"Por más que no tengas qué darles de comer, los animales no te van a abandonar"

"Por más que no tengas qué darles de comer, los animales no te van a abandonar"

Entre llamados de salutación y pacientes que atender, los veterinarios celebraron su día transmitiendo un mensaje positivo. Lamentan que todavía haya gente que deja mascotas en la calle, sin hogar y, principalmente, sin afecto. La carrera lleva ya nueve años en la Facultad de Agronomía y Zootecnia y es un semillero de buenos profesionales.

EL PINCHAZO. Nano fue a visitar al médico para recibir sus vacunas. Me gusta cuando me tiene confianza y no siente que lo torturo, es como cuando el chico no le tiene miedo al pediatra, dice Fernando Malmierca. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA EL PINCHAZO. Nano fue a visitar al médico para recibir sus vacunas. "Me gusta cuando me tiene confianza y no siente que lo torturo, es como cuando el chico no le tiene miedo al pediatra", dice Fernando Malmierca. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA
07 Agosto 2012
Eran otros tiempos. El doctor recién arrancaba en su carrera y todavía no alcanzaba a armar su propio consultorio, por lo que ejercía la profesión en los domicilios de los pacientes. "Pasaban cosas hermosas -recuerda Joaquín López Islas-, principalmente la relación que se establecía con las familias de las mascotas que visitaba". Sin embargo, no se podrá olvidar nunca aquella imagen de él, con chaqueta y estetoscopio, corriendo por el fondo de alguna casa de Yerba Buena, escapando de un ovejero belga dispuesto a hacerle un bocado. "Me terminé tirando a la pileta -que estaba vacía- para zafar del perro. Parecía un dibujito animado: el veterinario corriendo y el perro por detrás mordiendo al aire. Por suerte él no se tiró y hasta el día de hoy sigo siendo amigo de su dueño", apuntó entre risas.

Ayer se celebró en nuestro país el Día del Veterinario y los profesionales de la salud de los animales lo celebraron con lo que más saben: curándolos y haciendo prevención. Entre llamados telefónicos de clientes y amigos que se acordaron de su día, los profesionales atendieron consultas y recordaron con LA GACETA momentos inolvidables de sus carreras. La fecha, aunque no todos ellos sepan a qué se debe, recuerda el inicio de los estudios veterinarios en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina (Buenos Aires), en 1883.

Aprender a convivir
Entre las historias que graticfican su profesión -como aquella perra en estado terminal por un cuadro de cálculos en casi todos sus órganos y que tras 15 días de internación López Islas logró salvar- están las realidades que todavían estrujan el corazón vocacional de estos médicos. "En esta profesión uno aprende que los animales, afectivamente, dan todo de sí. Lamentablemente hay muchos humanos que todavía no han aprendido a vivir con las mascotas y podés ver que las abandonan, las atropellan o las golpean", se apena Fernando Malmierca, veterinario desde hace 20 años. "Siempre digo que lo fundamental para las mascotas es el sentimiento, el cariño, y el territorio; si le sacás eso pierden la razón", enfatiza.

Dentro de su rutina diaria, los veterinarios están acostumbrados a atender animales que son llevados enfermos o después de un accidente al consultorio. "Por suerte todavía hay gente así, que es capaz de parar el auto para recoger un animal y traerlo a esta o a otra veterinaria; sacarlo del cuadro clínico y entregarlo a las cadenas mascoteras", agregó Malmierca. "A veces nos los dejan y no los vienen a buscar nunca más. Otras, directamente los abandonan y nos hacemos cargo nosotros", cuenta López Islas, sosteniendo en sus brazos un ejemplo: Noir, un gato negro que ya forma parte del staff de su veterinaria en Yerba Buena.

"Siempre que veas un vagabundo, una persona sin hogar, la vas a ver con un perro. Es que los animales, por más que no tengas qué darles de comer, no te van a abandonar nunca", dice Rosandra Molina, veterinaria y docente de esa carrera en la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT. "Por suerte hace nueve años que tenemos la carrera completa en la UNT y que en todas las camadas hay chicos con muchísima vocación que aman a los animales", celebra. Ella no espera que le lleven animales al consultorio; según cuenta, una vez por semana sale en su auto a recoger mascotas en peligro y las cura en su veterinaria de La Ciudadela.

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