The Beats: Los músicos que le erraron a la época

The Beats: Los músicos que le erraron a la época

La banda beatle se presenta en Tucumán y explica cuáles son los riesgos de emular a los dioses de la música universal

PERFECTA IMITACIÓN. The Beats no solo cuida parecerse musicalmente a sus referentes, sino que además han logrado increíbles parecidos físicos. PERFECTA IMITACIÓN. The Beats no solo cuida parecerse musicalmente a sus referentes, sino que además han logrado increíbles parecidos físicos.
21 Agosto 2014
ACTÚAN HOY

• A las 21 y a las 23, en el teatro Alberdi (Jujuy 92). Entradas desde $ 110.

Patricio Pérez.

¿Te suena el nombre? Tal vez no sin googlear, sin rastrearlo en el buscador de algún diario nacional, a la mayoría de los cuales ha concedido entrevistas. De su biografía pueden decirse varias cosas aunque, quizás, la más llamativa es que Pérez cree haber nacido en la época equivocada.

George Harrison.

No hay necesidad de Google, ni siquiera de un esfuerzo de la memoria, para descifrar este nombre. De su biografía está casi todo dicho, pero siempre lo más admirable -también lo más mágico- será haber formado parte de una de las mejores bandas de rock de la historia mundial.

Hay un punto del tiempo y del espacio en que las biografías de Pérez y Harrison se cruzan. Es una superposición que transita varias etapas, desde hace tres décadas, cuando Patricio conoció a los Beatles mediante un cassette prestado, hasta ahora, que 150 veces por año se mimetiza con el inglés. Esa es la cantidad de funciones anuales de The Beats, la banda argentina que surgió como tributo a los Beatles, pero que 27 años después ha adquirido identidad propia; la banda que hoy llegará a Tucumán con el show Emblemáticos, a mostrar porqué en 1996 fue aclamada como la mejor entre todas las que emulan a los cuatro de Liverpool.

Pero Pérez no habla de emulación, ni siquiera de tributo. Tampoco pierde la paciencia cuando se le pregunta qué contestaría a aquellos que los acusan de hacer plata con el legado del grupo original. “Lo nuestro es un homenaje, un espectáculo montado con amor y veneración a los Beatles. En principio queríamos llevar un sueño a cabo y eso no solo ocurrió sino que además, con los años, se ha transformado en un medio de vida. Para hacer algo bien, dejamos de hacer otras cosas, como seguir una carrera o tener una familia. Y si uno dedica la vida a algo, debe tener alguna retribución. No es que uno quiera explotar esa retribución, sino que esto es algo que hacemos con amor y que en algún momento dio frutos, pero naturalmente”.

El provecho no solo ha sido económico sino también espiritual: hoy, Pérez y el resto de su banda pueden contar con orgullo que hay fanáticos -muy jóvenes, por cierto- que han conocido a la banda inglesa a partir de sus espectáculos. “Nos pasa que a los shows vienen nenitos con la remera de The Beats y creen que somos los Beatles. Por ahí los padres no les explican (risas). De todos modos, cuando nos esperan en las entradas de los teatros, nosotros les decimos que los originales eran de la década del 60... es un poco gracioso -se ríe el Harrison vernáculo-. Igual nos encanta que se los conozca a través nuestro. Es un granito de arena para que los Beatles sigan creciendo y sean como una gran bola de nieve que nunca caduca ni tiene fecha de vencimiento”.

La época que le tocó
Pero ¿cuál es el riesgo de una banda que imita a la perfección a los dioses de la música universal? Las canciones ya están probadas, los arreglos dictados, el éxito asegurado. Pérez asegura que The Beats sí se enfrenta a constantes desafíos: “el principal es renovar el espectáculo todos los años y entre esas novedades, hay creaciones propias. En el show se ven canciones y videos inventados por nosotros que hacemos como homenaje. Y hay partes del espectáculo que los Beatles no han hecho en vivo o que hicieron y no se han conocido. Bueno, eso también es crear. Es una creatividad relacionada con los Beatles, pero que no tiene que ver con el legado que ellos dejaron, no es algo inventado por John Lennon y Paul McCartney”.

Esas inyecciones creativas son también las que ayudan a The Beats a romper la rutina en la que a veces -reconoce el guitarrista- se convierten las giras. Giras que él afronta con el ánimo joven del Pérez actual, y no del Pérez (¿o del Harrison?) que le habría gustado ser si hubiera nacido 40 o 50 años antes de su real venida al mundo. “Nací en la época equivocada, totalmente. Pero convivo bien con eso y me llevo lo mejor de este momento; es lo que me tocó -acepta-. Me hice un refugio con cosas retro, así que puedo jugar a que tengo el espíritu de aquellos años, que nunca voy a perder”.

Si sirve para perpetuar la llama beatle, que nunca lo pierda.

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