tuvimos la enorme suerte de hablar con María Elena Bergoglio por más de tres horas. Vive en una casa muy humilde y un living muy chiquito, con la puerta que no se podía cerrar porque estaba oxidado el marco. Esto habla de la humildad de la familia.

- ¿Bergoglio es coherente entre lo que dice, piensa y hace?

- Descubrí que su coherencia es absoluta. Fue muy criticado su accionar en la dictadura, pero investigamos a fondo y descubrimos que salvó mucha gente y no entregó a nadie. Se entrevistó con Jorge Videla y Emilio Massera para salvar gente; quizás si hubiera denunciado públicamente lo que pasaba hubiese sido un desaparecido más y no hubiera podido lograr lo que hizo. En el Colegio Máximo tenía un espacio en el último piso donde simulaba que se hacían retiros espirituales y tenía gente escondida. En este momento, la directora italiana Liliana Cavani está filmando “La lista de Bergoglio”, para estrenar en 2016 con libro de Nello Scavo.

- ¿Qué premisas defiende en su trabajo como documentalista?

- Es elemental y básico respetar totalmente al personaje, con honestidad intelectual y no poner palabras en su boca. Manipular es una mala palabra no sólo en las ideas, sino hasta la estética: no es lo mismo documentar a Diego Maradona que a Susana Giménez o al jefe de la Iglesia Católica (hizo filmes de todos ellos).

- En los 90 creó un ciclo memorable, como fue “Las patas de la mentira”, donde analizaba furcios y actos fallidos de políticos ¿Lo extraña?

- Muchísimo; ya surgirá la posibilidad de hacerlo de nuevo. Agradezco haber podido hacer ese programa en la televisión, me permitió desarrollar una línea como documentalista. Tomás Eloy Martínez definió lo que hacíamos como un nuevo género periodístico, que tomaba material de la TV y luego se lo devolvía resignificado: al sacarlo de contexto, en vez de cambiarle el sentido, se le encuentra y aparece el verdadero sentido que se escapa al verlo en el programa original. La regla de oro de “Las patas...” era ofrecerles a todos los que aparecían retratados un bloque para que digan que no fueron sacados de contexto. Era material de debate en las universidades, pero desde 1997 no pudimos volver a hacerlo, aunque hicimos especiales para la TV.

- ¿Cómo ve los programas actuales de archivos?

- Ahora hay una desvirtuación completa, no tiene nada que ver con los que hacíamos nosotros, que se basaban en un trabajo de investigación y no nos importaba que el que hablara sea de izquierda o de derecha, de centro, de la UCD, peronista o radical. No importaba quién hablaba sino lo que decía. Lo que vino inmediatamente después fue PNT (Perdona Nuestros Pecados), que tenía un objetivo humorístico, y TVR, más político, pero que dependía del canal donde se la emitía. Así, pasó de ser totalmente antikirchnerista a hiperkirchnerista.

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