El recuerdo de las víctimas se coló en la inspección ocular

El recuerdo de las víctimas se coló en la inspección ocular

Día emotivo en la causa "Romero Niklison".

VIAJE AL PASADO. María Romero Niklison y su padre, Gerardo Romero, visitaron su antigua casa junto a Casas (de traje oscuro), titular del TOF. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL VIAJE AL PASADO. María Romero Niklison y su padre, Gerardo Romero, visitaron su antigua casa junto a Casas (de traje oscuro), titular del TOF. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
10 Marzo 2011
María Alejandra Romero Niklison observó que el frente de la casa de calle Azcuénaga 1.816 permanecía igual que 35 años atrás. También las marcas de lo sucedido aquel fatídico 20 de mayo de 1976 en el que fue muerta su madre, Alejandra Niklison. Al entrar, caminó desde el patio de los juegos hasta el garage. Pero desde el momento en que encendió la luz, su rostro ya no fue el mismo.

Ayer, en la causa denominada "Romero Niklison", los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) realizaron la inspección ocular a la vivienda en la que ocurrió el supuesto enfrentamiento, en el que murieron los militantes de Montoneros, Alejandra Niklison(madre de María Alejandra), Eduardo González Paz, Juan Carlos Meneses, Fernando Saavedra Lamas y Atilio Brandsen. Si bien la visita a la casa estaba prevista para hoy, problemas técnicos llevaron a que Gabriel Casas (preside los debates) adelante la fecha. En las audiencias, se intentan establecer las responsabilidades del ex jefe del III Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez y del comisario (r) Roberto Albornoz .

El patio de los juegos

Con tristeza, Alejandra, recorrió cada metro de su antiguo hogar. "Es inevitable que en algún momento una se afloje un poco. Sabía de la importancia de este día para mí", aseveró. Alejandra observó, en silencio, como los jueces Casas, Carlos Jiménez Montilla y José María Pérez Villalobo, interrogaron a los actuales propietarios de la vivienda. "Mi ansiedad era ver el patio y ver dónde jugaba cuando era chica. Me entristece pensar que en esta casa compartí ese año y medio con mi mamá", afirmó.

La marca de un posible impacto de bala en una de las ventanas del frente de la casa, llevaron a los querellantes a reforzar la hipótesis de que lo sucedido hace 35 años no fue un enfrentamiento. "Supongo que son las que las fuerzas de seguridad tiraron al ingresar. A mi entender las marcas refuerzan la hipótesis de que fue un fusilamiento a corta distancia", evaluó María Alejandra, quien a la vez actúa como querellante en la causa.

La casa tiene algunos cambios, no obstante, según Gerardo Romero, esposo de la víctima, algunas habitaciones están como antes. "Los recuerdos de lo que vivimos aquí vienen de golpe. Es muy triste y muy doloroso", confió.

Casi al final, el juez Pérez Villalobo, inspeccionó las marcas en los ladrillos de la fachada. Y casi sin titubear, soltó una sentencia: "a pesar de que pasaron muchos años, las casas hablan".

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