“Vos me debés a mi hijo”, le dijo el padre de César Navarro al ex policía Verduguez

Gustavo Campos estaba molesto al finalizar la segunda jornada del juicio por la muerte de su hijo César Navarro Murhell. “Quieren cambiar lo que pasó. Yo lo busqué al vendedor ambulante a la madrugada de ese día”, afirmó. Caminó hacia la escalera que lo llevaría a la planta baja de la sede penal de tribunales, y se cruzó con Jorge Agapito Verduguez, el ex policía acusado del crimen de César.

“Vos me debés a mi hijo”, le dijo a Verduguez mirándolo a los ojos. “Con usted está todo bien, pero él me debe a mi hijo”, le aclaró al abogado defensor Manuel Pedernera, mientras Verduguez se alejaba lentamente. El niño lleva el apellido de su madre, Fátima Navarro Murhell.

Hoy al mediodía se conocerá la decisión de las juezas Wendy Kassar, María Alejandra Balcázar y María del Pilar Prieto. La audiencia comenzará con el careo entre Verduguez y Ángel Velásquez Carrizo, el vendedor ambulante al que hacía referencia el padre de la víctima. Navarro Murhell tenía 14 años y murió el 10 de octubre de 2006. Esa tarde se estaba desarrollando la semana del estudiante en el Colegio María Auxiliadora y frente al portón de San Martín al 1.200 pelearon dos jóvenes.

Verduguez, que estaba haciendo un servicio adicional en un comercio de San Martín y Suipacha, intercedió y cuando perseguía a uno de los adolescentes que había peleado, salió un disparo de su arma que dio en el pecho de Navarro Murhell. El menor estaba en el complejo Avellaneda viendo un partido de fútbol.

El ex policía aseguró que resbaló al pisar una naranja y que el arma se disparó accidentalmente. Velásquez Carrizo es el único testigo que afirmó haberlo visto hacer un disparo “como al aire”. Por eso, hoy se realizará un careo entre ellos, similar al que ayer sostuvo el hijo del vendedor ambulante con Verduguez.

Luego comenzarán los alegatos de la fiscala Marta Jerez de Rivadeneira, de la querellante Aurora Díaz Argañaraz y de Pedernera.

Los de “las bandas”

En la audiencia de ayer declararon los dos hombres que habían protagonizado la pelea en la puerta del María Auxiliadora. En ese entonces eran adolescentes, y al principio estuvieron involucrados en la causa por lesiones recíprocas.

Los adolescentes mostraron varias coincidencias. Reconocieron que la pelea había comenzado dos semanas antes, cuando se enfrentaron en una fiesta en el hipódromo. “Vino de atrás y me pegó una trompada en el ojo”, relató uno sobre el otro. El día del crimen de Navarro Murhell, se cruzaron en la puerta del Colegio y se fueron a las manos.

Ninguno admitió haber pertenecido a “la banda del quiosquito”, “del portón” o “de Casal”. “Nos juntábamos en un quiosco con amigos”, reconoció uno de ellos. De acuerdo a los registros policiales, uno de ellos habría sido el líder de “la banda del quiosquito” y el otro de “la banda del portón”, dos patotas de adolescentes que actuaron entre 2004 y 2006. Otra de las coincidencias fueron las cicatrices que los jóvenes tienen en su cuero cabelludo. “Fue en un accidente”, dijo uno. “Fue en un asalto”, aseguró el otro. Y al finalizar su declaración, el sindicado líder de la “banda del quiosquito” aseveró que dejó la violencia: “Gracias a Dios mi vida ha cambiado”.