30 Agosto 2014
POR ACÁ, NO. Franco Sbuttoni domina el balón ante el asedio de un rival de la “lepra”. El lungo cumplió en la banda zurda.
Si mirás la tabla y ves cómo está el resto de los “candidatos” a quedarse con uno de los ascensos disponibles de la zona B de esta apasionante B Nacional, Atlético sigue haciendo negocio en su carrera hacia la meta de la A.
No hubo cuarto triunfo al hilo, tampoco una derrota dolorosa en Mendoza, pero sí un 0-0 que dejó una sensación de que Atlético debió volverse con los tres puntos por lo hecho durante los 90’, pero que a la vez pudo haber perdido con Independiente Rivadavia.
Típico duelo con intento de palo y palo. Los dos buscaron desnivelar, corromper la defensa del otro con toques por el centro, abriendo el espacio aéreo o probando a distancia. Ninguno lo consiguió, aunque en esos tres ítems mencionados el “decano” haya mostrado mejores cartas. Incluso, cuando se lanzó al ataque de contra, siempre a apoyado en un veloz Diego García, el equipo de Héctor Rivoira complicó. Sin suerte, claro.
El reparto de puntos se entiende porque la batalla radicó en el mediocampo, lejos de los arcos del local Josué Ayala y del visitante Cristian Lucchetti. El uno anfitrión tuvo mayor participación, se ensució más la ropa que “Laucha”, por obvias razones: Atlético fue profundo. Buscó con Juan Imbert por afuera, con Cristian Menéndez peleando sin suerte y hasta con un Francisco Grahl no tan conectado como de costumbre. Eso sí, la ironía del encuentro sostuvo que la jugada más clara del primer tiempo fue de la “lepra”. Bello toque de González Vega a un Diego Tonetto que buscó colgarle el balón nuevamente a su pasador. Javier Malagueño le cortó el sueño con un corte quirúrgico.
Y así, con la sensación de que Independiente Rivadavia arrancó el segundo acto a todo o nada. Y volvió a ser el “decano” el que mayor inversión le puso al juego. Menéndez estuvo cerca, pero remató liviano a las manos de Ayala. Se fue el encuentro, hubo reparto de puntos. Atlético hizo su negocio. Aunque mereció más, ganó un punto al menos.
Fueron contados con un dedo de la mano los errores que podrían haberle complicado la existencia a la zaga “decana”. Los Mendocinos, claro, colaboraron con su parte.
Si bien Atlético mandó durante todo el partido, en momentos en que los mendocinos se animaron, el “decano” no se desacopló y frenó a su rival.
No hubo cuarto triunfo al hilo, tampoco una derrota dolorosa en Mendoza, pero sí un 0-0 que dejó una sensación de que Atlético debió volverse con los tres puntos por lo hecho durante los 90’, pero que a la vez pudo haber perdido con Independiente Rivadavia.
Típico duelo con intento de palo y palo. Los dos buscaron desnivelar, corromper la defensa del otro con toques por el centro, abriendo el espacio aéreo o probando a distancia. Ninguno lo consiguió, aunque en esos tres ítems mencionados el “decano” haya mostrado mejores cartas. Incluso, cuando se lanzó al ataque de contra, siempre a apoyado en un veloz Diego García, el equipo de Héctor Rivoira complicó. Sin suerte, claro.
El reparto de puntos se entiende porque la batalla radicó en el mediocampo, lejos de los arcos del local Josué Ayala y del visitante Cristian Lucchetti. El uno anfitrión tuvo mayor participación, se ensució más la ropa que “Laucha”, por obvias razones: Atlético fue profundo. Buscó con Juan Imbert por afuera, con Cristian Menéndez peleando sin suerte y hasta con un Francisco Grahl no tan conectado como de costumbre. Eso sí, la ironía del encuentro sostuvo que la jugada más clara del primer tiempo fue de la “lepra”. Bello toque de González Vega a un Diego Tonetto que buscó colgarle el balón nuevamente a su pasador. Javier Malagueño le cortó el sueño con un corte quirúrgico.
Y así, con la sensación de que Independiente Rivadavia arrancó el segundo acto a todo o nada. Y volvió a ser el “decano” el que mayor inversión le puso al juego. Menéndez estuvo cerca, pero remató liviano a las manos de Ayala. Se fue el encuentro, hubo reparto de puntos. Atlético hizo su negocio. Aunque mereció más, ganó un punto al menos.
Fueron contados con un dedo de la mano los errores que podrían haberle complicado la existencia a la zaga “decana”. Los Mendocinos, claro, colaboraron con su parte.
Si bien Atlético mandó durante todo el partido, en momentos en que los mendocinos se animaron, el “decano” no se desacopló y frenó a su rival.
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