Sugieren que se elija rector con sistema directo y ponderado

Sugieren que se elija rector con sistema directo y ponderado

La experiencia en la Universidad de Córdoba.

CHARLA. Velasco (primera desde la izquierda) disertó el martes en el Virla. prensa unt CHARLA. Velasco (primera desde la izquierda) disertó el martes en el Virla. prensa unt
05 Octubre 2014
La ex prosecretaria General de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) Marisa Velasco sugirió como uno de los mejores mecanismos para elegir autoridades universitarias el sistema directo, con doble ponderación. Si bien se refirió a ese punto en el marco del proceso de reforma en el estatuto de la UNC -que se encuentra pendiente-, constantemente comparó aquella con la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), ya que ambas padecen “similares problemas”.

Desarrolló el tema durante la disertación que brindó el martes en el centro Cultural Virla, en el marco del ciclo de conferencias que organiza la comisión que orienta el proceso de reforma del estatuto de la UNT, coordinada por el vicerrector, José García. El viernes 19 del mes pasado había expuesto Darío Maiorana (rector de la Universidad Nacional de Rosario y titular del Consejo Interuniversitario Nacional); el jueves 25 de ese mes, Manuel González (secretario de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Mar del Plata), y el jueves lo hará Gastón Burlot (Universidad Nacional de Cuyo).

Velasco contó que en mayo de 2008 introdujeron en el estatuto algunas reformas políticas. “Teníamos problemas, como el de la reelegibilidad ad aeternum de decanos, vicedecanos, rector y vicerrector. La Asamblea Universitaria les puso coto, y estas autoridades sólo pueden estar hasta tres períodos, dos de los cuales pueden ser consecutivos”, explicó. Y contó que también modificaron el modo de elección de representantes docentes en el Consejo Superior. “Se usaba un sistema arcaico, que ustedes también usan: la elección indirecta; es decir, los consejeros directivos docentes elegían a los consejeros superiores del estamento. Se aprobó la elección directa, y que los consejeros superiores docentes no representen sólo el claustro, sino también las facultades”, señaló.

Metodología

Tras aquellas modificaciones que, según contó, gozaban de consensos, intentaron reformar la metodología mediante la cual se eligen autoridades. “En esa segunda Asamblea, que se reunió entre mayo y octubre de 2008, se dio una discusión fuerte, pero de sordos. No acordamos nada, salvo el diagnóstico: la elección indirecta tenía serios problemas”, dijo. Contó que, a diferencia de la UNT, donde el mandato de autoridades ejecutivas dura cuatro años, en la UNC, tres. Pero los consejeros directivos, que eligen decano -y rector, en tanto conforman la Asamblea Universitaria-, se renuevan cada dos años o, en el caso de los alumnos, anualmente: “esto hace que se desfase la elección, y que consejeros electos dos años atrás, cuyo grado de representatividad se podría poner en juicio, elijan autoridades”.

A criterio de Velasco, ningún sistema resulta óptimo. “Los mecanismos indirectos tienen montones de defectos; conocemos lo que sucede durante la Asamblea, en la noche previa a la (elección), durante la semana anterior... Pero los mecanismos directos también tienen problemas”, opinó. Dio un ejemplo de su universidad, aunque sugirió que lo mismo podría decirse de la UNT. “La UNC debería intentar una elección directa, pero tomando muchísimos resguardos. El padrón llegaría a 140.000 votantes, una ciudad grande, con el tercer presupuesto de la provincia, detrás del de la Provincia y del de la ciudad de Córdoba (N. de la R.: el presupuesto de la UNT también es el tercero de Tucumán). Es un botín de guerra muy interesante; y si bien no me parecen mala palabra ni los partidos políticos, ni la política, no creo que el aparato político partidario deba decidir los destinos de la universidad”, indicó.

No obstante, dijo preferir el sistema directo. “Pero no hay otra opción que tomar la doble ponderación: por claustros y por facultades. No defendería de ninguna manera una elección en la cual un hombre sea igual a un voto”, precisó. Admitió que la ponderación por claustros resulta un problema: “no se puede discutir eternamente el porcentaje que elegimos para ponderar por estamentos; hay que tomar uno, porque, de todos modos, cualquiera será arbitrario”. Respecto de la ponderación por facultades, dijo: “si no ponderamos por unidad académica ocurrirá que las facultades grandes -que tiene que ver con el número de alumnos, docentes, no docentes- decidirán el destino de la universidad, frente a las pequeñas; y eso hace que se pierda la esencia con la cual fue generada la universidad”.

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