No habrá de revolearlo sobre el escenario, pero lo conoce y es parte de su guardarropas. Antes de visitar nuestra provincia por vez primera, David Bisbal ya se ha abrigado con un poncho tucumano y ha probado "pasteles típicos", como llama él a los dulces regionales. ¿Acaso las colaciones tafinistas se venden también en España? No. Durante una charla telefónica con LA GACETA, el cantante reveló que tiene familia por parte de madre aquí y que, en anteriores giras por Argentina, sus parientes se las ingeniaron para hacerle llegar esos obsequios. En pocas horas será el propio Bisbal quien les tocará el timbre para invitarlos: hoy a las 22 traerá a Floresta su show, al que definió como íntimo y acústico.
"Nunca estuve en Tucumán y pienso conocerlo en profundidad", promete la voz al otro lado de la línea, que se esfuerza en las zetas, pero también en demostrar que está más pausada que antes, en una etapa más sosegada. "Ya pasaron nueve años desde el lanzamiento de mi primer disco, después de mi paso por ?Operación Triunfo?, y siento que hubo una evolución muy grande. Este será mi primer concierto íntimo y tranquilo, después de todo este tiempo haciendo música para la radio", admite el andaluz. Él advierte que, bajo estos parámetros, el espectáculo ganó en calidad musical, ya que se trabajó mucho con arreglistas para reversionar las canciones.
"Es un recital que quiero ofrecer desde hace mucho, pero como en verdad no es comercial, me aconsejaron que hacía falta más experiencia para armarlo. Entonces me dediqué a hacer música alegre. Ahora brindo más tiempo al escenario y a los ajustes musicales -manifiesta, para luego ensalzar al público nacional-. En Argentina siempre es lindo hacer presentaciones, porque se siente un requerimiento especial, un gran respeto hacia el artista, más si viene de afuera". "Aunque todas las giras son diferentes, veremos cómo reciben esta", destaca, y la sonrisa y la ansiedad traspasan los cables telefónicos.
Corazón tranquilo
Cuesta preguntarle a Bisbal sobre cómo han sido estos meses sin Elena Tablada, su novia durante seis años y de quien se separó en junio por las distancias que implicaban sus compromisos profesionales, de acuerdo con la versión que se publicó en un principio. Cuesta, porque el cantante no ha ocultado su abatimiento tras la ruptura con la diseñadora, madre de su única hija, Ella. Él, sin embargo, dirá que su corazón está tranquilo.
"No me falta nada -se ataja-. Estoy bien, con mi familia, con mis padres y mi niña. Me gusta hacer deportes, jugar al fútbol, pescar y el ciclismo. No suelo ir a discotecas, pero sí me entusiasma visitar restaurantes o juntarme con amigos, pero en ambientes más bien tranquilos", destaca. ¿Entonces no habrá oportunidad de encontrárselo hoy probando las mieles de la nocturnidad tucumana? Parece que no. "De adolescente fui mucho a bailar, pero desde los 18, cuando empecé a cantar, prefiero una vida más calma -anticipa-. Establecí que a la música la pongo yo".
Pone el ritmo David, pero también el celo, sobre todo con los periodistas, que lo devastaron, entre otras veces, cuando en plena crisis egipcia escribió en su cuenta de Twitter: "nunca se han visto las pirámides tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta". Pese a ese desliz, explica Bisbal que trata de cuidarse: "ya me acostumbré a la prensa; uno debe aprender a convivir con los comentarios buenos y los malos".
"El desafío más bonito que me planteo es durar mucho tiempo como cantante. Me encantaría celebrar 50 años en los escenarios, como hizo Raphael. Ahora lo veo difícil, claro está, pero otros artistas lo han logrado", reconoce el andaluz, y apunta que también admira al argentino Alberto Cortez y que le hubiese encantado encontrarse con Mercedes Sosa, otro de los símbolos tucumanos que conoce. Al menos hasta esta noche cuando, aparte del poncho y de los dulces, se lleve el cariño de las fans locales.
"Nunca estuve en Tucumán y pienso conocerlo en profundidad", promete la voz al otro lado de la línea, que se esfuerza en las zetas, pero también en demostrar que está más pausada que antes, en una etapa más sosegada. "Ya pasaron nueve años desde el lanzamiento de mi primer disco, después de mi paso por ?Operación Triunfo?, y siento que hubo una evolución muy grande. Este será mi primer concierto íntimo y tranquilo, después de todo este tiempo haciendo música para la radio", admite el andaluz. Él advierte que, bajo estos parámetros, el espectáculo ganó en calidad musical, ya que se trabajó mucho con arreglistas para reversionar las canciones.
"Es un recital que quiero ofrecer desde hace mucho, pero como en verdad no es comercial, me aconsejaron que hacía falta más experiencia para armarlo. Entonces me dediqué a hacer música alegre. Ahora brindo más tiempo al escenario y a los ajustes musicales -manifiesta, para luego ensalzar al público nacional-. En Argentina siempre es lindo hacer presentaciones, porque se siente un requerimiento especial, un gran respeto hacia el artista, más si viene de afuera". "Aunque todas las giras son diferentes, veremos cómo reciben esta", destaca, y la sonrisa y la ansiedad traspasan los cables telefónicos.
Corazón tranquilo
Cuesta preguntarle a Bisbal sobre cómo han sido estos meses sin Elena Tablada, su novia durante seis años y de quien se separó en junio por las distancias que implicaban sus compromisos profesionales, de acuerdo con la versión que se publicó en un principio. Cuesta, porque el cantante no ha ocultado su abatimiento tras la ruptura con la diseñadora, madre de su única hija, Ella. Él, sin embargo, dirá que su corazón está tranquilo.
"No me falta nada -se ataja-. Estoy bien, con mi familia, con mis padres y mi niña. Me gusta hacer deportes, jugar al fútbol, pescar y el ciclismo. No suelo ir a discotecas, pero sí me entusiasma visitar restaurantes o juntarme con amigos, pero en ambientes más bien tranquilos", destaca. ¿Entonces no habrá oportunidad de encontrárselo hoy probando las mieles de la nocturnidad tucumana? Parece que no. "De adolescente fui mucho a bailar, pero desde los 18, cuando empecé a cantar, prefiero una vida más calma -anticipa-. Establecí que a la música la pongo yo".
Pone el ritmo David, pero también el celo, sobre todo con los periodistas, que lo devastaron, entre otras veces, cuando en plena crisis egipcia escribió en su cuenta de Twitter: "nunca se han visto las pirámides tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta". Pese a ese desliz, explica Bisbal que trata de cuidarse: "ya me acostumbré a la prensa; uno debe aprender a convivir con los comentarios buenos y los malos".
"El desafío más bonito que me planteo es durar mucho tiempo como cantante. Me encantaría celebrar 50 años en los escenarios, como hizo Raphael. Ahora lo veo difícil, claro está, pero otros artistas lo han logrado", reconoce el andaluz, y apunta que también admira al argentino Alberto Cortez y que le hubiese encantado encontrarse con Mercedes Sosa, otro de los símbolos tucumanos que conoce. Al menos hasta esta noche cuando, aparte del poncho y de los dulces, se lleve el cariño de las fans locales.
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