La familia en la literatura infantil

La familia en la literatura infantil

Durante mucho tiempo, las madres y los padres han sido excluidos de los cuentos infantiles. Los protagonistas de El Principito, Tom Sawyer, Peter Pan, Pinocho y Moby Dick son huérfanos. Los libros más recientes de la literatura nacional muestran "nuevas familias" (uniones libres, familias ensambladas, etc). Los de Isol, por ejemplo, reflejan padres más reales, imperfectos. Por Carolina Tossi y Valeria Vizzón | PARA LA GACETA - BUENOS AIRES

La familia en la literatura infantil
18 Agosto 2013

A Elsa Bornemann

Si bien en las últimas décadas el modelo tradicional de familia ha ido evolucionando y cambiando, durante la mayor parte de la historia de la humanidad predominó la estructura conformada por padre, madre e hijos -estos dos últimos subordinados al poder del padre- compartiendo el mismo hogar.

En la década del 60 del siglo XX, el modelo patriarcal tradicional entra en crisis y se establecen nuevas situaciones: separaciones, divorcios, nuevos matrimonios. Nace la familia contemporánea o posmoderna y diversos tipos de organización familiar con madres que trabajan fuera de la casa, padres que se ocupan de las tareas del hogar, matrimonios que, por situaciones laborales, viven en diferentes sitios durante la semana, parejas homosexuales con o sin hijos, abuelos u otros parientes que se hacen cargo del cuidado de los niños, matrimonios divorciados que se vuelven a casar y comparten hogar con sus hijos de anteriores parejas y propios.

Cuentos tradicionales

Durante mucho tiempo, las madres y los padres han sido excluidos de los cuentos infantiles, y, si se los ha incluido, la presencia debía ser percibida como positiva para el personaje principal. Los protagonistas, en la mayor parte de los casos, eran huérfanos. Los ejemplos sobran: El Principito, Tom Sawyer, Peter Pan, Pinocho, Moby Dick. En tanto, en los relatos de los hermanos Grimm, como Blancanieves y Cenicienta, las madres de las protagonistas han muerto, los padres son inseguros e indiferentes y la maldad suele estar reflejada en una madrastra.

El investigador francés Marc Soriano, especialista en literatura infantil, manifiesta que, de esta manera, las actitudes de los padres no son puestos en tela de juicio. Sin embargo, con los padres muertos o ausentes, la maldad recae en los tíos, tías y madrastras que los maltratan.

Según Gemma Llach, catedrática española y una de las críticas más importantes de literatura infantil y juvenil de habla hispana, una de las figuras que quiebra esta representación es Roal Dahl, escritor galés considerado "políticamente incorrecto", puesto que en muchos de sus cuentos los personajes adultos "realizan funciones de antagonistas, sobre todo aquellos que ejercen algún tipo de poder sobre los niños como son los padres, los maestros o las abuelas". Un ejemplo claro es su libro Matilda, donde los padres de la nena censuran la lectura y la honestidad e incentivan el consumo de comida chatarra y televisión. De este modo, Dahl rompe con el estereotipo de la familia perfecta, compresiva y contenedora de los niños, y se atreve a mostrar una imagen imperfecta de los padres, quienes incluso desarrollan acciones muchas veces negativas y nocivas para sus hijos.

Libros nacionales

Los ejemplos son numerosos: Sobre la falda, de la recientemente fallecida Elsa Bornemann; La familia Delasoga, de Graciela Montes; Fámili, de Ema Wolf; El Globo y Secretos de familia, de Isol; y Mamá, ¿por qué nadie es como nosotros?, de Luis María Pescetti.

Tanto Sobre la falda como La familia Delasoga retratan una familia tradicional y autoritaria, donde el hombre es el que sale a trabajar y la madre la que se dedica a las tareas de la casa. Por una situación externa en el cuento de Bornermann, y por decisiones personales en el de Montes, el modelo de familia evoluciona hacia uno más flexible y solidario, donde se respetan los derechos de cada uno de sus miembros. Pensamos que estos cambios se encuentran influenciados por el retorno de la democracia en 1983 y por la sanción de la Ley de Divorcio, que habilita desde el punto de vista legal diversos tipos de familias. La literatura infantil retrata, entonces, la transición del modelo patriarcal y autoritario a un modelo familiar contemporáneo y solidario.

Fámili y Mamá, ¿por qué nadie es como nosotros? surgen en una época marcada por la velocidad que proponen los medios de comunicación, que hacen que se diversifiquen los tipos de relaciones y, con ellos, los conflictos familiares y las denominadas "nuevas familias" (uniones libres, familias ensambladas, núcleos cuyos integrantes viven durante la semana en diferentes ciudades o países).

En cuanto a los libros de la escritora e ilustradora Isol, muestran padres más reales, imperfectos, "buenos" y "malos" al mismo tiempo. Lo destacable es que, en ambos textos, el narrador es el niño que detecta los defectos de su madre. Esto suele escandalizar a los padres, por su poder de incomodar e interrogar, pero los niños lo toman con total naturalidad. Para los adultos que se atreven a leerlos, también puede resultar un lugar donde identificarse y hasta para tomar con humor ciertas características reales -los gritos, las órdenes.

© LA GACETA

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Carolina Tosi - Doctora en Lingüística. Editora, crítica especializada en literatura infantil y docente universitaria. Autora de libros infantiles. Valeria Vizzón - Periodista, colaboradora del diario Perfil. Promotora de literatura infantil y juvenil.* Este texto es un fragmento de un artículo publicado originalmente en la revista Cultura LIJ.

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