Messi, rey de un premio sin reglas

Messi, rey de un premio sin reglas

30 Noviembre 2012
SAN PABLO, Brasil.- Mario Vargas Llosa definió alguna vez al régimen del PRI en México como "la dictadura perfecta", y algo de eso hay en la relación de Lionel Messi con el Balón de Oro, un premio sin reglas claras y entregado a la inmensa superioridad del argentino.

"No hay reglas. Al final, los que votan son todos expertos en fútbol, no hay sorpresas", admitió François Morinière, director ejecutivo de "L'Equipe" y "France Football", la revista que creó el premio fusionado desde hace unos años con aquel al Mejor Jugador del año que entregaba la FIFA. Sin reglas, gana el más fuerte, y quién duda de que Messi lo es.

La pregunta que todos se hacían ayer en el Centro de Convenciones Anhembi en San Pablo no apuntaba a quiénes serían los tres nominados para la Gala que se celebrará el 7 de enero en Zurich. No, la única duda era sobre los "partenaires" de Messi, número fijo en las nominaciones.

El portugués Cristiano Ronaldo, que muere por ganar el Balón de Oro tras alzarlo en 2008, será junto al español Andrés Iniesta el hombre que escolte a Messi rumbo al que parece un inevitable e inédito cuarto premio consecutivo.

Porque ni "France Football" ni la FIFA pueden responder a la pregunta clave: ¿qué se premia, al mejor jugador del año o al más exitoso? Ni a la subpregunta: ¿si se premian ambos conceptos, cuál pesa más?

"Es una buena pregunta, creo que es una combinación de ambas", respondió Morinière antes de desviarse del dilema: "Grandes rendimientos individuales y contribución al equipo", agregó.

La FIFA tampoco es capaz de aclarar el asunto. "Los premios se otorgan de acuerdo con la actuación y el comportamiento general dentro y fuera del terreno de juego", explicó un portavoz del ente rector del fútbol mundial.

Si el talento y la capacidad técnica del jugador pesan mucho más que sus resultados, dos argumentos quedan invalidados: el de que un español lo merece, porque sus equipos y su selección vienen logrando importantes éxitos, y el de que Ronaldo debe inscribir su nombre en el de 2012 porque ganó la Liga española con el Real Madrid, un título más importante que la Copa del rey de Messi con el Barcelona.

Especialistas

"En mi opinión, el argentino va un poquito por delante del portugués", comentó un Ronaldo -el brasileño que brilló en Barcelona y Real Madrid, entre otros- que aprendió mucho de diplomacia desde que trabaja para el comité organizador del Mundial de Brasil 2014.

La misma opinión -Messi debe seguir siendo el dueño del Balón de Oro- tienen, según una encuesta de "France Football", hombres como Raymond Kopa, Luis Suárez, Kevin Keegan, Karl-Heinz Rummenigge, Marco van Basten, Mathias Sammer y Andriy Shevchenko.

Todos ellos ganaron al menos una vez el premio. Sólo Kaká, Gianni Rivera y Franz Beckenbauer optan por el portugués, en tanto que Alfredo Di Stefano y Luis Figo, se abstuvieron.

Y, en el fondo, la opinión de los más grandes tiene un peso relativo, porque el Balón de Oro se decide en una votación perfectamente democrática: influye lo mismo la opinión de los seleccionadores de Alemania, Italia y Brasil que la de los de Vietnam, Islas Feroe o Timor Oriental.

Vale un voto lo que diga el capitán de Francia, Argentina o España, el mismo sufragio que emiten los capitanes de las selecciones de República Dominicana, Mongolia o Guinea Ecuatorial. Otro tanto sucede con aquellos periodistas que dan a conocer su opinión representando a cada una de las 209 federaciones de la FIFA.

Messi, muy lejos de las controversias que generaba su compatriota Diego Maradona, es un ídolo para europeos y sudamericanos, el Primer Mundo del "planeta fútbol", pero un ídolo aún mayor en aquellos países más lejanos de los centros de poder. Basta con ver en sus ciudades la profusión de camisetas azulgrana o albicelestes con el "10" de Messi. El argentino arrasa en el "Tercer Mundo" del fútbol, algo que se vio con claridad en las votaciones de 2009, 2010 y 2011.

Una película repetida Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, se entusiasmó en San Pablo al presentar las nominaciones al Balón de Oro: "no voy a decir que está en el mismo nivel de los Oscar, pero no estamos lejos de eso".

La diferencia con los Oscar, y Blatter lo sabe, es que cada año gana una película diferente. A la hora de ver fútbol, en cambio, las preferencias del público se resumen desde hace tres años, y nadie sabe por cuántos más, en tres letras: "Lio".

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