Mohamed, el estratega

Pasó La Plata, pasó San Luis; Neuquén asoma en el horizonte. El derrotero de Lucas Mohamed y de su equipo hacia un sueño posible está armado por escalas, por esfuerzos, por constancia. De mínima, el plan para el fin de semana es sumar puntos. De máxima, defender la punta, y si es con triunfo, mejor. “Cada vez que ponemos las manos en el auto lo hacemos con esa convicción, con ese pensamiento. A veces, ya en la pista, las cosas cambian. Pero que buscamos lo máximo, lo hacemos”, contó el piloto a LG Deportiva, en la previa a su partida al sur del país.

- ¿Qué preferís: ganar, sumar muchos puntos o defender la punta?

- Cualquier alternativa es buena. En todo caso, debo tener conciencia de que para mantenerme donde estoy no hay que arriesgarse más de la cuenta. Me cuesta, porque no me gusta especular, yo siempre doy todo en la pista, porque sé lo que manejo. De todos modos, lo que me pasó en San Luis (N.de la R: lo chocaron cuando peleaba la punta y casi termina fuera de carrera) me hizo abrir más grandes los ojos. Pude haber perdido todo, pero no. Si esto fuera fútbol diría que fue un golazo: seguí corriendo con el auto maltrecho, sumé unidades, conservé la punta, bajé el lastre al mínimo...

- ¿Te estás acostumbrando a ser el puntero?

- Estoy ganando en confianza, estar en este nivel me hace sentir así. Igual, no me acostumbro. Por caso, tengo que destinarle mucho tiempo a cosas que antes no lo hacía. Yo prefiero el perfil bajo, trabajar en el taller y no destinar tanto tiempo a otras cuestiones.

- ¿Tener que salir a defender el liderazgo es una presión?

- Sí y no. Tengo en claro que no voy a ponerme mal si me toca ceder el N°1, es algo que puede ocurrir. Además, apenas van dos carreras, esto es largo. Yo digo que hay que ir al circuito, trazar una estrategia, correr y sumar. Y al final de la temporada vemos.

- Muchos dicen que el secreto de tu presente es el motor...

- Dicen, pero yo considero que cada maestro tiene su libretita con la fórmula exitosa. El motor del Gol es el mismo de 2013. Pero teníamos un problema en el auto: doblando se veía superado por los Renault Clio, que son la referencia del momento. Lo analizamos con profundidad y llegamos a una conclusión: teníamos que trabajar para mejorar el rendimiento en lo rápido. La fórmula fue simple: ellos en lo trabado son fuertes y es difícil superarlos. Entonces le sacamos rédito a la parte más positiva del modelo que manejo. En las zonas lentas, quizás ellos se me acerquen. Pero en los otros sectores...

- ¿Esperás el contraataque?

- Claro. En automovilismo uno nunca se puede quedar con lo que consigue. Esa es la dinámica y nosotros la respetamos.