La campaña citrícola nunca se paraliza

La campaña citrícola nunca se paraliza

Hace unos pocos días que finalizó la campaña citrícola tucumana, con valores de exportación que rondaron las 260.000 toneladas y con fruta procesada por la industria, que llegó a moler por valores cercanos al millón de toneladas.

Hoy la actividad estaría paralizada pero esto no es así, ya que la citricultura tiene sus picos de trabajo. Sin embargo, no se paraliza nunca. Siempre hay algo por hacer. En estos momentos se podan plantas, se fertiliza y riega, se reparan maquinarias, se pulveriza y se limpian quintas, buscando la manera de que estén siempre en buenas condiciones sanitarias.

Igualmente, debemos decir que todos los trabajos durante la campaña -finalizó hace pocos días en los empaques y en los establecimientos industriales- fueron realizados respetando todas las normativas vigentes en cuanto a sanidad y calidad, que dispusieron las autoridades de control fitosanitarios del país para lograr que la fruta, que llegó a los mercados internacionales, fuera la adecuada.

El movimiento económico generado por esta actividad en Tucumán es muy grande. Actualmente, es la segunda agroindustria provincial, con una gran distribución de la riqueza por ser generadora de mano de obra.

Todos los productores citrícolas tucumanos conocen y saben perfectamente bien a qué tipo de actividad se dedican y, por sobre todo, conocen la responsabilidad socioeconómica que tienen sobre sus espaldas.

Esto también lo deben saber todos los habitantes de la provincia, por lo que deben tomar conciencia de la importancia de la citricultura y evitar con su comportamiento, consciente o inconsciente, provocar perjuicios introduciendo frutas o materiales vegetales que pueden estar contaminadas de plagas y enfermedades de otras regiones del país o de países vecinos.

Enemigo al acecho
El HLB (Huanglongbing o ex Greening) es una realidad que todos debemos enfrentar. Es una enfermedad que todavía no está presente en el país, pero su insecto vector está dando vueltas por el territorio nacional. Los últimos estudios realizado por la Eeaoc indican que la diaphorina no está presente en Tucumán en ninguna quinta cítrica pero, como todos sabemos, apareció en algunas plantas cítricas y en hospederos en la zona urbana.

Un decreto nacional estipula que existe la emergencia fitosanitaria respecto del Huanglongbing o HLB en todo el país, por lo que se deben adoptar y fortalecer, en forma inmediata, todas las medidas de control, prevención y vigilancia respecto de esta enfermedad. Pero este mensaje ya no es sólo dirigido al sector productivo, sino a toda la población, que también tiene obligaciones que cumplir al respeto.

Como dijimos, el vector ya apareció en la región y en nuestra provincia, pero el rápido reflejo que tuvieron las autoridades fitosanitarias, los productores, el Gobierno provincial y las municipalidades permitió que ese vector sea controlado y las plantas hospederas, como la "Murraya paniculata", erradicadas.

Este trabajo debe continuar, ya que siempre aparece en la ciudad alguna planta hospedera que debe ser erradicada. De esa manera, no tendremos una planta en la cual un posible insecto vector pueda multiplicarse y luego avanzar sobre plantaciones citrícolas. Lo real es que hoy no debemos bajar los brazos. Hay que buscar, de alguna manera, que el ciudadano participe y sea responsable a la hora de actuar. Las autoridades nacionales y locales, que deben hacer cumplir las normas fitosanitarias, no deben ser flexibles en ningún caso sobre las medidas a tomar y que se cumpla todo lo estipulado para evitar la aparición del HLB.

La enfermedad no está presente en el país. Por lo tanto, debemos seguir en un proceso permanente de monitoreos en fincas y controles de rutina en todos los accesos para evitar el ingreso de la temida plaga, y que su insecto vector no prospere en la región.

Monitoreos
Debemos continuar con los monitoreos y estar atentos también en las zonas urbanas, y erradicar toda planta hospedera presente y a mano.

En los países donde actualmente está presente esta enfermedad, se sostiene que se deben apoyar todas las "medidas de cerco" sanitario dispuestas por las autoridades sanitarias y, además, se deben cumplir todos los requisitos y procedimientos dispuestos por los organismos fitosanitarios para lograr enfrentar este flagelo.

Trabajar codo a codo con el organismo de control pasa a ser como una obligación moral que debemos tener los tucumanos, para evitar que la peligrosa enfermedad ingrese al país.

Un apoyo a lo realizado en materia sanitaria es la capacitación permanente para conocer detalles de la enfermedad. Se debe seguir en ese camino. Pero todas las labores de control, monitoreos y capacitación no darán nunca resultado sin el apoyo y el cumplimiento de las normativas por parte de los sectores vinculados con la actividad, y de aquellos habitantes comunes que habitan las ciudades y de aquellos que van y vienen por las rutas de la región, sin que conozcan lo que realmente está sucediendo.

Todos los habitantes que viven en el país y las personas que transitan por sus rutas, deben estar informados sobre la peligrosidad socioeconómica que puede generar la aparición del HLB en la Argentina. En esto, el Estado -en su conjunto- y los actores involucrados, tienen la gran responsabilidad de informar como corresponde.

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