El señor de las licencias (poéticas)

Leer a Juan Gelman, conociendo sus tragedias. Carlos Duguech

30 Octubre 2011
¿Hay poesía fácil? ¿Qué es lo fácil, en poesía? Dejémosle a Gelman decir lo suyo: "Una cosa está clara, que ningún poeta o narrador está contento con lo que escribe, porque lo que hacemos los poetas es que seguimos buscando a esa señora tan esquiva que es la poesía. Luego vienen en cada uno de estos poemas las reflexiones sobre uno mismo y sobre las experiencias que atraviesan la vida". Su vida no fue fácil. Destierros y angustias, pérdidas: Y decir pérdidas halla contexto trágico en la temporalidad: 1976, año de quiebre, de nuevo quiebre de la continuidad constitucional del país, en una saga que arranca un 6 de septiembre de 1930 cuando las fuerzas armadas (más un sector de la civilidad, recurrente) transmutan su oficio por el de "gobernantes". Gelman sufrió el secuestro y desaparición de su hijo y su nuera embarazada. Supo siempre que él era el destinatario de esa acción. Ése fue, es,  su tormento. Finalmente, halló a su nieta Macarena en el año 2000. Se puede percibir, llanamente, a lo largo de este poemario al poeta que desarticula el lenguaje a su necesidad expresiva creando neologismos a partir de verbos (miedar, palabrar, paredar, niñar, ruiseñorear, pañuelear, paisajear, astrar y otros más). O de palabras sonoras: alcol, niñísimos, espantaespantos, revida, íbulo, y yuxtaposiciones sugerentes: malobueno, cercalejos, más mejor. Si nos quedáramos en sólo el inventario minucioso de esos globos de ensayo con el lenguaje poético y no advirtiéramos que en la construcción poética palpitan dolorosas convicciones seríamos irreverentes, escandalosamente irreverentes."¿El grito no tiene sintaxis?/¿El yacimiento que lo saca tampoco?/¿Y la tarde de otoño enfrente?/¿Y las rodillas/que duelen con esta tarde encima?/ No poetice la poesía bruscos,/no paisajeen músicas/hechas para otra cosa/El sonido confirma ex canciones, llena/espacios de padre y madre con/ pluralidades, números./¿Adonde se fue la justicia/más pálida que muerta?/¿Quién expulsó el poema del poema?/Los dolidos se callan en las vocales débiles./Al norte, al sur, al este/al oeste de la semántica hay piedras/que nadie puede levantar, hijos, cortejos de hijos/intervenidos por la furia caída/en su tazón de leche."  "Lingüística", el nombre de este poema.  Leer a Gelman es disponerse  a vuelos y precisiones dolorosas. Su voz clama:"Si un acto contra la muerte fuera/escribir en las ruinas de la tarde,/qué delicias disfrazada de espíritu./La mano nada sabe de la pluma/que la lleva a otra mano abierta/al infortunio, a la pobreza, al dolor/Se paredan las ansias de porvenir/en sueños obligados a pasar,/sangre y carne de una cancioncita,/llevas que hablan a la lluvia". Es necesario estarser (del poema "Escenas") tensos y solidarios para abrevar en la poesía de Gelman los signos distintivos de la naturaleza del alma humana, de sus pasiones, contradicciones, perversidades. © LA GACETA

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