“La crítica sólo exterioriza una frustración”

“La crítica sólo exterioriza una frustración”

Un buen líder, en vez de decir lo que hay que hacer, ejemplifica conductas, dice Stamateas.

20 Octubre 2014
Las críticas son como los chismes: están presentes en todos los rincones de la empresa; en la calle y hasta forman parte también de nuestro entorno familiar. “La crítica sólo exterioriza una frustración, la bronca misma”, dice a LA GACETA Bernardo Stamateas, el conferencista que el próximo lunes, a las 20, disertará en el Sheraton Tucumán, en el marco de una charla organizada por La Bancaria.

Según el experto, la crítica estará siempre presente porque no podemos agradar a todo el mundo. En el mundo del trabajo, un buen líder se destaca no por decir lo que hay que hacer, sino por ejemplificar conductas que hay que imitar para transmutar la crítica en una corrección. “Las personas aprendemos más por las acciones positivas que por las conductas negativas, porque todos tenemos un cartel invisible que reza tratame bien”, advierte.

“La crítica supone una exageración o el castigo de un error. Generalmente cuando me equivoco y me victimizo no corrijo el error. Entonces, hay que buscarle la carga positiva a ese error para que lo asumamos como tal y lo gestionemos para que desaparezca”, acota.

Desde su rol de psicólogo, Stamateas indica que es fundamental tomarse unos minutos para reflexionar, con el fin de recuperar el equilibrio emocional imprescindible para dialogar en forma asertiva. En su libro “No me maltrates”, el escritor señala que la comunicación emocionalmente inteligente consistirá en aprender a expresarnos desde nuestro “yo” en lugar de criticar al “otro”.

Cuestión de personalidad

“Muchas veces, la crítica nace de personalidades narcisistas, de aquellos que se creen que son dioses y que suelen decir estoy aquí y disfrutame. No soportan ver que los demás brillen y tratan de buscar el error para que, de un modo indirecto, pueda decir soy mejor que vos”, reflexiona Stamateas.

Sea cual fuere el nivel de crítica que lleva una persona, el experto sugiere hacer una revisión personal para establecer dónde está detenida por tal o cual frustración.

Tal vez contribuya a preguntarse por qué estudio tal o cual profesión cuando en su interior sabe que su oficio era otro. “Generalmente cuando las personas llegan a un elevado nivel de crítica es porque están detenidas en una frustración del pasado que aún no lograron gestionar y desplaza su bronca hacia determinadas situaciones (como por ejemplo, las críticas a los colegas). Superado eso, pasan hacia la corrección que es la denominada crítica constructiva”, puntualiza.

¿Qué hacer cuando en la oficina las críticas son protagonistas?

Stamateas sugiere ponerse en la situación de los mejores negociadores del mundo: los niños. “Debemos efectuarnos constantemente preguntas”, completa.

Stamateas considera que cuando un trabajador se encuentra en un suerte de crítica o frustración interna, es fundamental solicitar muchos datos antes de efectuar la tarea encomendada por sus superiores. “En otras palabras, tener en claro cómo y cuándo quiere que se haga tal cosa y, de esa manera, uno está en condiciones de cercar la crítica del otro”, expresa. Además de pedir información previa, el otro camino para gestionar las críticas es solicitar que nos enseñen a efectuar la tarea. “Preguntar cómo puedo hacerla nos saca del lugar de la confrontación. Aprender a decir no puede ser la frase más inteligente que puede decirse en un momento incómodo”, finaliza Stamateas.

El paso siguiente será desarrollar la seguridad y la confianza en uno mismo, que suelen ser los escudos más efectivos para combatir la crítica.

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