Educar para cambiar

Educar para cambiar

El director y productor teatral hace 30 años que es integrante del Tribunal de Disciplina de la Liga.

EN SU ÁMBITO. Además de los escenarios, Alves pretende enseñar a los jóvenes futbolistas para frenar la indisciplina en los estadios. la gaceta / foto de héctor peralta EN SU ÁMBITO. Además de los escenarios, Alves pretende enseñar a los jóvenes futbolistas para frenar la indisciplina en los estadios. la gaceta / foto de héctor peralta
“Aunque muchos no lo crean, el teatro y el fútbol tienen un punto en común: la pasión”, explica Jorge Alves, bancario jubilado, director y productor teatral y miembro del Tribunal de Disciplina de la Liga Tucumana de Fútbol desde hace 30 años, faceta desconocida por todos aquellos que lo siguieron con cada una de sus puestas o dirigiendo a Hugo Arana, Luisa Kuliok y Marta González por sólo mencionar algunos actores.

Con sus 80 años, Jorge (sin el Don) como lo llaman, mantiene la energía de sus años mozos. De esos tiempos en los que recorría su San Isidro de Lules natal de un lado a otro tras los pasos de Manuel, su padre de origen portugués, que fue fundador y alma mater durante mucho tiempo de Almirante Brown.

“Tengo tres pasiones en mi vida: el fútbol, el teatro y la familia, aunque todavía no sé en qué orden. Eso sí, mi esposa ‘Pelusa’ cuando puede me recuerda cuál es la última”, bromea en la charla con LG Deportiva.

- ¿Es difícil la tarea que desarrolla en la Liga?

- Mucha gente no entiende que nos regimos por lo que dice el código de la AFA y las sanciones se aplican en base a lo que tenemos estipulado en el reglamento. No se puede inventar o innovar. Se lee el informe del árbitro. Si es necesario se llama a los involucrados para que hagan su descargo y se falla.

- ¿Hay que modernizar el código que utilizan?

- No, el código es relativamente nuevo, la última modificación es de hace dos o tres años. El problema no es esa herramienta, sino otro.

- ¿Cuál?

- Todo sería muy distinto si se lo hiciera cumplir, que no es sencillo.

- ¿Por qué no se lo puede hacer cumplir?

- Porque hay presiones de todo tipo. Por ejemplo, hace poco se presentó un jugador de Primera al que se lo había sancionado por 18 meses por haber agredido a un árbitro con un abogado y amenazó con hacernos una demanda judicial porque le estábamos negando el derecho constitucional de trabajar. Y si no es esa excusa, nos advierten que concurrirán al Inadi porque creen que lo discriminamos con el fallo que dictamos o a un organismo de Derechos Humanos porque estamos violando los suyos.

Alves dice que su padre, peluquero de profesión, le transmitió la pasión por el fútbol. “Los domingos salía muy temprano para ir casa por casa a buscar a los chicos para que los padre les permitieran ir a jugar. Después volvía a dejarlos y llegaba siempre tarde a almorzar, lo que irritaba a mí madre. Terminaba de comer y partíamos a la cancha a ver a Brown y después al bar para comentar lo que había pasado en el estadio y en el fútbol en general”, informa para dejar en claro por qué le gusta tanto este deporte.

A los pocos segundos dispara otras palabras para entender por qué se inclinó por el teatro: “mi viejo quería que fuera abogado, pero a mí me gustaba la actuación. El día que le avisé que me inclinaba por las artes escénicas, fue mi hermano el que le explicó que era teatro. Fue un domingo, en medio de un almuerzo familiar. Él le preguntó a mi madre, que estaba sacando los fideos de la olla, su opinión. Ella encogió los hombros y pude hacer lo que quise”.

- ¿Los jugadores son buenos actores?

- Y como en todos los ámbitos hay personas que tienen condiciones. Podemos decir que (Agustín) Orion hizo una gran simulación después de la polémica jugada en la que lesionó a (Carlos) Bueno. Creo que así intentó desviar la atención de todos porque se dio cuenta de lo que había hecho.

- Tocó un tema bien polémico: ¿qué sanción le corresponde al arquero de Boca?

- No le puedo decir porque no conozco el informe del árbitro. Si es cierto lo que se dice, un máximo de 15 fechas. Los comentarios periodísticos o el pedido de Bueno para que tuviera parado hasta que él se recupere no deben ser tenidos en cuenta.

- ¿El comportamiento de los futbolistas complica la tarea de los tribunales de disciplina?

- Muchísimo. Antes el “Capo” Noriega hacía un gol, levantaba el brazo y listo. Ahora se abrazan se tiran en el suelo como si se estuvieran amando. Ellos también con algunos gestos y protestas exageradas generan violencia. Deberían darse cuenta de lo que están haciendo.

Alves llegó a Liga al poco tiempo de habérsela creado en los años 70. Aclara que lo hizo de la mano de Julio Romano Norri y no del coronel (r) Luis Vera Robinson. Recuerda con exactitud los grandes momentos y los malos también. “Una vez, los dirigentes de Amalia escracharon mí casa. Los vecinos no entendían nada porque no sabían que estaba vinculado al fútbol. Mi familia comenzó a presionarme para que dejara la actividad, pero no. Seguí y seguiré”, destaca. En el Tribunal compartió tareas con destacadas personalidades como Luis Argüello, y además tuvo la suerte de compartir gestión con Víctor Hugo Flores, Raúl Mender y Miguel Costilla, a los que califica como grandes dirigentes. “Había otro, cuyo nombre no recuerdo, que quería que el fútbol tucumano creciera siempre. Por eso les sugirió a Jorge Newbery y a Deportivo Aguilares que se fusionaran para que aunaran esfuerzos por el bien de la ciudad. Lamentablemente no los pudo convencer”, destaca el director teatral.

- ¿Y los malos?

- Como me enseñó mi padre, no puedo hablar mal de la persona que no está presente para defenderse.

-¿Cuál es el peor problema que observó en todo este tiempo?

- El crecimiento de la violencia en el fútbol y creo que no hay una firme decisión de erradicarla por parte de nadie. En Inglaterra se reunieron todos los sectores involucrados y acabaron con los hooligans después de que fueran castigados a nivel internacional. El mundo entero les cerró las puertas y se acabó o al menos, ya no son los mismos.

- ¿Hay alguna manera de detenerla?

- Sí. En el ámbito de la Liga, sólo basta que un dirigente barrial o de un pueblo reúna a la comunidad, identifique a los violentos y les avise que no tolerará hechos de violencia o directamente avisarles que se les cerrará las puertas de los estadios por el daño que le están haciendo al club.

- ¿Y por qué no se las aplica?

- Y porque son pseudos dirigentes o mejor dicho, cualquiera puede ser dirigente. Comparto totalmente la opinión de Roberto Albornoz, que sabe mucho de la historia del deporte, cuando dijo en una entrevista que la irrupción de los políticos terminó arruinando el fútbol.

-¿Hacen falta más Julio Grondona en el fútbol argentino?

- Indudablemente que Grondona fue un dirigente muy importante. Tuvo una importante capacidad para manejar las cosas, pero también es cierto que hubo una camada de dirigentes que tenían una notoria capacidad para dejarse manejar. Pero sí, es importante tener un hombre de peso para conducir las instituciones.

- Este es un año netamente político...

- Y puede pasar cualquier cosa.

- ¿Le preocupa el panorama que se está presentante en el deporte?

- Mucho. Y más aún si veo que este fin de semana se jugarán cuatro partidos de Primera sin público. Si los hinchas, sean locales o visitantes, no pueden ingresar a un estadio para qué vamos a jugar. ¿Para los entrenadores y auxiliares? Es un espanto. Ya hay que parar la pelota y definir qué hacer antes que esto empeore aún más.

“Muchas veces me asusta recibir tantos homenajes en vida”, vuelve bromear Alves cuando reconoce que el Centro Cultural de Lules lleva su nombre. También le cuenta a LG Deportiva que por su actividad, fue distinguido hace un par de años por el Senado de la Nación y por la Asociación Argentina de Actores. Con orgullo también cuenta los detalles de su vida como bancario. “Todavía me sigo juntando con mis compañeros del Nación. Y, como en todas mesa de viejos, siempre decimos que los tiempos de antes eran mejores”, cuenta en la entrevista. Sin embargo, a los 80 años confiesa que ni piensa en alejarse del fútbol.

- ¿Qué es lo que más le duele de la tarea que desarrolla?

- Por semana tener que revisar unos 100 expedientes, que es una barbaridad, pero eso no es lo más preocupante. La mayoría de los casos son de las divisiones formativas. Y lo más grave es que no sólo están involucrados los chicos, sino los padres y entrenadores. Si los responsables de los chicos no se comportan no podemos pedir que los chicos lo hagan.

- ¿Se puede cambiar?

- Es muy difícil, porque no hay un interés para solucionarlo.

- ¿Lo intentó hacer?

- Como integrante del cuerpo nos ofrecimos en más de una oportunidad en ir a los clubes a dar charlas para educar, pero hasta el momento nadie aceptó la propuesta. Es muy doloroso aplicarle una sanción a un chico. Por eso, cuando estamos ante un caso grave, los citamos con los padres y hablamos con ellos, pero muchas veces ni van.

- ¿Por qué cree que se da esta situación?

- No hay ejemplos. Si tenemos un vicepresidente que está procesado en la Justicia y no sólo sigue en su cargo, sino que hasta en algunas oportunidades llega a asumir la presidencia. Ni hablar de la senadora que insultó a un inundado y tuvo muestras de apoyo del sector político y no una sanción o una reprimenda pública por lo que hizo.

- Insisto: ¿cómo se soluciona este triste panorama?

- Con educación, no queda otra. Singapur no tenía nada y por eso fue despreciada hasta por los mismos países colonizadores. Sin embargo, un día se reunieron y se dieron cuenta que la única manera de salir adelante era educando el pueblo. Así lo hicieron y hoy son una potencia. Por eso soy un convencido de que hay que educar. Tampoco tengo dudas de que con más docencia se aplicarán menos sanciones.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios