The Skatalites armó la fiesta, pese el mal sonido

The Skatalites armó la fiesta, pese el mal sonido

A BAILAR. Son los vientos los que llevan el pulso del recital, pero sobre una sólida base instrumental. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA A BAILAR. Son los vientos los que llevan el pulso del recital, pero sobre una sólida base instrumental. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA
21 Agosto 2012
Un desperdicio. Estar frente a una banda histórica, cargada de mística y reconocimiento en todo el mundo, y no poder escuchar bien, provocó que la visita de The Skatalites no haya podido ser apreciada como correspondía. Pero aunque eso le restó varios puntos, la fiesta ska puso a todos a bailar en Floresta.

Había expectativas, interés, curiosidad, sorpresa y muchas otras cosas que hacían de este un fin de semana increíble para rockeros y afines. Charly García el viernes estremeció a muchos más tucumanos mostrando su mejor cara posible. Esa misma noche, El Otro Yo tomó el guante y rockeó de lo lindo en el Nesta. El sábado, varias bandas armaron un buen festival a beneficio, y hubo muchos otros recitales y shows en pubs y teatros.

Es sabido que el club Floresta es muy complicado para los sonidistas: se cuentan con los dedos de una mano los recitales que pasaron la prueba. El del domingo de The Skatalites tenía a su favor, para que se le diera un voto de confianza, que los shows de The Wailers y Dancing Mood -realizados allí- habían sido organizados por los mismos productores, y ambos sonaron muy bien. Pero esta vez fallaron.

La banda, sin estridencias ni veleidades, tocó sus clásicos de siempre para mostrar qué es el ska, de dónde viene y cómo se hace. Después de todo, se dice que son los fundadores del género que más tarde mutó y le dio vida al reggae.

El saxofonista Lester Sterling es el único miembro de la formación original de la banda, aquella que a principios de los 60 le dio a Bob Marley el respaldo para grabar. Hay otros músicos de etapas posteriores, también veteranos del arte de hacer bailar con el ska. Igual que Hugo Lobo, el líder de Dancing Mood, que toca como invitado de los jamaiquinos y aporta la magia de su trompeta.

Antes habían tocado los tucumanos de Skaces, Vampiro Indio, Los Tunches y Joao Sound System. Ellos le pusieron la mejor cara posible a los acoples y a la reverberancia del indómito tinglado, y también pusieron a bailar a muchos entre los vahos que aportaban lo suyo a la fiesta de aires caribeños.

Floresta no va a dar tregua ni dejará tranquilo a nadie. No hay opciones, no existe todavía en Tucumán el espacio adecuado para un show con 1.500 a 3.000 espectadores, y habrá que seguir lidiando con limitaciones que a esta altura parecen absurdas. Mucho más si se compara con lo que ocurre en cualquiera de las provincias vecinas, por citar ejemplos al azar.

No resulta sencillo, pero sería muy buena una revancha con The Skatalites para escucharla en mejores condiciones.

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