El lenguaje adecuado
10 Agosto 2014

Infantil

FLORENCIA BONELLI

FLORENCIA BONELLI

(Alfaguara - Buenos Aires) 

Cuatro historias relatadas por un adulto -la tía- a un niño. Primer acierto: el adulto expone como adulto, sin tratar de ubicarse, con fórceps, en el mundo del niño, hablándole como a un chiquito. Este, a su vez, escucha el cuento como cuento y eso le gusta. Pregunta desde su mundo, desde su cosmovisión y desde sus intereses. El mayor responde, sin intención didáctica (se advierte el placer de contar, porque está sumergido en el mundo que narra). Y así van creciendo historia y relato, que nos transportan a un espacio lejano (no a un tiempo remoto, porque son intemporales) con hadas y con duendes; con animales que hablan, tan lejos de batallas, de muertes y explosiones con que la electrónica encandila a los chicos de hoy.

Cualquiera podría pensar que estas que nos ocupan son historias obsoletas que ya no convencen ni interesan a los chicos. No es así: cada relato, aunque a veces inverosímil, llena de dulzor la mente.

A lo dicho habría que agregar la belleza y el atractivo del libro-objeto: la calidad del papel; el colorido, la belleza y el acierto de las ilustraciones de Laura Michell, que conforman un discurso complementario.

Sin embargo, tenemos que señalar dos cosas que nos dejan dudas:

1. ¿Las cabras tienen lana, “espesa y suave? Las que conocemos, que no son pocas, tienen pelo; alguna especie, pelo sedoso, un poco más largo que el común y ligeramente enrulado (¿pero lana?) Las imágenes del libro, también nos llaman al equívoco porque más parecen ovejas, tanto por la lana que las cubre como por sus caras. Si estamos equivocadas, parafraseando a Borges, debemos decir: “Perdone la ignorancia”•

2. Hemos visto, en distintos lugares del Caribe, tucanes de todo tipo -bellos y coloridos- pero ningún pájaro negro con ese nombre. Los tucanes que vimos tienen el lomo y las alas, negros; el nacimiento de la cola, blanco, rojo o amarillo, y el pecho, amarillo o, a veces, blanco. El pico, por lo general, naranja, en algunas especies cambia del amarillo al verde, combinándose con rojo. Nuevamente, parafraseando a Borges, si nos equivocamos…

(c) LA GACETA

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Alba Omil


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