De organizador de truco a director de ATP

De organizador de truco a director de ATP

Jaite hizo un repaso de sus vivencias como jugador y de cómo llegó a ser capitán de la Davis. Nalbandian no pudo ante la furia de Ferrer. El español avanzó a la final, en la que hoy enfrentará a Almagro. Martín Jaite presenció el duelo y luego habló de todo.

¡UNA FOTO POR FAVOR!. Los fanáticos no quisieron perder la oportunidad de retratarse con Jaite (al centro). LA GACETA / FOTO DE MARIANA APUD ¡UNA FOTO POR FAVOR!. Los fanáticos no quisieron perder la oportunidad de retratarse con Jaite (al centro). LA GACETA / FOTO DE MARIANA APUD
En torneos como un ATP los patrocinadores idean toda clase de acciones para atrapar al espectador, potencial comprador del producto. Entre una de esas iniciativas se destacó la que realizó durante toda la semana una cerveza, identificada con una coronita en su logotipo. Astutamente, además de un elegante stand, montó un escenario en el que la gente podía hacerle preguntas a una personalidad destacada del planeta del deporte blanco. Martín Jaite, director del torneo de Buenos Aires y capitán de Copa Davis, pasó por la banqueta y respondió muy distendido a los cuestionamientos que la gente le realizó vía redes sociales y que el director de prensa Eduardo Puppo hizo verbales.

Desde bromear sobre su amistad con Cristian Miniussi -ex tenista y quien lo acompaña a sol y sombra en todo lo que tiene que ver con la raqueta- hasta reconocer que durante el partido de dobles de la Davis ante Alemania temió haber cometido un error en la formación, Jaite, impulsado por las preguntas del "pueblo", hizo un rápido recuento de su vida, siempre unida al tenis.

-¿Cómo supliste tus debilidades?
-Me faltaba fuerza para jugar y eso lo suplía con rapidez. Era bastante rápido para jugar. Tenía buena ubicación en la cancha y creo que leía bien el partido.

-En el circuito se te catalogaba como un jugador con garra, pero cuando jugabas Copa Davis bajabas el rendimiento ¿lo sentías así?
-Jugaba mejor de visitante porque, si bien me encantaba jugar acá, era como una presión extra jugar ante familiares y amigos y era algo que no me dejaba hacer lo que yo hacía en el circuito.

-Llegaste a estar entre los 10 mejores del mundo ¿qué te faltó para llegar más arriba?
-Me faltaba juego. Cuando yo llegué a ser número 10 no podía creer que había alcanzado esa posición. Nunca pensé en ser número uno porque no tenía suficiente juego para hacerlo; así que para mí, haber llegado a ser de los 10 mejores, fue algo súper valioso.

-¿Tu gran momento en el tenis fue cuando le ganaste a Michael Stich por Copa Davis en Buenos Aires o hubo otro que lo superó?
-El partido contra Stich fue el más emotivo, pero mi mejor momento en el tenis no fue ese. Diría que fue mitad del ?89 hasta mitad del ?90, cuando gané seis títulos y llegué a dos finales. Eso fue lo que me permitió llegar después al top-ten.

-¿Cuáles fueron los momentos de mayor tensión en la serie de la Davis que se jugó frente a los alemanes?
-Tuvimos varios. El primero fue cuando le di la formación a los jugadores, porque les tenés que explicar por qué juegan y por qué no. Después, cuando íbamos dos cero arriba y había que decidir si seguíamos en el dobles con David o si lo guardábamos para el tercer día. Y el último fue muy complicado, en el dobles. En la mitad del segundo set cuando íbamos perdiendo, ahí pensé: mmmm me parece que me equivoqué con la formación? Por suerte, salió bien.

-¿Cómo surge lo de organizar torneos y qué es lo que no te gusta?
-Me encanta organizar torneos, no le veo nada negativo. En realidad, cuando yo viajaba era muy organizado y me gustaba planear los torneos de truco, por ejemplo. Cuando dejé de jugar me parecía que me podía salir bien esto. La parte importante es tener equipo, porque uno solo no puede. Por suerte, todos saben que tenemos un gran equipo.

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