Marcelo Senra: “El invierno será austero, a tono con el país”

Tras un viaje de inspiración a Egipto volvió con su paleta de colores: oro gastado, como las arenas del desierto, verde como las aguas del Nilo y blanco sucio como las túnicas típicas. Marcelo Senra sabe extraerle el néctar a cada cultura para inyectarla en sus diseños étnicos, construidos con materiales nobles, naturales, que hablan de cada lugar.

Mañana estará en Tafí del Valle. En el predio Democracia, donde todos los años se hace la fiesta del queso, el diseñador salteño celebrará sus 20 años con la moda en un desfile de lujo. Bajo la conducción de Teresa Calandra caminarán por la pasarela Jésica Cirio, Dolores Moreno, Solange Cubillo y la tucumana Lara Bernasconi. La dirección y producción general es de Ricardo Cassaci. La entrada libre. Al final actuará La Mosca.

-¿Qué vamos a ver?

- Al principio una onda más africana, tribal, con colores fuertes, y después bajo con blanco, beige ... Utilizo sedas, el icat, que está hecha en telar, muselinas, gasas, organzas y accesorio de metal, algo muy de Egipto. Los vestidos de noche son artesanales, con accesorios incorporados a las prendas. Hay uno de arpillera fileteado con hilos de oro, forrado en satén de seda y con bordados de cristales. Muchos de los accesorios fueron hechos con elementos que traje de Marruecos. De Egipto esta vez no traje telas.

- ¿Cómo va a ser el invierno?

- Más monocromático, oscuro con un toque de color; va a ser un invierno más austero más o menos como está el país, porque no hay tela, falta material por el tema de la importación. Yo no pude viajar este año, pero igual armo la colección ... uno se adapta, tiene que ser más creativo en tiempos de crisis. Ahí está la capacidad del diseñador.

- ¿Hay apoyo desde el Estado para el diseño independiente?

En mi caso no, a mí el gobierno de Salta no me dio ningún apoyo. Tengo mi showroom, pero cuesta mucho sostenerlo. Vender en el exterior es muy difícil, no lo hace cualquiera. Para ser independiente hay que remarla. Aunque rescato que para los nuevos emprendedores todo es más fácil porque tiene más posibilidad de viajar afuera, porque ya se sabe que es el diseño de autor. Antes no, yo estaba solo, no había nadie con mi estilo, tuve que educar a la gente, tuve que hacer escuela.

- ¿No exportás tu ropa?

- La gente de afuera que tiene mi ropa es porque vino y se la llevó. Pero exportar es muy costoso, los argentinos no estamos competitivos, estamos caros. En París mi colección gustó mucho pero quieren un precio más bajo. Por suerte me mantengo porque tengo gente que me sigue. Lo importante es trabajar con materiales básicos pero con imaginación para que mi producto tenga la validez, buena calidad y buena manufactura, sin desmerecer el concepto.

- ¿Nunca pensaste en irte?

- Siempre dije que me quedaría a vivir en Barcelona, pero fui y me di cuenta de que pertenezco acá, amo la Argentina. Me formé acá (en la Facultad de Arquitectura de la UBA) y formé a mucha gente (como docente de la carrera de Diseño en la UBA), hay que aprovechar lo que uno cosechó.

- ¿Cuál es el futuro de la ropa de autor?

Aquí tenemos gente brillante. También Gucci, Dolce Gabbana tienen diseños de autor, pero masificado. Creo que debemos aprovechar muy bien los tiempos de crisis, es en estos tiempos cuando tiene que ser más creativo. Puedo trabajar con material básico pero le trato de dar un valor diferente. En el interior la gente es muy marquista: no apoya a los diseñadores locales. Hace falta una conciencia, valorar lo que uno tiene.