La proliferación de los lavaderos ilegales

La proliferación de los lavaderos ilegales

30 Marzo 2014
El trabajo informal es sinónimo de desocupación. Se ha incrementado notablemente en los últimos años, como consecuencia de la crisis económica, de la precarización laboral y el desempleo. A este se suma la ocupación en negro que consiste en la explotación del trabajador que acepta la condición de no registrado y de no poseer cobertura social por necesidad, para poder vivir. La venta ambulante, las ferias placeras de ropa, los lavaderos callejeros forman parte de la postal de los últimos años en San Miguel de Tucumán, aunque la primera pareciera estar en retirada, por lo menos, en el microcentro.

Los lavacoches han copado la avenida Las Américas, entre Belgrano e Italia, pese a las quejas de vecinos del barrio Padilla, molestos por el derroche, las calles mojadas y la falta de control. Son 15 los puestos que funcionan a pleno. Una mujer que se crió en la zona contó que tras el cierre de la cerámica, muchas familias quedaron sin empleo y recurriendo a este emprendimiento del cual viven seis familias. “Podemos limpiar 60 autos durante los días de sol, pero, cuando llega el invierno, vienen pocos clientes. Hay vecinos que se molestan, pero ellos también nos piden que les lavemos sus autos”, señaló la señora.

Los vecinos se quejan de que con frecuencia se quedan sin agua en sus casas. “No tenemos medidores y, como la tarifa se mide por metros cuadrados, yo pago lo mismo que un lavadero, pero consumo mucho menos. Además, no sólo ganaron la vereda, sino también la calle, porque los clientes se sientan en sillas de plástico sobre el asfalto”, dijo una jubilada.

Según el defensor del Pueblo, la solución pasa por formalizar la actividad y dijo que debería haber una gestión conjunta entre el Municipio y la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) para evitar el derroche de agua potable. Mientras un directivo de la SAT dijo que si los lavaderos fueran habilitados como corresponde, previo estudio de factibilidad, se podría adaptar la red para responder a la demanda de vecinos y comercios.

En noviembre pasado, un concejal peronista presentó un proyecto para que se erradicaran estos lavaderos ilegales, que además generan un derroche de agua en tiempos de sequía como los que se vivieron en 2013. “Se trata de vecinos inescrupulosos, que alquilan su servicio de agua de la casa a aquellos que lavan los autos, que por lo general son personas de escasos recursos; el agua que decanta de los lavaderos, es contaminada, está en contacto con aceites, los cuales no pueden ser tirados a la calle”, dijo.

Nos parece que el Estado debería encontrar la forma de organizar a estos trabajadores, tal vez en cooperativas para que monten su negocio cumpliendo todos los requisitos obligatorios. En tiempos en que hay pérdidas de agua potable en casi toda la ciudad -y en otras como Tafí Viejo y Yerba Buena-, que otras zonas carecen de presión en las cañerías o no tiene agua, que por otro lado, se anuncia la instalación de medidores y el gobernador advirtió que la SAT aumentará su tarifa, por qué no erradicar esta informalidad que se mantiene pujante, desde hace años, en la avenida Papa Francisco (ex Wenceslao Posse). Si el Gobierno no lo hace, ¿qué respuesta les dará a todos los comerciantes y en especial a los lavaderos de vehículos, que cumplen con la normativa? La ley debe ser igual para todos, sería positivo que en Tucumán lo fuera.

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