Por LA GACETA
21 Abril 2015
Es un término que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación. Las primeras son problemas que afectan a una estructura o función corporal; las limitaciones de la actividad son dificultades para ejecutar acciones o tareas, y las restricciones de la participación son problemas para participar en situaciones vitales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo mundial ha señalado que son más de 1.000 millones las personas sobrellevan algún tipo de discapacidad, es decir alrededor del 15% de la población mundial. Entre 110 y 190 millones de personas tienen grandes dificultades para vivir normalmente.
Según con el Anuario Nacional sobre Discapacidad de 2011, del Servicio Nacional de Rehabilitación, en nuestra provincia solo el 4,7% de las personas con discapacidad vivía sola, un 2,1% estaba institucionalizada y un 93,2% vivía acompañada (el 30% con madre y padre). El 6,2% de los hogares donde habitan personas con discapacidad no tenía infraestructuras básicas. El 28,8% no poseía vivienda adaptada. El 39,2% vivía en barrios con calles de tierra y el 44,2%, en un hábitat deficitario. En diciembre pasado, el director de Emergencia Sanitaria le dijo a LA GACETA que el índice de discapacidad había sufrido un aumento debido los accidentes viales. Afirmó en la provincia se contabilizan entre 1.500 y 2.000 discapacitados más cada año. Las enfermedades, como la diabetes y la hipertensión arterial, sin debido tratamiento ni control ocasionan más discapacidad. En esa oportunidad, la directora de la Junta de Evaluación de Discapacidad, aseveró que en una década se registraron 2.987 discapacitados por insuficiencia renal. Un abogado experto en el tema manifestó que hace 10 años, el 6% de la población argentina tenía alguna discapacidad. “Hoy, llegamos al 12,9 %, y en Tucumán superamos la media nacional, con un 14%”, manifestó.
En nuestra edición del domingo, nueve aspirantes a conducir la provincia expusieron sus propuestas para lograr una mayor inclusión de este sector de la sociedad, en materia laboral, de salud y de educación. Hubo algunas interesantes y otras se quedaron solo en generalidades.
Para tomar conciencia de la problemática diaria que deben enfrentar los discapacitados, sería interesante que los postulantes tuviesen la experiencia de subirse a una silla de ruedas o vendarse los ojos, tomar un bastón y recorrer las veredas, cruzar calles, intentar subir a un colectivo o a un taxi; ir a instituciones públicas y privadas (incluidas las bancarias y obras sociales) a realizar trámites; usar los baños en bares y restaurantes que se hallan en el piso superior, o en estadios de fútbol; ir a la terminal de ómnibus a gestionar un boleto para viajar a otra provincia.
De mayor importancia aún sería la organización de un debate público, al que asistieran todos los candidatos, así como las personas con discapacidad. Ese podría ser el punto de partida para elaborar las bases de una política surgida del consenso entre candidatos y destinatarios y en caso de que cualquiera llegara a la gobernación pudiera implementarla. De ese modo, se daría un avance significativo para la inclusión de estos comprovincianos, con frecuencia, discriminados. “Solo porque un hombre carezca del uso de sus ojos, no significa que carezca de visión”, sostiene el cantante Stevie Wonder.
El organismo mundial ha señalado que son más de 1.000 millones las personas sobrellevan algún tipo de discapacidad, es decir alrededor del 15% de la población mundial. Entre 110 y 190 millones de personas tienen grandes dificultades para vivir normalmente.
Según con el Anuario Nacional sobre Discapacidad de 2011, del Servicio Nacional de Rehabilitación, en nuestra provincia solo el 4,7% de las personas con discapacidad vivía sola, un 2,1% estaba institucionalizada y un 93,2% vivía acompañada (el 30% con madre y padre). El 6,2% de los hogares donde habitan personas con discapacidad no tenía infraestructuras básicas. El 28,8% no poseía vivienda adaptada. El 39,2% vivía en barrios con calles de tierra y el 44,2%, en un hábitat deficitario. En diciembre pasado, el director de Emergencia Sanitaria le dijo a LA GACETA que el índice de discapacidad había sufrido un aumento debido los accidentes viales. Afirmó en la provincia se contabilizan entre 1.500 y 2.000 discapacitados más cada año. Las enfermedades, como la diabetes y la hipertensión arterial, sin debido tratamiento ni control ocasionan más discapacidad. En esa oportunidad, la directora de la Junta de Evaluación de Discapacidad, aseveró que en una década se registraron 2.987 discapacitados por insuficiencia renal. Un abogado experto en el tema manifestó que hace 10 años, el 6% de la población argentina tenía alguna discapacidad. “Hoy, llegamos al 12,9 %, y en Tucumán superamos la media nacional, con un 14%”, manifestó.
En nuestra edición del domingo, nueve aspirantes a conducir la provincia expusieron sus propuestas para lograr una mayor inclusión de este sector de la sociedad, en materia laboral, de salud y de educación. Hubo algunas interesantes y otras se quedaron solo en generalidades.
Para tomar conciencia de la problemática diaria que deben enfrentar los discapacitados, sería interesante que los postulantes tuviesen la experiencia de subirse a una silla de ruedas o vendarse los ojos, tomar un bastón y recorrer las veredas, cruzar calles, intentar subir a un colectivo o a un taxi; ir a instituciones públicas y privadas (incluidas las bancarias y obras sociales) a realizar trámites; usar los baños en bares y restaurantes que se hallan en el piso superior, o en estadios de fútbol; ir a la terminal de ómnibus a gestionar un boleto para viajar a otra provincia.
De mayor importancia aún sería la organización de un debate público, al que asistieran todos los candidatos, así como las personas con discapacidad. Ese podría ser el punto de partida para elaborar las bases de una política surgida del consenso entre candidatos y destinatarios y en caso de que cualquiera llegara a la gobernación pudiera implementarla. De ese modo, se daría un avance significativo para la inclusión de estos comprovincianos, con frecuencia, discriminados. “Solo porque un hombre carezca del uso de sus ojos, no significa que carezca de visión”, sostiene el cantante Stevie Wonder.
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