En su ley, con una sonrisa y el puño apretado, Marie acaba de morir.
— María Marie (@kireinatatemono) abril 21, 2015
1. Gente, acá Sebastián el marido de Marie. Tomo a mi cargo su cuenta porque, como se habrán dado cuenta, no está en condiciones de tuitear.
— María Marie (@kireinatatemono) abril 16, 2015
2. Entiendo y aprecio el interés por el estado de María, y por eso me voy a ocupar yo mismo de mantenerlos al tanto.
— María Marie (@kireinatatemono) abril 16, 2015
3. Nunca hubo intención de desinformar, pero esto hace a la privacidad familiar y le era delicado a las amigas andar decidiendo qué decir.
— María Marie (@kireinatatemono) abril 16, 2015
4. Así que tomo yo la posta y les cuento lo único que hay para decir por ahora, y que es lo único que verdaderamente importa:
— María Marie (@kireinatatemono) abril 16, 2015
5. María no sufre. Acá recibe tratamiento paliativo de primer nivel. Así que sigue su camino, como hasta ahora, con dignidad y en paz.
— María Marie (@kireinatatemono) abril 16, 2015
6. Es todo por ahora. Los mantendré informados cuando haya alguna novedad. Gracias por acompañarla y por tanto cariño. Hasta entonces.
— María Marie (@kireinatatemono) abril 16, 2015
Su último artículo
En La Agenda de Buenos Aires publicó un artículo en el que explicó su experiencia. Allí, escribió: "En el sanatorio no tenía wifi, prendí el 3g un par de veces para mandar mails a mis amigas y nada más. Cuando volví a casa ya habían pasado cinco días de la operación y le di varias vueltas al asunto de contar o no contar. Me decidí por contar. Tener cáncer es como tener gripe: nada vergonzoso, sólo mil veces peor. No contar es ponerse del lado de los que titulan “una larga y penosa enfermedad”. Sentir vergüenza, ¿de qué? Salvo que creas en “las piruetas culpabilizadoras que achacan a los enfermos responsabilidad por su enfermedad” (eso dijo Susan Sontag, ojalá fuera mía la frase)".