Las Fiestas unen a la comunidad en una emoción común: la esperanza

Las Fiestas unen a la comunidad en una emoción común: la esperanza

Una invitación a rescatar como aprendizaje lo sucedido -positivo o no- durante 2014 y, sobre esa base, proyectar un 2015 con más conciencia y libertad Es tiempo de “abrir la puerta al encuentro”, como propone la coach ontológica Natalia Sleiman.

JUNTOS ES MEJOR. Unidos, fortificados, esperanzados. Ese es el mensaje que se transmite y que se difunde durante las fiestas de fin de año.  JUNTOS ES MEJOR. Unidos, fortificados, esperanzados. Ese es el mensaje que se transmite y que se difunde durante las fiestas de fin de año.

Esta es la época del año en que aparecen frases ya típicas, tales como “Año nuevo, vida nueva” o “No veo la hora que termine este año” o “Espero que el año que viene sea mejor que este”, etcétera. Es el tiempo de balances y de proyectos, y en ese contexto, LA GACETA habló con la coach ontológica Natalia Sleiman, quien propone ver el año transcurrido como una secuencia de experiencias que han aportado a tu evolución como ser humano.

“Así como nuestro calendario es una convención, también estas celebraciones de fin de año son parte de un acuerdo colectivo. Y esas frases mencionadas hablan de un sentimiento común: la esperanza. Hay una puesta en común, tenemos los ojos puestos en el mismo lugar como comunidad, y cuando creamos la idea de que algo muere y algo nace solemos poner la esperanza en lo que nace”, puntualiza.

- ¿Cómo se logra su propuesta?

- Como seres humanos vamos transformando nuestra manera de ser, de estar en el mundo a través de experiencias. Si nos detenemos a observar, el aprendizaje se da como un flujo de nacimiento/muerte/nacimiento/muerte, siempre en movimiento. No es posible transformarse sin acción: el silencio es una acción, hablar es una acción, crear es una acción... Este mes nos pone de cara ante proyectos y ante los resultados que buscamos, y nos invita a su diseño y rediseño.

- ¿Cómo se encara ese diseño o rediseño?

- Observar las experiencias del pasado como una fuente de aprendizaje me abre la posibilidad de planificar y de tomar contacto con lo que es importante para cada uno como ser humano. Y darle un orden de importancia, una prioridad. Por ejemplo: yo digo que me esfuerzo terriblemente para mantener mi salud en buen estado. Pero, al ver mis acciones y resultados observo que no duermo lo suficiente (necesito dormir ocho horas y duermo seis), como cualquier cosa (lo que hay en la heladera), no hago ejercicio, el enojo es mi manera de estar en el mundo… Entonces, definí, en primer lugar, lo verdaderamente importante para tu vida. Y anotalo. En segundo lugar, preguntate: ¿cuáles son las acciones que, durante el día, te acercan a eso que es importante para tu vida y cuáles son las que te alejan de ello?

- ¿Eso contribuye a no perder la dirección?

- Claro. Evitás dispersiones y podés reconocer el camino de regreso a la meta, a lo prioritario. Cuando sabemos lo que queremos elegimos sin culpa. De lo contrario, podemos sentirnos culpables porque un día nos quedamos a merendar con nuestros hijos en vez de ir a una reunión. Pero, si ya decidiste que lo más importante para vos es tu familia, y sentís que ese momento de compartir era importante, y lo declarás como tal, hacés una elección consciente, y se generan emociones y resultados diferentes. Eso es aprendizaje: adquirir capacidad de acción diferente. Por ejemplo: delegar, pedir, realizar nuevos acuerdos.

- ¿Es lógico sentir esperanza en esta época?

- La emoción de la esperanza podría unirnos en estas fechas como comunidad. Pero esa esperanza no sirve si no está ligada a la acción, porque podría convertirse en la expectativa de que algo surja de la nada, y transformarse en frustración por lo que no sucedió. La invitación es a generar una realidad diferente. Esto nos impulsa a prestar atención, a explorar nuestro sistema de creencias, y las historias que nos contamos. No resolvemos nuestros conflictos dentro de ellas, sino cuando les asignamos un nuevo significado. Por ejemplo: alguien se quedó sin trabajo, fue un shock en ese momento, sintió miedo y la pasó mal; sin embargo, al mes decidió desarrollar un proyecto propio. ¿Con qué significado de la experiencia te quedás, cuál elegís? Entonces, te das cuenta de que ahí podés ejercer tu voluntad, tu compromiso y tu poder, entendido este último como capacidad de acción. Elegís cómo querés estar y actuás en consecuencia.

- Esta también es una época de rituales y ceremonias. ¿Qué significado les das?

- Los ritos y ceremonias tienen que ver con la manera en que una comunidad ve el mundo y se conecta con lo místico. Definen una cosmovisión y, como todo, influyen en el sistema de creencias. Estas cosas también nos invitan a hacer en comunidad, a ponernos de acuerdo en algo, en un hacer juntos (orar en grupo, brindar en grupo, organizar la cena de Navidad y de Año Nuevo, organizar el festejo de Reyes, etcétera). Buscamos abrir la puerta al encuentro. Cuando nosotros como seres humanos vemos nuestros puntos en común y tomamos contacto con ellos a través de la acción somos poderosos y generamos posibilidades y realidades trascendentes.

Preguntas para cerrar el año 

¿Qué experiencias importantes para vos viviste en 2014? No importa si son agradables o desagradables

¿Qué aprendiste de ellas, y qué aprehendiste? En este caso se toma como aprendizaje la posibilidad de acción diferente.

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¿Qué cosas hiciste que ya no harías o que harías de manera diferente?

¿A qué le decís basta? ¿Qué es lo que no querés más para tu vida?

Recordá que la posibilidad del aprendizaje se da cuando queremos algo diferente. Surge al definir prioridades.

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También tené en cuenta que si tu estado emocional básico es el resentimiento, y las experiencias de 2014 fueron vividas desde el enojo -emoción de la cual no querés salir- quizás te resulte difícil encontrar el aporte o aprendizaje que te dejaron las cosas que te pasaron.

Planificá desde lo aprendido 

¿Cómo están mis relaciones más importantes? (Excelentes, muy bien, regular, mal).

¿Cómo quisiera que estén esas relaciones?

¿Cuánto tiempo en horas o minutos les dedico?

¿Qué quiero que pase en mi vida el año próximo?

¿Eso que quiero que pase está dentro de mi campo de acción?

¿Cómo será el diseño de mi vida para acercarme a esa realidad a través de mis acciones cotidianas?

¿Qué acciones me acercan y cuáles me alejan de lo importante?

Recordá que lo mejor es planificar sobre la base de lo aprendido, con los pies en la tierra y la mirada en el futuro. 

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