Un hombre con problemas psiquiátricos convivió un mes con su padre muerto

El comentario entre los vecinos se repetía. El canillita Félix Bórquez, que vivía en Olleros 1.535, no salía de su casa desde hacía varios días. Sólo se veía a su hijo, que sufre trastornos mentales. Ayer llamaron a la Policía, y el temor se confirmó. Don Félix estaba sin vida. Según los peritos, falleció hace aproximadamente un mes

Oscar Correa, que vive al lado de la casa de Bórquez, contó que estaba en la puerta de su casa cuando llegó la Policía. Al vecino le pidieron que fuera testigo de la inspección que iban a realizar en la vivienda. “Abrimos la puerta y estaba el hijo de 30 años, que al rato nos empezó a correr con un hacha”, relató Correa.

El vecino describió que el joven de 30 años repartía hachazos hacia todos lados. “En un momento se vino encima mío, pero pasó de largo para seguir a los policías”, contó Correa. Finalmente, el hijo del canillita lanzó el hacha hacia un efectivo (sin acertarle), lo que fue aprovechado por otros dos policías para reducirlo. En la vivienda, tirado en el piso y cubierto con una colcha, estaba el cuerpo de Bórquez. “Él no charlaba mucho con los vecinos, pero era muy amable. Hace muchísimos años que vivía aquí, y tenía un puesto de venta de diarios en Villa Luján”, lo recordó Jorge López, otro vecino.

“Hace varios días que no se lo veía. Al hijo sí. El jueves a la tarde yo estaba barriendo la vereda”, comentó Pastora Medina. “Escuchaba voces en la casa, pero era el hijo de don Félix, que hablaba solo, como sosteniendo una discusión”, afirmó Correa, que vive al lado del difunto.

El operativo estuvo coordinado por el oficial Armando Manganelli, de la seccional 14ª. Fuentes policiales comentaron que los peritos determinaron que la fecha de muerte data de hace alrededor de un mes. El fiscal de Instrucción Arnoldo Suasnábar ordenó que se realice la autopsia para conocer las causas de la muerte. El hijo del canillita, en tanto, será internado en el hospital Obarrio.