La vida social del club lo ayudó a adaptarse

La vida social del club lo ayudó a adaptarse

DESDE BARADERO. Adrián Bralo.  DESDE BARADERO. Adrián Bralo.
18 Agosto 2014
Adrián Bralo es otro oriundo de Buenos Aires que se mudó a Concepción por un motivo muy especial: por amor dejó su Baradero natal y decidió instalarse a 1.200 kilómetros de distancia.

Cuando tenía 25 años y mientras se desempeñaba en una empresa constructora familiar, le tocó viajar por todo el norte del país para hacer obras vinculadas con la telefonía y con la electricidad.

Entre idas y vueltas, un día que estaba parando en Concepción conoció a su actual esposa, María Inés Silva. “Aquí encontré opciones para trabajar, así que no dudé en quedarme. Me gustó mucho Concepción. Yo venía de un pueblo, nunca me gustaron las grandes ciudades, así que me adapté bien. Hice muchos amigos y eso ayudó”, relata este hombre que ahora tiene 45 años y es padre de cuatro hijos.

Estar lejos de su familia y de los amigos con los que creció fue lo que más le costó. “Sigo viajando dos veces al año a Baradero para no extrañar tanto”, cuenta.

Lo ayudó a adaptarse mejor la vida social en el club donde sus hijos hacen deportes y del que hoy es dirigente: Huirapuca. “En general, me gusta todo de esta ciudad, menos la suciedad y lo descuidado que son muchos vecinos”, detalla. También reniega por la falta de opciones de diversión que hay en la vida nocturna de La Perla del Sur.

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