Básquet: las cosas en su lugar

La "Genaración Dorada" le ganó bien a Túnez y recuperó la confianza para afrontar los próximos desafíos.

BAJO EL TABLERO. El Chapu Noccioni intenta tapar el envío del jugador tunecino. AFP BAJO EL TABLERO. El "Chapu" Noccioni intenta tapar el envío del jugador tunecino. AFP
La primera noticia del día generó preocupación en el campamento basquetbolístico "albiceleste". Pablo Prigioni era baja para enfrentar a Túnez por un cólico renal. Y el momento de inquietud se profundizó sobre el parqué del Basketball Arena durante el primer cuarto, cuando el equipo africano metió casi todo lo que tiró (61% de aciertos de cancha contra un 27% de Argentina), con la mano picante de su escolta anotador Marouan Laghnej (3/5 desde atrás del arco) y del base Mourad El Mabrouk (5/10). Una permeable defensa permitía también que el gigante Salah Mejri impusiera sus imponentes 217 cms en la pintura. Esos 10 primeros minutos pareceron una pesadilla. Hasta que dos de las principales espadas del conjunto nacional, Scola y Ginóbili, se cargaron el equipo al hombro y nuestra Selección ya entregó otra imagen. Dejó de ser vulnerable en el campo trasero, su juego ofensivo encontró la fluidez que no tuvo hasta entonces, Delfino afinó su muñeca y Facundo Campazzo (12 puntos siete asistencias) encontró el ritmo para componer una actuación sólida. Túnez dejó de ser ese rival arrollador del cuarto inicial y a partir del segundo ya no tuvo las facilidades que le permitieron florearse en el comienzo. El sábado será el turno de Nigeria, un adversario de juego rápido y con jugadores muy atléticos, que llegó a Londres desde el Preolímpico de Venezuela, con sorprendentes victorias sobre Lituania y Grecia.

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