Aguafuertes tucumanas
06 Julio 2014
Por Franco Eugenio Nanni - Para LA GACETA - TUCUMÁN

6.20 AM de un miércoles de ceniza... a pesar de que la industria no empezó todavía a contaminar con el humo de sus chimeneas -que todavía no sabemos si son buenas o si son malas- tienen el difícil trabajo de permanecer a pesar de... y no por... la ayuda de los gobiernos nacionales. 

Porque según un historiador del suburbio, la industria sobrevivió a pesar de una voluntad portuaria de liquidarla... de asfixiarla... de intervenirla provocando el éxodo más grande que cualquier ciudad argentina experimentara jamás... en aquellos años de milicos y de ingenios “estatizados” por mérito de la fuerza... Y sí, la bruta fuerza nos viene gobernando desde los tiempos de la ejecución de Marco Avellaneda en Metán, en 1841.

Ha pasado más de un siglo pero nos seguimos matando, por cierto que con métodos más modernos como el cuchillo por la espalda o el disparo de una “tumbera” en estos tiempos de genocidio silencioso... cuando el poder se alza con la república... o con lo que queda de ella... 

Los libros siguen quemándose y se siguen repartiendo alpargatas.

Falsos dilemas, vanos dilemas... como la vana música del grillo...

Bajo los lemas de “alpargatas sí, libros no”, nuestra universidad es colonizada por las viejas fuerzas herederas de Rosas y la “santa restauración”.

Como en El matadero, de Esteban Echeverría, la sangre invade el barro del corral mientras las achuras sangrantes se arrojan a los gauchos colorados.

Sólo parecen dignos de mención un Papa y un futbolista...

... Y sí, la esperanza de los argentinos parece estar en el terreno de la metafísica.

© LA GACETA

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